Orphan Black. Cuarta temporada

Una vez finalizada su cuarta temporada, los responsables tras Orphan Black se han apresurado a anunciar que la serie finalizará el año que viene con una quinta y última tanda de episodios. La serie sigue manejando muy bien los cliffhangers continuos, pero es cierto que ya hace tiempo que sus personajes principales están atrapados en un bucle sin sentido. Todavía no están agotados, pero no tengo claro cuánta cuerda les queda.

Los papeles de cada uno de ellos llevan repitiéndose prácticamente desde los comienzos de la serie: Sarah es el motor conductor de la historia; Alison el necesario alivio cómico –sobre todo gracias a la interacción con su marido Donnie-; Cosima es la inteligente y además aporta las dosis necesarias de drama debido a su enfermedad terminal, una cuenta atrás permanente que se acelera o ralentiza según convenga a los guionistas; Rachel es la villana sin escrúpulos, estirada y elegante y Helena es un personaje brillante en sí mismo, un comodín que es usado como deux ex machina pero que al mismo tiempo aporta un determinado tipo de humor negro que viene muy bien como subtrama –aunque su propio camino quede algo desdibujado-.

Krystal Goderitch

El hecho de que todos los personajes estén interpretados por la canadiense Tatiana Maslany nos da una buena muestra del increíble trabajo de caracterización que hacen tanto la actriz como los responsables de dotar a cada una de los clones de personalidad propia: diálogos, vestimenta, apariencia física, personalidad, etc. Son muchos los clones que han sido asesinados y que también han sido interpretados por Maslany y en cada temporada aparecen nuevos. En esta última no solo tenemos continuos flashbacks al pasado para descubrir qué fue lo que forzó a Beth, la policía de homicidios, a suicidarse, sino que se nos presenta a un nuevo personaje: M. K., con una personalidad paranoica y habilidades de hacker.

Ligeros toques de ciencia-ficción

En esta cuarta temporada, Sarah se verá obligada a volver de su retiro junto con su hija para mediar en lo que parece ser un nuevo enfrentamiento entre los proyectos Leda –aquél que creó a Sarah y sus hermanas- y Castor -su homólogo masculino del que el ejército quiso apropiarse-. Con el destino de los clones en la balanza –se supone que excepto Sarah todos tienen fecha de caducidad por enfermedad-, nuevas fichas aparecerán en el tablero, como la responsable última de la clonación de ambos sujetos a partir de las células de la que sería “abuela” adoptiva de Sarah y sus hermanas, Kendall Malone. Aunque claro, en esta serie nunca es lo que parece.

Nuevos personajes

Orphan Black tiene algunas líneas maestras muy interesantes, más propias de la ciencia-ficción, sobre las que se mueve con cierta comodidad, como el hecho de que exista una corriente en la sociedad que busca con ahínco modificar sus propios cuerpos de la manera más barroca. De igual manera, la lucha de las grandes empresas tecnológicas y científicas por dominar la vida, ya sea modificándola o creándola, es una subtrama recurrente en este tipo de historias de conspiraciones y secretos ocultos. Lo que está empezando a convertirse en un problema para la serie y de ahí posiblemente la decisión de darle un final, es que cada vez resulta más difícil darle sentido a todo lo que se nos está contando.

Ya hemos conocido diversos laboratorios que lidian con la clonación, pero también una facción religiosa que quiere eliminarlos a toda costa. Están los líos mafiosas de la madre adoptiva de Sarah y todos sus contactos paramilitares, así como su propio entrenamiento. De igual manera, hay un buen montón de cabos sueltos para los que parece no hay explicación: no sabemos por qué Sarah es inmune a la enfermedad o cómo es posible que pueda tener una hija si son estériles en su diseño. Y algo raro pasa con Kira, aunque no sabemos qué es.

El final de esta última temporada nos deja con una serie de giros de lo más interesantes: la lucha por el control de la clonación prosigue, aunque no en los términos que creíamos al principio de esta temporada. Hay traiciones muy bien planeadas y la vuelta de un personaje muy querido al que se creía muerto. La situación para Sarah y sus hermanas es desesperada y la espera hasta el año que viene no va a hacerse precisamente corta.