sábado, 24 de mayo de 2008

House. Cuarta temporada


Más corta de lo normal debido a la ya superada huelga de guionistas –sólo 16 capítulos- la última temporada de House hasta ahora nos ha deparado un original cambio de equipo, varios capítulos memorables y un final trepidante que eleva cada vez más el ya de por sí alto nivel de la serie.

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La fórmula mágica
Porque si se usa bien, funciona. Cómo seguir repitiendo la misma fórmula por cuarto año consecutivo sin que esta parezca agotada: nos deshacemos de los antiguos protagonistas –el equipo de House- y los cambiamos por otros, prácticamente iguales. Y además aprovechamos el proceso para montar un casting delirante que nos permita quemar algunos capítulos. Por supuesto los miembros del antiguo staff no desaparecen, sino que los conservamos un poco más, que ya tienen su encanto y gustan al público. En el fondo, la serie no ha cambiado un ápice, pero la verdad es que parece otra. Ha rejuvenecido, se ha refrescado.


Pequeñas obras maestras
Y si además seguimos con la política de que cada pocos capítulos hacemos uno que sea especial, memorable, que la gente comente lo bueno que es. Como aquél en el que un paciente tiene el Síndrome del Espejo, y tiende a copiar la personalidad de la gente que tiene alrededor, proporcionándonos una descripción minuciosa de los nuevos médicos –y de la relación Cuddy-House, por cierto-; o en el que un joven con una terrible malformación va a ser operado al tiempo que un reality show graba el proceso; o cómo diagnosticar a una algo más que admirada colega en el mismísimo Polo Sur. Y por supuesto, la traca final.

El final
Con los reveladores capítulos de House’s Head y Wilson’s Heart, tras un accidente de autobús sufrido por House, éste pierde parcialmente la memoria, pero no puede evitar la sensación de que vio un síntoma en alguien que está a punto de morir… y ese alguien es Amber, la novia de Wilson.

En estos dos últimos capítulos se hace una mezcla extraordinaria de drama con los toques de humor propios del personaje de House, aquí algo más exagerado debido a la urgencia de resolver el caso. Asistimos a cómo funciona su mente, en unas oníricas secuencias y descubrimos que cuando el paciente es alguien cercano, la forma de actuar del genial médico ya no es la misma. La relación entre Cuddy y House se muestra más cercana de lo que hasta ahora se había mostrado, y por supuesto, entre House y su mejor –tal vez único- amigo ha ocurrido algo que quizás no logren superar. Un gran final con un mensaje: “ya nada será igual”.

2 comentarios:

  1. La quinta me está gustando más, no cabe duda de que va mejorando según quema etapas.

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  2. La Quinta Temporada empezó muy fuerte, con ese triángulo emocional entre House, Cuddy y Wilson a tope. Aún así tengo que admitir que los últimos capítulos -desde el parón navideño- me están dejando algo fríos, perdiéndose en las tramas secundarias y dejando de lado -quizás están pensándose los pasos a seguir- al propio House, lo que repercute negativamente en la serie.

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