Hace unos días, Umberto Eco ganó por toda su carrera y labor en las artes, el premio Reino de Redonda, consistente en 6000 euros y… un título nobiliario, Duque de la Isla del Día de Antes, en honor a una de sus historias.
Si con esto no ha despertado la curiosidad, no necesitas seguir leyendo cómo un escritor y ensayista se convierte de repente en duque del Reino de Redonda.
La micronación o nación ficticia que ahora nos ocupa, se sitúa en Redonda, una islita deshabitada que pertenece a Antigua y Barbuda, en los mares del Caribe.
En 1865, un banquero de Monserrat –una isla cerca de Puerto Rico cuyo nombre se debe a la montaña catalana- llamado Matthew Dowdy Shiell, compró la isla y solicitó el título de Rey de Redonda a la Reina Victoria de Inglaterra, que se lo concedió a condición de que no interfiriese en la política colonial del Reino Unido de la época. Su hijo, M. P. Shiel, escritor, cedió el título de rey a John Gawsworth, protegido suyo y también escritor. Este último tuvo serios problemas de dinero, por lo que se dedicó a malvender sus derechos, de forma que hoy en día no queda claro quién es el auténtico rey de la isla. El caso es que, literariamente hablando, la cosa está más clara, ya que los derechos sobre sus obras y sus predecesores pasaron a manos del también escritor John Wynne-Tyson.
En los años noventa, cansado de los problemas del Reino, Wynne-Tyson se descubrió a sí mismo como personaje de una novela en español, Todas las almas, del escritor madrileño Javier Marías.
Y así fue como Javier Marías se convirtió en Rey de Redonda y pasó a ser el poseedor de los derechos sobre las obras de los anteriores escritores que habían ostentado en cargo antes que él.
A modo de resumen, los reyes de la isla quedan así, hablando siempre de lo estrictamente literario, dejando por lo tanto fuera todo tipo de controversias o malinterpretaciones:
• Matthew Dowdy Shiell, 1865 - 1880, Rey Mateo I
• Matthew Phipps Shiell, 1880 - 1947, Rey Felipe I
• John Gawsworth, 1947 - 1967, Rey Juan I
• John Wynne-Tyson, 1967 - 1997, Rey Juan II
• Javier Marías, desde 1997, Rey Xavier I
Pero no acaba aquí la cosa. Que Marías, ni corto ni perezoso, y ya que era rey, se dedica a otorgar títulos nobiliarios a personas importantes en las artes. Aparte de eso, creó un Premio Reino de Redonda, que al ganarlo te concede automáticamente el título nobiliario de Duque.
Atención a las personalidades y a los nombres de los ducados:
• Pedro Almodóvar, Duque de Trémula (1999)
• John Ashbery, Duque de Convexo (1999)
• Pierre Bourdieu, Duque de Desarraigo (1999)
• William Boyd, Duque de Brazzaville (1999)
• Antonia Susan Byatt, Duquesa de Morpho Eugenia (1999)
• Guillermo Cabrera Infante, Duque de Tigres (1999)
• Francis Ford Coppola, Duque de Megalópolis (1999)
• Agustín Díaz Yanes, Duque de Michelín y Maestro de la Real Tauromaquia (1999)
• Roger Dobson, Duque de Bridaespuela y Real Cronista en Lengua Inglesa (1999)
• Francis Haskell, Duque de Sommariva (1999)
• Eduardo Mendoza, Duque de Isla Larga (1999)
• Arturo Pérez-Reverte, Duque de Corso y Real Maestro de Esgrima (1999)
• Francisco Rico, Duque de Parezzo (1999)
• Sir Peter E. Russell, Duque de Plazatoro (1999)
• Fernando Savater, Duque de Caronte y Maestro del Real Hipódromo (1999)
• Luis Antonio de Villena, Duque de Malmundo y Poeta Laureado en Lengua Española (1999)
• Juan Villoro, Duque de Nochevieja (1999)
• Ian Michel, Duque de Bernal (2000)
• W.G. Max Sebald, Duque de Vértigo (2000)
El Premio fue creado en 2001:
• John Maxwell Coetzee, Duque de Deshonra (2001)
• Frank Owen Gehry, Duque de Nervión, (2001)
• António Lobo Antunes, Duque de Cocodrilos (2001)
• Pietro Citati, Duque de Remonstranza (2002)
• Sir John Elliott, Duque de Simancas, (2002)
• Claudio Magris, Duque de Segunda Mano (2003)
• Michael Bradeau, Duque de Miranda (2004)
• Eric Rohmer, Duque de Olalla y Duque de Rayo Verde (2004)
• Alice Munro, Duquesa de Ontario (2005)
• Ray Bradbury, Duque de Diente de León (2006)
• George Steiner, Duque de Girona (2007)
• Umberto Eco, Duque de la Isla del Día de Antes (2008)
Buena entrada. Siempre lo publicita AP-R.
ResponderEliminarPues muchas gracias, pero no he entendido lo de AP-R
ResponderEliminarVaya reino ficticio..... que poco original, se sigue premiando con títulos nobiliarios a personas conocidas socialmente por trabajos intelectuales que además les dan una situaión económica desahogada. Nada nuevo bajo el sol.
ResponderEliminarBueno Luisa, no deja de ser una curiosidad literaria. Son los derechos al trono los que no están claros. Los literarios, que son de Marías, les permiten otorgar esos títulos -más ficticios que otra cosa- a quien considere oportuno.
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