miércoles, 10 de agosto de 2011

13 asesinos, de Takeshi Miike


Producción de época japonesa que cuenta con el talento tras las cámaras de uno de los directores más prolíficos del planeta, con un sinfín de películas a sus espaldas de los más variados temas.

En este caso nos traslada a principios del Siglo XIX donde los samuráis cada vez son menos necesarios y aunque el orden social sigue bajo el mando de los shogunatos, estos llevan bastante tiempo en son de paz.

La historia tiene dos partes claramente diferenciadas: en la primera se plantea la situación que va a dar lugar a la segunda y más espectacular parte, además de ir presentando los diferentes personajes y sus caracterizaciones. Una primera hora y poco donde al espectador le debe de quedar claro el complejo entramado que tejen la política de la época y el rígido código de honor que gobierna a los japoneses, no sólo a los samuráis. La trama es la que sigue: el hermano del Shogun es un ser despiadado y sanguinario que se divierte a costa de causar el caos y el horror a su paso. Su locura amenaza con consumir no sólo a los cientos de samuráis que le protegen en todo momento, si no a varias de las personalidades que se ocupan de mantener la paz y el orden en el lugar. Uno de estos gobernantes se debate entre su sagrado deber para con la justicia y la gran afrenta que supondría para su honor amenazar a uno de los herederos al poder. Ante él solo se encuentran dos caminos: el seppuku o una idea descabellada: encomendar a un buen amigo, fiel servidor y uno de los últimos maestros samuráis que quedan para que se encargue personalmente del problema, acabando con la vida del príncipe.

De ese modo asistiremos a los pasos que se dan para formar un grupo de sanguinarios samuráis que se atrevan a llevar a cabo tan descabellada misión, ya que el hermano del Shogun se encuentra siempre protegido por cientos de soldados y siervos. Los diferentes personajes irán moviéndose para ir a coincidir en un poblado desierto, una trampa mortal para todos los que allí se encuentran. Porque es aquí donde Miike se gana el sueldo, en una espectacular batalla de larga duración soberbiamente coreografiada y explicada, repleta de detalles. Una de las secuencias más largas y espectaculares de acción pura y dura que recuerdo, con un toque realista que le da un tono muy intenso y emocionante.

Conceptos como el honor, el miedo a la muerte –o más bien la falta de él-, el servicio a un bien mayor o las transgresiones de los gobernantes para con su pueblo se ven aquí disfrazados de gran batalla campal, puro entretenimiento bien realizado.

Esta película es a su vez un remake de otra producción de los años 60. Se estrenó en 2010 en su país y aquí es España se pudo ver en el último Festival de Sitges, donde se hizo con dos menciones: a Mejor Diseño de Producción y con el siempre codiciado Premio del Público.

2 comentarios:

  1. Ya la tengo descargada y con bastantes ganas de verla, a ver si una tarde de estas....

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  2. Que no te despiste la primera hora, que luego es un festival.

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