lunes, 22 de agosto de 2011

Astro City: la Edad Oscura, de Busiek, Anderson & Ross

Probablemente una de las series en el mercado norteamericano de publicación más caótica que se recuerden: tras más de quince años en los quioscos, apenas han aparecido cuarenta números de esta serie, a los que habría que sumar algunos especiales de diferente duración.

Los constantes compromisos del trío de artistas detrás de Astro City los han mantenido lejos de su creación, sin duda debido a los cantos de sirena venidos de las grandes editoriales como Marvel y DC –descontando problemas personales como enfermedades, por ejemplo-.

El caso es que tras la publicación del número #22 USA de la serie regular, no fue hasta Abril de 2004 que pudimos entrever de qué iba a ir el siguiente proyecto ambientado en tan peculiar universo. Proyecto que por otro lado no comenzaría hasta un año después, en Julio de 2005. La estructura también es peculiar: la saga más ambiciosa de Busiek en la colección tendría una duración de dieciséis episodios repartidos en cuatro volúmenes de cuatro capítulos cada uno, aunque tanto la temática de la historia como los posteriores volúmenes recopilatorios reúnan las dos primeras miniseries en un tomo –Hermanos y otros extraños- y las dos últimas en otro –Hermanos de sangre-.

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No hay que resaltar a estas alturas cuáles son los puntos fuertes de su guionista, situando Marvels como su mejor obra y la más representativa de ese estilo heredado en Astro City: la visión de los seres extraordinarios desde el punto de vista del hombre de la calle. Busiek se mueve muy bien en capítulos autoconclusivos, aunque éstos se encuentren dentro de una serie regular –un ejemplo claro de esto sería una de sus mejores aportaciones: Las historias jamás contadas de Spider-Man-. Sin embargo en esta ocasión ha decidido meterse en una gran epopeya que abarca una gran cantidad de personajes a lo largo y ancho de más de dos décadas de la historia norteamericana. No contento con la cantidad de detalles vertidos hasta entonces en la serie, Busiek se autoexige ir más allá y volver precisamente sobre lo que hizo grande Marvels: refugiarse en su metrópolis y desde allí ir tejiendo el pasado de sus principales protagonistas, ofreciendo de paso explicaciones a cantidad de detalles y diálogos ya aparecidos en números anteriores.

El problema es que no acaba de funcionar como con la obra dibujada por Alex Ross: mientras que el público está muy familiarizado con el pasado del Universo Marvel y conoce perfectamente sus momentos más representativos; en Astro City hay que crearlos sobre la marcha, hacer que el público se interese por ello y de paso contar una historia. Para ello escoge a los hermanos Williams, dos jóvenes de color que ven cómo sus padres son asesinados en un enfrentamiento de superseres a finales de los años cincuenta. Es en los años setenta donde ambos hermanos, ya adultos, se dedican el uno al crimen y el otro a ayudar a los demás como policía, siempre como espectadores de lujo ante la aparición de nuevos superhéroes, batallas cósmicas y enfrentamientos muy variados.

Otro problema con el que se encuentra el guionista es al intentar encuadrar las tramas en una época fácilmente reconocible de la historia norteamericana, por lo que aparecen personajes históricos como Nixon o Reagan y situaciones de sobra conocidas como la guerra de Vietnam. La segunda parte tiene lugar en los años ochenta y pese a que los hermanos sufren un cambio drástico en sus vidas –y todo adquiere un tono demasiado superheroico para mi gusto- todavía es fácil percatarse del empeño del guionista por plasmar el modo de sentir y pensar del habitante medio de Astro City, equiparable a cualquier norteamericano de la época.

Un puntal más en el que apoyar la saga más ambiciosa de la colección hasta el momento: con la inestimable ayuda de Ross y Anderson –portadista y dibujante respectivamente- en el diseño, los personajes que aparecen están caracterizados como se hacían en la época, llenando las páginas de homenajes encubiertos a los héroes más conocidos tanto de DC como de Marvel. Lo que ocurre aquí es que también se le va un poco la mano y hay muchos personajes que simplemente aparecen, sin tener ningún peso dramático ni nada que aportar, lo que acaba por añadir un poco más de confusión.

Con un cierto protagonismo del Agente de Plata, veremos otros muchos como los Apolo 11, Terciopelo Negro, el Ángel Callejero, Jack Caja de Sorpresas y grupos como La Guardia de Honor o la Primera Familia, todos ellos inmiscuidos en un momento o en otro en luchas callejeras, enfrentamientos entre bandas mafiosas o guerras cósmicas más allá del entendimiento.

La Edad Oscura finalizó en mayo de 2010 repleta de homenajes a la historia del comic-book –se aprecia cierto paralelismo con el Kingdom Come de Mark Waid en cuanto a esa desconfianza de la gente ante los héroes y la violencia de éstos- con cierta confusión para con el lector y con una primera parte mucho mejor que la segunda, donde el punto de vista del ciudadano de calle se pierde un poco ante el cambio de profesión de los hermanos y su nuevo objetivo: la venganza. Aun así esta saga se hace entretenida y los espectaculares diseños de Ross son usados por Anderson de una manera acertada, aunque detecto que su dibujo se ha hecho más feísta, más a lo Gene Colan.

La edición en España sufrió un considerable retraso ante el cambio de derechos de la serie, por lo que Norma empezó desde el primer número su fantástica edición de lujo. El material inédito no llegó hasta los tomos 6 y 7 y tan sólo quedan por salir algunos números especiales, todavía no anunciados por la editorial –desconozco si en Estados Unidos se recopilaron en tomo-.

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