jueves, 14 de enero de 2010

La decisión de Anne, de Nick Cassavetes


Tras poner a media platea llorando con El diario de Noa, Cassavetes vuelve al terreno del drama de lágrima fácil, algo que hay que reconocer que sabe llevar más o menos, cayendo en algunos tópicos –lo del uso de una canción triste en los momentos más íntimos de la familia es algo que empieza a cansar- pero en general ofreciendo un producto que entretiene y en algunos momentos llega a emocionar.

Cameron Diaz interpreta a una madre que ha dejado su trabajo de abogada para volcarse en el cuidado de su hija mediana, enferma de leucemia. El nacimiento de su hija menor –la Anne que da forma al absurdo título en español, vista en Zombieland- vino condicionado por la posibilidad de ayudar a su hermana, por lo que fue concebida in Vitro. Su marido, interpretado por Jason Patrick es bombero y vive igual de entregado a su familia –según mi gusto, un hombre demasiado perfecto, la razón y la cordura en toda la película-. La trama comienza cuando la pequeña Anne se niega a seguir prestándose a tratamientos médicos para ayudar a su hermana y mucho menos a donarle un riñón. Para ello contrata los servicios de un abogado (Alec Baldwin) que la enfrentará con su familia por su independencia médica.

Aunque hubiese sido más interesante analizar las implicaciones morales y legales que se dan en semejante hecho, Cassavetes no se centra excesivamente en los vericuetos judiciales, sino en el drama que vive una familia que está a punto de perder a uno de sus hijos por una larga enfermedad y a cómo reaccionan los padres y hermanos, cuyos pensamientos nos son mostrados por el director usando el recurso de la voz en off.

El final llegó a sorprenderme, no lo vi venir y por eso quizás acabó gustándome esta película más de lo que parecía en un principio. Por lo demás, los actores correctos en papeles difíciles, siendo Cameron Diaz la que lleva más peso interpretativo.

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