Tras el calculado –y desmesurado- éxito de unir los lápices de Jim Lee con Batman durante doce números, desde las alturas de la editorial decidieron repetir esquema con el otro personaje icónico. La estancia del dibujante estrella durante un año en la serie regular de El Hombre de Acero no se hizo esperar, aunque ciertos cambios importantes fueron hechos. Si bien Silencio vendió como ningún otro, las críticas que recibió por parte de muchos de sus seguidores animaron a introducir variaciones que tuvieron dos consecuencias importantes: la primera de ellas es que el producto acabado difería y mucho en estilo y forma; y la segunda –y para la editorial más importante- es que ni de lejos alcanzó las cotas de fama y ventas que su predecesora.

Portada de Jim Lee para la reedición de For Tomorrow en formato Absolute
Click para continuar.
Brian Azzarello es un guionista norteamericano nacido en Cleveland. Su trabajo más famoso hasta la fecha ha sido la serie para Vertigo 100 balas, cocreada junto con su amigo argentino Eduardo Risso, y que les ha valido a ambos el reconocimiento de la industria y algún Premio Eisner. Para este mismo sello dedicado a lectores adultos ha realizado una etapa en Hellblazer –con Richard Corben- o un reciente western que no duró demasiado (Loveless). En el terreno superheroico ha trabajado en algunos proyectos para Marvel, junto con Corben y alejados de la continuidad en personajes como Hulk, Luke Cage o Spiderman. En DC tiene alguna historia de Batman y una muy buena sobre el Joker. También se ha centrado en Lex Luthor. Pero su historia más ambiciosa fue la que tuvo lugar entre los números 204 y 215 de la serie regular Superman, entre el 2004 y 2005. Las críticas recibidas no fueron las esperadas y todavía hoy en día se duda de su capacidad para guionizar superhéroes con tramas alejadas del género negro. Actualmente está llevando adelante un ambicioso proyecto en DC usando a personajes en una época pasada, en historias de género negro, donde Doc Savage, un nuevo Batman o The Spirit cruzarán sus caminos.
De Jim Lee ya comenté algo en una entrada anterior, relacionada con sus lápices en la historia de Batman Silencio. En la actualidad Lee sigue ligado a este personaje en una polémica etapa junto con Frank Miller. También sigue siendo muy solicitado en la realización de portadas e ilustraciones promocionales.

Por el mañana
Aunque en el terreno editorial esta saga ha seguido los mismos pasos que Batman Silencio, es decir, publicada originalmente en la serie regular; luego recopilada en sendos tomos, de tapa blanda primero y dura después; para llegar al final a ser recopilada en formato Absolute; lo cierto es que, al contrario que su predecesora, que vendió más a cada número, Por el mañana empezó muy fuerte situando a Superman en los primeros puestos de venta –lugar que hacía mucho tiempo que no frecuentaba- y luego fue menguando poco a poco, debido a la fría acogida de las entregas sucesivas. Como balance final, fue imposible repetir el éxito conseguido por la dupla de autores Loeb-Lee.
Y es que, buscando el éxito de crítica y público, se impulsó un alejamiento formal de la larga etapa de Lee en Batman, usando para ello a un guionista diametralmente opuesto a Loeb y que, como se esperaba, entregó una historia bien diferente. Si en Silencio todo era atropellado y Lee podía hacer y deshacer a su antojo en una trama sin mucho sentido donde aparecían multitud de personajes y escenas de acción unas detrás de otras, en Por el mañana priman las conversaciones, las miradas introspectivas entre los protagonistas; apenas escenas de acción trepidantes en los primeros números. Azzarello apuesta por una historia muy personal y algo original, que en su conjunto resultó algo lenta en su inicio, atropellada en su final, confusa vista en totalidad y sobre todas las cosas, a ojos del gran público fue acusado de desaprovechar a un talento como Jim Lee, que por primera vez desde hacía mucho tiempo no era el protagonista absoluto de la obra, sino que se vio obligado a seguir los pasos dictados por el guionista.

En las primeras páginas Superman llega hasta una iglesia católica en busca de consuelo. En su encuentro con el padre Daniel nos da la impresión de que quiere confesarse por algo muy grave que ha hecho. Azzarello retrata aquí a un Superman algo confundido en su relación con la humanidad y sus sentimientos de pertenencia a nuestra raza están lejos de ser claros. Un acontecimiento extraordinario ha ocurrido en la Tierra, una serie de desapariciones en la población mundial entre las que se encuentra la propia Lois. Kar-El se encontraba en el espacio en ese momento y no pudo hacer nada por ayudar. Sin embargo, el pecado que finalmente confiesa nos deja a todos atónitos: lo que hice fue salvar al mundo. El primer número de doce es quizás el mejor de todos, planteando una trama novedosa, un punto de vista del superhéroe alejado de los normales y una intriga que atrapa al lector.
En sucesivos capítulos, Superman sigue sincerándose con el padre David. Algunas escenas espectaculares de acción se muestran en pocas viñetas, para dar a entender que el Hombre de Acero sigue ocupado en lo suyo. Pero lo importante es su relato. El origen de las desapariciones parece estar en un país que sufre una cruenta guerra civil. Nada más aparecer en los cielos, Superman decide quitarles todas las armas que poseen y concederles un momento de paz, algo que propiciará nuevas acciones que acabarán por desencantar al kryptoniano. Allí conocerá al nuevo líder de la nación y a su mejor mercenario, mejorado genéticamente y encontrará el origen de las desapariciones, si bien no el por qué. También hará su aparición un extraño mercenario que irá extendiendo sus hilos a lo largo de toda la historia. La JLA tendrá un breve encuentro con el héroe por su errático comportamiento, ya que no ven con buenos ojos su intervención en un país soberano.

A mitad de la historia tiene lugar lo que menos he entendido de la misma, que no es sino el enfrentamiento de Superman con cuatro criaturas elementales que le exigen que abandone su planeta. Un número dedicado exclusivamente a una pelea, con retazos de la conversación de Superman con el padre Daniel.
A partir de entonces la historia toma un rumbo inesperado y confuso. En el que quizás sea el mejor número desde el inicial, Superman deja de intercambiar intimidades con el sacerdote y lo lleva directamente a la Fortaleza, donde tiene planeado algo que la JLA no puede permitirle. Merece destacar esa conversación con Batman que define muy bien la relación entre los dos amigos y con un tono de despedida que incluso el mejor detective del mundo tarda un poco en comprender. Batman envía a Wonder Woman armada y escudada en la magia para detener a Superman. El enfrentamiento con Diana es inevitable y acabará destrozando la Fortaleza de la Soledad.
La última parte de la historia son cuatro números donde se nos explica qué ha intentado hacer Superman por aquellos que desaparecieron y cómo en su orgullo, intentando superar el error más importante de su propio padre Jor-El, ha caído en uno mucho mayor y peligroso. El enfrentamiento final con un villano principal –e inesperado por mí- y la resolución alojan nueva luz sobre la psicología de este inmigrante alienígena acogido en nuestro planeta que lucha por integrarse y carga con una de las mayores responsabilidades que existen: salvar a todo el mundo.

Por su parte, Jim Lee empieza de forma sorprendente, plasmando un Superman majestuoso sin secuencias de acción. Apenas flotando en el aire o comiendo una manzana, el Superman de Lee despliega fuerza y poder. Conforme va avanzando la serie y comienza a dibujar más escenas de acción su trazo vuelve a ser el de siempre, espectacular y grandioso, pero se me antoja que pierde algo de calidad en comparación con las primeras páginas. Scott Williams y Alex Sinclair siguen fieles al dibujante coreano.

Aún así su Wonder Woman es preciosa, guerrera y voluptuosa a la vez. La JLA posee sus pocas viñetas de grandeza. Las criaturas elementales están muy bien diseñadas, en especial la equivalente a la tierra y surgida de las entrañas del Monte Rushmore. Los números finales ambientados en una especie de paraíso tienen un estilo diferente al empleado entre los muros de Metrópolis. Lee raya a un gran nivel. Incluso me atrevería a decir que los primeros números están entre lo mejor de su trabajo, de toda su carrera.
Valoración personal
Tengo que admitir que la primera vez que la leí –en los tomos tapa blanda publicados por DC, pasé de la edición de Planeta- me costó comprender la historia cuando terminó, pero recuerdo que en sus primeros números despertó interés en mí en ver cómo avanzaba la misma. La comparación constante entre Superman y el padre Daniel me parece acertada y revela una forma curiosa de acercarse a Clark Kent. Los dibujos de Jim Lee eran magníficos.

![]() |
| Superman y Batman, por Jim Lee |
Con el paso de los números me fue decepcionando un poco, en especial por el final apocalíptico, que no me acabó de convencer que pegara con los derroteros que iba tomando la trama. Sin embargo tengo que admitir que me gusta releerla, que es un trabajo diferente, una aproximación al superhéroe por parte del guionista que no gustó especialmente pero que a mí me llamó mucho la atención por original y por arriesgada. Su interacción con el resto de la Trinidad también me agradó. Pese a una parte central algo confusa y a un final extraño, es una obra que recomiendo a todos los niveles, ya sea al de dibujo o al de guión.
La comparación con Silencio no es que sea necesaria –ya ha aparecido varias veces a lo largo de este post- pero sí que es reveladora. Dos formas opuestas de guionizar, contando con el mismo dibujante –uno muy bueno, que convierte en oro todo lo que toca-. Si tuviera que elegir, escogería la apuesta por la reflexión y lo diferente, lo original; antes que quedarme con el entretenimiento de manual. Eso no quiere decir que desprecie la aventura del murciélago, que también me ha apetecido releer de vez en cuando. Lo mejor, sin duda, es poder acceder a las dos y comparar dos formas diferentes de hacer cómics de superhéroes hoy en día. Y sacar las propias conclusiones.


No hay comentarios:
Publicar un comentario