jueves, 11 de agosto de 2011

Falling Skies. Primera temporada


Se confirman las sensaciones que ya comenté aquí mismo tras el visionado de los primeros capítulos de esta temporada, que la verdad no tuvo ningún problema para hacerse con la renovación para una segunda tanda de episodios.

La acción pronto se sitúa a las afueras de la ciudad de Boston, donde un grupo de civiles y militares ha conseguido organizarse en un instituto. Las tramas principales de la serie se van desarrollando en un terreno de sobra conocido para los aficionados a la ciencia-ficción más clásica: sobrevivir en una comunidad donde los roles están bien diferenciados en un ambiente familiar donde siempre tienen cabida las tensiones entre los mandos militares y aquellos  más cercanos a los civiles, como el de la doctora o el del propio Mason, profesor de historia en su anterior vida. A las continuas escaramuzas con los invasores alienígenas hay que sumar las dificultades para organizarse o los enfrentamientos con otros seres humanos que tan solo miran por su propio beneficio y que son tan o más peligrosos que los extraterrestres.

Los roles protagonistas son tan arquetípicos como la mayoría de las tramas: los jóvenes independientes; el buenazo que todo lo hace bien; el flirteo amoroso; el malo de turno fugado de la cárcel que posee ciertas habilidades que le hacen indispensable –y además es carismático-; el líder del grupo, con pinta de duro pero con un gran corazón, etc. En este sentido Falling Skies no aporta nada diferente a otras propuestas de temática parecida que ya conocemos, si acaso adornado todo con un buen diseño de producción y efectos especiales.

Lo curioso de la serie quizás se encuentre en un fino equilibrio entre el melodrama familiar y el misterio que representan los seres de otro planeta. Es muy poco lo que se sabe de ellos y en los primeros capítulos casi todo lo que vemos va dirigido a recuperar al hijo mediano de Tom de los Skitters, ya que estos capturan niños y los esclavizan, adueñándose de su voluntad al implantarles unos arneses orgánicos en la espina dorsal. Las intenciones ocultas detrás de estos bichos irán centrando los siguientes capítulos, siempre pendientes de descubrir algo nuevo sobre ellos.

Los guionistas de la serie tratan esto bien, quizás porque saben de sobra que un grupo de individuos a la carrera o parapetados tras unos muros no puede dar más de sí. De ahí que las respuestas vayan apareciendo poco a poco pero sin pausa, dando buenas sorpresas al espectador. El final de la serie es una prueba de ello, con un cliffhanger muy curioso y espectacular.

En resumen, esta serie no es espectacular ni se hablará de ella en interminables foros de internet; pero es entretenida y está bien realizada, sabe jugar sus cartas y puede haber encontrado un filón que explotar en los seres invasores. Por ello, su segunda temporada merecerá un poco de atención. 

2 comentarios:

  1. Gracias por la reseña, no sabía que ya había terminado la primera temporada, me pondré con ella en breve que tengo la manía de no empezar ninguna temporada hasta que no está terminada XD

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  2. Yo siempre estoy dividido entre esperar a que acabe una serie o irla siguiendo poco a poco.

    Y gracias a ti por el comentario.

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