La segunda serie, por el contrario, se ha convertido en el
mejor ejemplo de cómo hacer un gran cómic de superhéroes moderno y de paso
hacer historia en la industria. Porque no es arriesgado aventurar que quizás
nos encontramos ante una de las mejores historia –sino la mejor- de un
personaje que lleva cerca de 70 años surcando los ficticios cielos de
Metrópolis.
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| Portada de All Star Superman #1 USA |
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Tamaña obra se alargó más allá de lo previsto y ha sido en
su recopilación en tomo cuando ha alcanzado todo su potencial al poder leerla
entera de seguido y poder apreciar la cantidad de detalles que Morrison siembra
por todas sus páginas. Doce números dibujados por Frank Quitely, amigo personal
del guionista, cuyas portadas también se encarga de realizar; todo ello gracias
a la colaboración del también escocés –vaya trío de forman los autores- Jamie
Grant, que gracias a su entintado digital logra dotar a la obra de un acabado y
un color inigualable.
Y es que estamos en una de esas raras ocasiones en las que
la unión de los diferentes talentos de sus autores no solo casan a la
perfección, sino que van un paso más allá para legar a los aficionados una obra
maestra del cómic de superhéroes, cuyo protagonista absoluto no es otro que
Superman, el primero, el más icónico, uno de los más poderosos y por desgracia
uno de los que se ha demostrado más difíciles son de escribir.
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| Portada de la edición Absolute |
El guión de Grant Morrison apuesta por dar respuesta a una
pregunta muy difícil que todo aficionado se ha hecho alguna vez: ¿qué pasaría
si Superman muriera? Para ello, no contento con narrar una simple historia
emotiva de acción, decide dar un repaso previo a la mayor parte de la mitología
del personaje, con especial cariño por sus primeros años donde las aventuras
eran más coloridas e inocentes, pero sin olvidar sus más recientes apariciones.
Y para dar todavía más al lector, todo va a tener un cierto halo de
trascendencia, de epopeya griega y presentado todo en un perfecto envoltorio de
ciencia-ficción naif, todo un alarde de imaginación y originalidad, que
encuentra en el tablero de dibujo de Quitely el mejor aliado posible.
Lex Luthor, descrito por el guionista como el culmen de la
perfección física y psíquica humana, ha conseguido su deseo más anhelado:
acabar con Superman. El científico multimillonario y filántropo Quintum –con un
abrigo multicolor que me recuerdan a los trajes de camuflaje de A Scanner Darkly- se encuentra en una
misión en pleno sol cuando uno de sus ayudantes perfeccionados genéticamente se
convierte en una bomba humana. El posterior rescate de Superman acaba con este
descubriendo no solo nuevos poderes, sino que los antiguos son más potentes que
nunca. Pero el precio es muy alto: sus células se sobrecargan y el colapso
celular parece inminente. Primera paradoja de Morrison: aquello que le da su
poder es lo que acaba matándolo.
Ya desde el primer número podemos apreciar la apuesta clara
de los autores: Morrison no está interesado en contar de nuevo lo mismo –el
origen de sobra conocido ocupa tan solo cuatro viñetas- y pretende repartir el
tiempo entre Superman, sus enemigos, su alter ego y sus secundarios del Daily Planet. Quitely presenta un
Superman poderoso y bonachón, clásico en su concepción con su mandíbula
cuadrada y su volumen, con apenas un rediseño de su traje en las botas o
acortándole la capa. Pero donde más destaca el escocés es al retratar a Kent y
a su entorno: el periodista es patoso a más no poder, grandullón y
descoordinado y se nota un gran cariño a la hora de plasmar su lugar de trabajo
y a sus compañeros, empezando por Lois, primer objetivo de Superman al conocer
el poco tiempo que le queda de vida –un año aproximadamente-.
En los dos siguientes números Morrison nos ofrece una
pequeña historia en la que Superman confiesa su identidad secreta a Lois –que
en un golpe genial de guión, simplemente no lo cree- y la lleva a su Fortaleza
de la Soledad, donde planea invitarla a una cena romántica y darle un regalo de
cumpleaños inigualable. En estos dos números tenemos acceso a las maravillas
que esconde el hogar de Superman –diversas criaturas como un Devorador de
Soles, robots sirvientes, armas peligrosas, un telescopio al futuro o los más
avanzados laboratorios y máquinas- y viviremos una aventura singular cuando la
Tierra sufra la invasión de una raza de dinosaurios evolucionados que habitan
bajo la superficie del planeta. Aquí Morrison introduce una idea singular que
nos retrotrae a todo héroe clásico y al camino que están destinados a seguir:
Sansón y Atlas son dos viajeros temporales que ante la muerte de Superman han
decidido pasearse por su pasado en un intento de seducir a la señorita Lane.
Superman se enterará de que antes de morir llegará a realizar doce trabajos de
extrema dificultad, los cuales tendrá que ir averiguando el lector. En palabras
del propio Morrison:
- Superman saves the first manned mission to the sun.
- Superman brews the Super–Elixir.
- Superman answers the Unanswerable Question.
- Superman chains the Chronovore.
- Superman saves Earth from Bizarro–Home.
- Superman returns from the Underverse.
- Superman creates Life.
- Superman liberates Kandor/cures cancer.
- Superman defeats Solaris.
- Superman conquers Death.
- Superman builds an artificial Heart for the Sun.
- Superman leaves the recipe/formula to make Superman 2.
Unas páginas muy emotivas, donde Quitely se luce en varias
ilustraciones a página completa como ese beso en la Luna tanto tiempo esperado.
Y merece especial atención la curiosidad de que los momentos en la Fortaleza
recuerdan mucho a las páginas escritas por Moore en Supreme, que a su vez homenajeaba la historia pasada del mismísimo
Superman.
El cuarto capítulo es para Jimmy Olsen –muy diferente al que
conocemos, seguro de sí mismo y mucho más aventurero-, para Doomsday y para dar
una vuelta de tuerca a esa tendencia que han tenido los guionistas a lo largo
de los años de volver a Superman malo.
El quinto puede ser el mejor dibujado por Quitely. Sin que
aparezca Superman, Clark Kent deberá entrevistar a Lex Luthor en la cárcel, con
el Parásito sembrando el caos en la prisión. La relación Luthor-Superman queda
clara a los ojos de un tercero, un Clark Kent que en los lápices de Quitely
hace que no nos chirríe que nadie sea capaz de reconocerlo tras esas gafas, tal
es la extensión de su disfraz –movimientos, habla, forma de vestir-.
El sexto es otro de mis preferidos, con una de esas
paradojas espaciotemporales tan difíciles de realizar a los que muchos
guionistas no son capaces de resistirse. Un vistazo al pasado de Superman en Smallville
donde se aborda la relación con sus padres biológicos, otra de mis situaciones
clásicas del personaje favoritas. Me encanta esa relación paterno-filial entre
un granjero del medio oeste americano y un joven alienígena, último
descendiente de un planeta extinto. Como guinda, Morrison ofrece su propia
explicación –perfectamente plausible- de cómo es posible que Jonathan Kent
muera de un simple ataque al corazón sin que su hijo sea capaz de salvarlo. Y
con Krypto de coprotagonista, qué más se puede pedir.
En el séptimo y octavo capítulo tenemos una nueva versión de
otro clásico de la historia de Superman: el doble malvado. Bizarro es aquí un
ser espacial capaz de duplicar de una forma perversa aquello con lo que entra
en contacto y el planeta Tierra se encuentra en su camino. Una historia con un
tono humorístico claro, nueva vuelta de tuerca a un concepto antiguo del
personaje.
Novena entrega para que Morrison siga poniendo al día
conceptos clásicos. En este caso, la llegada al planeta adoptivo de Kar-El de
dos seres iguales a él, originales de Krypton pero ajenos a la moral de la
Tierra. Otro reverso oscuro de lo que podría haber ocurrido si Superman no
hubiera sido encontrado por quién lo hizo.
Los últimos tres cómics de esta maxi serie forman un todo en
el que Superman redacta sus últimas palabras al tiempo que lucha todo lo
posible por realizar los trabajos que le quedan. Los conceptos se agolpan uno
detrás de otro sin apenas tiempo para disfrutarlos, tal es la emoción: la
ciudad embotellada de Kandor; el enfrentamiento contra el Tirano Solar que
amenaza la Tierra; su último encuentro con sus amigos y con su enemigo
acérrimo, un Lex Luthor que ha sido capaz de duplicar sus poderes y finalmente
su desaparición salvando a todo el planeta acabando justo donde empezamos: en
el mismísimo sol.
Un círculo perfecto, un año en la vida de ficción de uno de
las mayores creaciones del mundo de la imaginación de todos los tiempos
–atención al mensaje meta literario de Morrison cuando Superman logre crear
vida- que en el mundo real tardó tres años en poder ver la luz. Un trabajo
complejo a nivel de guión y de dibujo, que roza la perfección en muchos de sus
sentidos, que emociona y deja un poso en el lector que tardará en olvidar.
Son pocos los elogios que puedo decir sobre esta obra, que a
mi parecer juega como ninguna con la mitología del personaje, con eso que le
hace ser como es y que al mismo tiempo resulta fresca, divertida e intemporal.
Me parece la mejor manera de acercarse a Superman y por desgracia son pocas las
veces que esto ocurre, sobre todo en la industria actual, demasiado viciada por
los intereses económicos y los datos de mercado. Pero es de justicia comentar
que All Star Superman levantó mucha
atención en el momento de su publicación, que vendió bien y que fue alabado por
la crítica y el público y que ganó los
premios más prestigiosos de la industria: tres Eisner, dos Harvey y tres
Eagle.
Pero sobre todo es una de mis historias favoritas del
personaje, sino la que más, con una posición de honor al lado de los pocos
números de Alan Moore, de Crisis en
tierras infinitas, del relanzamiento de John Byrne o de alguna que otra
aproximación moderna como Las cuatro
estaciones, con el inefable Jeph Loeb y un inspiradísimo Tim Sale. Puede
ser perfectamente la historia definitiva del personaje y por desgracia creo que
pasarán muchos años hasta que se den las circunstancias precisas para que pueda
nacer una historia de proporciones parecidas. Tan solo me consuela que venir,
vendrá y que tan solo es cuestión de tiempo y paciencia.
Otras obras de Grant
Morrison en este blog:








Superman es uno de los super heroes mas representativos de dc comics y de todos los personajes en general esperamos mucho de estas nuevas ediciones con gran promocion, que cumplan todas las expectativas, saludos
ResponderEliminarEs el más representativo, en cuanto que fue el primero y encarna los valores de lo que en realidad es un "superhombre"
ResponderEliminarYa tengo en mis manos este comic y, aunque no sea muy fan de Superman, si espero mucho de Morrison. Me acabo de leer su Joe el Barbaro y me ha encantado. Ando ya un poco harto de superheroes oscuros y/o violentos... A ver que tal está este comic.
ResponderEliminarumm, espero que no sea necesario saberse toda la historia de Superman para disfrutarlo...
ResponderEliminarEste cómic es lo contrario de "superhéroes oscuros y violentos" y no te preocupes por el bagaje necesario, Morrison usa los personajes más míticos de la historia de Superman y lo cuenta todo con una inocencia y imaginación portentosas.
ResponderEliminarSeguro que lo disfrutas, aunque no sea de tus personajes favoritos.