Con casi dos años de retraso llega a España una de las
últimas películas del director Antoine Fuqua –que ha querido la casualidad que
hace justo diez años saltara al estrellato con una película de temática
parecida: Training Day, donde ya
colaboró con Ethan Hawke (Daybreakers).
Desde entonces que ha probado suerte en varios géneros sin conseguir llamar la
atención de nuevo, pese a ir trabajando con actores de primera línea (Lágrimas del sol, El rey Arturo o Shooter).
Así que de vuelta a lo conocido, contándonos una historia
protagonizada por tres personajes bien diferentes: Eddie Dugan (Richard Gere)
es un veterano policía al borde del retiro que lo único que pretende hacer con
los pocos días que le quedan es pasearse en su coche patrulla y salir del
atolladero que son las calles de Brooklyn lo antes posible. Cree que ya ha
cumplido, está cansado y deprimido y no tiene a nadie. Sal Procida (Hawke)
también es policía, pero sus gastos le hacen plantearse sacar tajada en algún
momento. Tango es un mafioso interpretado por Don Cheadle (Iron Man 2) a las órdenes de un capo al que da vida Wesley Snipes.
Sus historias irán desarrollándose en paralelo y llegando a
cruzarse en muy pocos momentos, en especial en los instantes finales de la
película donde tiene lugar el clímax. Sin duda el mejor personaje es el de
Gere, que no lo hace mal. Pero también es cierto que es una historia algo tópica,
cuyo final se ve venir de lejos y que no ofrece nada en especial, ni que llevará
a su director de nuevo a lo más alto de la taquilla.
Aparecen en papeles secundarios algunas caras conocidas de
la televisión como la de Will Patton (FallingSkies) o Michael Kenneth Williams (BoardwalkEmpire; The Wire; La carretera).



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