
Horroroso título en español -¿qué tiene de malo La mujer del viajero en el tiempo?- para esta producción intimista que se estrenó el año pasado en Estados Unidos y que comienza con unas muy buenas escenas que dejan algo desconcertado al espectador hasta que Henry (Eric Bana, Star Trek) se encuentra por casualidad con una joven llamada Clare (Rachel McAdams, Sherlock Holmes) que lo conoce desde siempre, aunque él mismo no se acuerde. Y es que Henry tiene una peculiaridad: es capaz de viajar en el tiempo, aunque no puede controlarlo. Le ocurre algunas veces, ya sea saltando hacia atrás o hacia el futuro, llegando a aparecer desnudo en las más diferentes situaciones.
La historia de amor que envuelve a los dos jóvenes es lo que cuenta esta película, siempre en el marco de fantasía que supone la condición del protagonista. Y aunque los inicios son algo desconcertantes, hecho en falta una trama central más potente, que mantenga al espectador en vilo. El director –cuyo único trabajo previo que conozco es el Piloto de Lie To Me (Miénteme)- se dedica a narrar una relación de pareja –noviazgo, boda, familia- que tiene que lidiar con los problemas derivados de que uno de ellos desaparezca en el momento más inoportuno. Una historia de amor que en su totalidad queda muy sosa, ya que tanto la dirección, como los intérpretes como el propio guión acaba haciéndose muy aburrido. Y es que la mezcla amor-fantasía no cuaja en ningún momento y el hecho de que nada tenga pies ni cabeza en todo el metraje afecta con rapidez de los asistentes a la sala. Además existen determinadas escenas donde no puede hacer una cosa pero luego simplemente sí puede, sin mediar explicación ninguna. Estas trampas argumentales tampoco ayudan mucho a la historia.
Una película rara, con una mezcla extraña de géneros y una realización anodina, que aburre en su mayor parte.
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