La ganadora en el último festival de Sundance es esta producción australiana que cuenta con Guy Pearce en un papel secundario como único actor conocido de todo el reparto. Al tratarse de una producción de cine independiente, posee muchas de las características de ese estilo: se trata de una historia social donde un joven de 17 años que queda huérfano se va a vivir con su abuela y sus tíos, que resultan ser una familia de criminales y traficantes. Como es el nuevo y el más joven, la policía le presionará cada vez más, sobre todo uno de ellos que cree poder apartarlo de las malas influencias -el interpretado por Pearce (El discurso del rey, La carretera, En tierra hostil, L. A. Confidential)-.
Además tenemos un actor inexpresivo que se pasa todo el metraje con cara de adobado y que apenas habla. Los diálogos son pocos y la situación va desarrollándose de forma lenta, mientras el chaval va pululando de la comisaría a su casa y tiene que hacer frente a las diferentes presiones de unos y de otros.
Por lo tanto estamos ante un claro ejemplo de cine independente, esta vez fuera de los Estados Unidos pero muy del estilo de las que suelen salir del circuito habitual para estas producciones. Algo larga en su duración para mi gusto, pero ya me lo esperaba. No se acerca a otros éxitos salidos del festival ideado por Robert Redford -de ahí su nombre, de uno de los papeles más famosos del actor, el de Dos hombres y un destino- como los descubrimientos de Tarantino (Reservoir Dogs, Malditos bastardos), los hermanos Coen, Kevin Smith (Vaya par de polis, Hagamos una porno), Robert Rodriguez (Machete) o Aronofsky (El luchador).
Ha sido nominada al Globo de Oro en la categoría de Mejor Actriz de Reparto.
Ha sido nominada al Globo de Oro en la categoría de Mejor Actriz de Reparto.


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