
Portada a doble página de Olivier Coipel para conmemorar el número #600 de la colección
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En Julio de 2007 le fue ofrecida la posibilidad de relanzar desde un nuevo primer número la colección de uno de los personajes más antiguos de la editorial, así como uno de los más poderosos: el dios nórdico del trueno. Straczynski no sólo aprovechó el momento, significativo ya de por sí hablando desde un punto de vista editorial, ya que en el último número de la última colección del personaje este sucumbía al Ragnarok y moría junto con todo su pueblo, los asgardianos; sino que se dio el gustazo de poder escribir en un tono más grandilocuente, más shakesperiano en palabras del propio autor, adecuado para muy pocas situaciones. La particular forma de hablar de los dioses nórdicos le dio al guionista la oportunidad de desarrollar este estilo de escritura. Comentar que Straczynski opta por dejar de lado los cuadros de texto y sólo plantearse el uso de diálogos entre personajes, dejando gran parte de la responsabilidad de narrar la historia en manos de su dibujante regular, el francés Olivier Coipel, uno de los valores en alza de la Marvel actual y que posee varias de las características particulares de muchos de los grandes artistas del momento: dentro de su estilo, es tan espectacular como lento.
Lejos han quedado los tiempos en que los dibujantes podían entregar 24 páginas por mes y Coipel no es una excepción. Su trazo es muy limpio, posee un diseño de página diferente pero bien realizado y es capaz de plasmar preciosas imágenes relacionadas con los nórdicos. Destaca también en llevar a cabo uno de los puntos fundamentales que su guionista quería mostrar en esta etapa en la colección: el marcado contraste entre los dioses escandinavos y los habitantes de un pueblo en Oklahoma, ya que por azares del destino se ven obligados a ser vecinos. Las escenas de acción que plasma Coipel son espectaculares, pero escasas, ya que el tono general de la serie es más reflexivo y emotivo que una simple concatenación de enfrentamientos.

Los verdaderos orígenes: Los 4 Fantásticos
En los meses previos al cruce marvelita que más polvo ha levantado en los últimos tiempos las principales colecciones se encontraban bajo el eslogan The Road To Civil War. Straczynski era guionista de la colección de la Primera Familia, una etapa que no destacó casi por nada, pero que en sus números #536 y 537 USA contó una aventura –ayudándose de los lápices de Mike McKone- en la que el Dr. Muerte intentaba hacerse por todos los medios con el martillo de Thor, que languidecía en una llanura de Oklahoma sin que nadie fuese capaz de moverlo un solo milímetro.
Thor (Vol. III)
La primera saga a cargo del equipo creativo con Straczynsky a los guiones, Olivier Coipel a los lápices y portadas, Mark Morales a las tintas y Laura Martin a los colores comenzó en Septiembre de 2007 con una emotiva historia de muerte y renacimiento donde ya se puede apreciar el tono mítico de la serie y su elevada calidad gráfica. La situación inicial es original: Thor ha sido devuelto a la vida gracias a su vínculo con el mortal Donald Blake. Con todo el poder de los dioses nórdicos, el Señor de Asgard emprenderá una cruzada para situar su tierra en plena Oklahoma y volverla a habitar con sus congéneres, los cuales duermen dentro de cuerpos mortales. Esto afectará a los habitantes de un pueblo cercano que de repente tendrán que convivir con innumerables dioses nórdicos, lo que dará pie a los mejores golpes de humor de toda la serie.

La acción y la crítica social tampoco están reñidas con la colección. Ya en su tercer número Thor visitará una Nueva Orleans arrasada por el Katrina que libra su propia lucha por salir adelante. Un corto enfrentamiento con Iron Man le sirve al guionista para situar a Thor en un nivel de poder diferente al de la mayoría de los mortales que habitan Midgard –el dios del trueno barre el suelo con el flamante nuevo líder de SHIELD-. Un campo de refugiados en África es otro ejemplo claro de esta iniciativa. En esta primera saga irán desfilando algunos enemigos como el Destructor y aliados como los Tres Guerreros, Heindall o Balder y, como no podía ser de otra forma, Loki, cuyas maquinaciones no han hecho más que comenzar, empezando por un cambio de look: ahora habita en el cuerpo de una mujer. Incluso una incipiente historia de amor, entre la diosa asgardiana Kelda y un mortal llamado Bill, verá su nacimiento en estas primeras páginas.

La aportación de Marko Djurdjevic
La realidad se mezcla con la ficción en esta historia, donde un exhausto Thor necesita dormir el Sueño de Odín para reponer sus fuerzas. En dicho reposo, el hijo se encontrará con el padre y hallará la explicación a su ausencia. Straczynski va sembrando algunas semillas que serán muy importantes en el futuro al tiempo que desarrolla otras subtramas, como el reencuentro entre Blake y Jean Foster.

Esta minizaga en dos partes está dibujada por el alemán Marko Djurdjevic, ya que el dibujante titular debió de acabar tan exhausto como el propio protagonista de la serie. Es uno de sus trabajos interiores más largos –hasta ahora se ha centrado más en realizar portadas y en rediseñar conceptos- y no decepciona, pese a la enorme diferencia con Coipel.
Comienzan los parones
Tras ocho números con una periodicidad asumible, el #9 USA fue publicado en Julio de 2008, tras dos meses sin entrega. Vuelve Coipel para continuar con los planes de Loki y las primeras consecuencias: se descubre un nuevo heredero al trono, un hermanastro de Thor: el mismísimo Balder.
Damos otro salto en el tiempo hasta Septiembre de 2008 para continuar con la historia, aunque hay que reconocer que el dibujante plantea una composición de página y un acabado de gran nivel. En el #11 USA, además de continuar con las tramas y subtramas –el guionista ha sido criticado por su manera de conducir sus guiones, de una forma lenta y pausada- tiene lugar uno de los puntos álgidos de esta particular etapa: el encuentro del dios del trueno con su amigo muerto, Steve Rogers, el Capitán América. Por la forma en que ha tratado a este personaje como secundario –tanto en su etapa en Spider-Man como en este número- no me importaría ver a Straczynski ocupándose del destino del Centinela de la Libertad. Lo del minuto de silencio en todo el mundo es muy emocionante.

El número mítico que representa la docena de entregas en una colección llegó sin mucho ruido en Enero de 2009 –llevamos más de cinco meses para tan solo tres entregas- ya que la gran traca final estaba prevista para el siguiente, que conmemoraría la publicación del número #600 USA de la colección, propiciando la vuelta a la numeración clásica. Publicado en Abril de 2009, Coipel se despide con un gran trabajo asistido por Djurdjevic, que ilustra el punto diferente de vista que tiene otro personaje protagonista, fusionándose muy bien en la historia usando un recurso que últimamente está muy de moda, como ya comenté cuando reseñé la etapa de Mike Carey en los X-Men. Hay que comentar que en algo más de año y medio, Coipel ha sido capaz de entregar tan sólo diez números, de los cuales el último no le correspondía todas las páginas, aunque se tratara de un especial.
Volviendo a la historia, la trama principal del guionista explota de forma sorprendente uniendo el pasado con el presente en una batalla a vida o muerte en pleno Nueva York entre dioses con la participación de los Vengadores –aunque no los que Thor conoce, aquí tenemos el primer cruce con el Reino Oscuro-. Una batalla cuyas consecuencias, aunque no son originales, sí que llegan a sorprender al lector. Que por cierto Stan Lee se une a la fiesta de aniversario para guionizar una historia típica de las suyas con el español David Aja a los lápices y tinta.

El final
Las interminables injerencias editoriales impiden que el guionista desarrolle sus ideas y ya tiene pensado abandonar la colección. Pero antes de marcharse quiere atar algunos cabos sueltos y para ello cuenta con Djurdjevic de nuevo a los lápices. El Dr. Muerte ha aparecido ofreciendo asilo a los asgardianos, que no se sienten cómodos en Oklahoma. Con Loki moviendo los hilos, Balder como soberano y Thor exiliado con su precioso martillo destrozado, Straczynski se centra en su historia de amor. Tampoco se olvida de un asgardiano que permanecía oculto: Lady Sif.
El último número de la serie regular a cargo de ambos artistas es el #603 USA (Noviembre de 2009) pero no el último de la etapa, ya que la serie se necesitaba para el siguiente evento editorial, por lo que la conclusión se vería en un número especial, el Thor Giant-Size Finale, donde hay que reconocer que se notan las prisas y queda un número precipitado, para nada la conclusión dramática que debería haber sido el final de esta etapa que llamó la atención de los aficionados desde sus mismos comienzos y, como suele ocurrirle al guionista en los últimos tiempos, no exenta de polémica.

La edición de Panini en España
Hay que reconocer que la edición de este tipo de series no es nada fácil. Descartado desde el comienzo la edición de grapas dobles por la falta de material, a la editorial italiana sólo le quedaba editar un número americano cada mes y rezar para que las entregas en los Estados Unidos recuperaran algo de normalidad. Como no ha sido posible, la editorial acertó en un primer momento añadiendo historias especiales realizadas en su mayoría por el guionista Matt Fraction (y de las que ya hablé aquí mismo) y dibujadas por varios artistas. Una serie de especiales centrados en las primeras aventuras de Thor que reyaban a un buen nivel. El experimento fue funcionando bastante bien –hay que agradecer que en ningún momento a Panini se le ocurriera mezclar los números de la serie regular con el de estos especiales, obligando a la compra de material innecesario- hasta que los números especiales empezaron a escasear. El siguiente fue una historia ambientada en Egipto con el gran Alan Davis, que recuperaba al Thor clásico. Ninguna queja sobre esto. El siguiente parón también me pareció un acierto, situando en una sola grapa española el cruce del asgardiano con el evento Marvel del momento: Invasión Secreta. Pero a partir de aquí la cosa decae y mucho. Agotadas las historias sobre Thor –tan sólo queda un Annual por publicar- la editorial decide ir añadiendo algunas páginas de Bill Rayos Beta, amigo y compañero de Thor, pero cuyas aventuras son mucho menos interesantes –y de menor calidad-. Es cierto que no es culpa suya y que poca responsabilidad podemos achacarle, pero sí que se puede analizar la viabilidad o no de interrumpir una serie en el mercado español cuando fallan las entregas, en vez de continuarla con otros números. No es que me afecte lo más mínimo, pero es lo único que se me ocurre.

La mejor etapa de Thor es la realizada por Walter Simonson y ya hablé de ella aquí.

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