
Tras las desilusionantes últimos rumores sobre la multimillonaria franquicia -la Metro tiene muchísimos problemas económicos a los que no encuentran solución- en la que se anunciaba la parada de la preproducción del próximo Bond; una gran noticia viene a despejar un poco las dudas: el director contratado para filmar dicha película no es otro que el reputado y personalísimo Sam Mendes (Revolutionary Road).
La última experiencia de situar a un director con nombre propio al frente de una gran superproducción de acción -películas a las que no están acostumbrados- fue un auténtico desastre. Foster casi hunde él solo una franquicia que apenas unos años antes había vivido una resurrección inaudita de la mano de Martin Campbell y el nuevo Bond, un Daniel Craig (Resistencia) que rompió muchos moldes y rehizo el papel a su medida.
¿Podrá Mendes no sólo entregar una historia más del agente británico, sino una buena película? A partir de Junio del año que viene podremos empezar a comprobarlo.
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