lunes, 26 de octubre de 2009

Estrella Oscura, de John Carpenter


Lo que empezó en 1974 como un proyecto final de carrera con un presupuesto de apenas 10.000 dólares y cuarenta minutos de duración, se convirtió tras un arduo trabajo en un largometraje de 60.000 dólares.

Junto con O’Bannon como principal colaborador en el guión y encargado de los efectos especiales –además de interpretar uno de los papeles de los cinco personajes que aparecen en la obra-; Carpenter se encargó de la dirección y de la música, que mezclaría algunas canciones conocidas pertenecientes a la música clásica con una balada country compuesta por él mismo.

Click para la reseña.

La Dark Star es una nave espacial que lleva tres años en el espacio buscando vida inteligente en otros planetas y que acaba de perder a su comandante. De los cuatro restantes, el que ostenta el mando añora sobremanera su tabla de surf y sólo se alegra cuando bombardea hasta la destrucción planetas deshabitados; otro apenas se relaciona con el resto, siempre pendiente del espacio y perdido en su contemplación; los otros dos tampoco andan muy bien, uno es cada día más violento y el restante debe de preocuparse de alimentar a una criatura alien de la que se encaprichó y que trajo abordo. Si esto ya parece disparatado, no ha hecho más que empezar. El alienígena en cuestión parece una pelota de playa –tal cual, no es coña- y tiene muy mala leche, por lo que acaba fugándose y correteando por todas las cubiertas hasta que… bueno, ¡hasta que se pincha! Pero lo más preocupante ocurre cuando tras pasar un campo electromagnético, una de las bombas recibe constantemente la señal de ser lanzada. Como tiene parte de consciencia, el ordenador central de la nave logra convencerla de que se trata de un error un par de veces, tras lo cual la bomba se planta y decide que ya va siendo hora de detonarse. Como el mecanismo de lanzamiento también ha resultado averiado, el astronauta al mando tendrá que salir al exterior e intentar convencer a la propia bomba –usando todo tipo de psicología- de que no tiene por qué detonar.
Una bomba con delirios metafísicos


Una historia delirante para una película de bajísimo presupuesto cuyos efectos especiales se han quedado más que antiguos, antediluvianos, pero que en su momento llamaron la atención de tal manera que O’Bannon fue requerido posteriormente por un desconocido George LucasDark Star se estrenó en 1974-. La ambientación no podía ser más setentera, con paneles llenos de luces y colores y con los astronautas con largas melenas y barbas, como si fueran hippies en el espacio. Lo del extraterrestre no tiene ni nombre…

Pero fue lo suficientemente buena –se la llegó a denominar como la mejor película hecha jamás por un estudiante- he hizo que los productores se fijaran en la pareja de creadores que curiosamente quedaron tan desencantados de la experiencia que se enemistaron y nunca más volvieron a trabajar juntos. Aún así, Carpenter consiguió lo que se proponía, haciendo el cine que le gusta, con su música y usando un look que poseían filmes de los años cuarenta. Y además dio con un final increíble sólo comparable al que Kubrick bordara en Teléfono Rojo. También hay que reconocer que, vista hoy en día, la película ha quedado muy desfasada y ha envejecido de forma fatal, pero no hay que olvidar que se inició como un proyecto personal sin apenas dinero y luego se mejoró sobre la marcha.
La criatura proveniente del espacio exterior que complica la vida a uno de los astronautas


No es lo que le pasaría en su siguiente trabajo, que ha quedado como todo un clásico, el primero de los muchos que llegaría a filmar: Asalto a la comisaría del distrito 13.


TRAILER DE LA PELÍCULA




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