jueves, 22 de octubre de 2009

Gran cine de acción. El último Boy Scout, una película de Tony Scott


En 1991 Shane Black venía de triunfar con una historia que dio pie a tres secuelas, toda una exitosa franquicia: el guión de Arma Letal. No es de extrañar que vendiera su siguiente guión de temática parecida por más de un millón de dólares, convirtiéndose en el panfleto mejor pagado hasta ese momento.

Tony Scott, hermano menor de Ridley y curtido en publicidad ya había participado en algunos bombazos de taquilla –como Top Gun- y había trabajado con estrellas como Kevin Costner o el propio Tom Cruise. Aunque luego filmó películas muy decentes como Amor a quemarropa o Marea Roja, su mejor trabajo es sin duda esta que nos ocupa, con un Bruce Willis haciendo el mismo papel que ya lo había catapultado a la fama en La Jungla de Cristal, tan sólo que esta vez vendría acompañado de un Damon Wayans que le daría una réplica cómica. Curiosamente –esta película está llena de curiosidades- Willis volvería a repetir el mismo esquema años después, esta vez llamándose McClane y corriendo por todo Nueva York con otro compañero negro: Samuel L. Jackson.

Joe Hallenbeck (Willis) es un ex-agente del servicio secreto que actúa como detective privado. Joe es un tipo duro, profesional y de frases lapidarias. No se lleva muy bien con su mujer y su hija, lo que hace que esté de peor humor. Sin embargo, a lo largo de toda la trama, Hallenbeck demostrará ser un tipo más que íntegro. Su nuevo encargo consiste en proteger a una joven y guapa bailarina exótica –Halle Berry mucho antes de ser conocida- cuyo novio es un ex-jugador de fútbol americano (Wayans), al que echaron de la liga por apuestas. Cuando la stripper es asesinada brutalmente, ambos formarán un atípico equipo para intentar hallar el por qué de su muerte, al tiempo que intentan mantenerse vivos.

El famoso guión relaciona el mundo del fútbol americano con la mafia o incluso con la política, situando en el meollo a dos tipos duros que sólo saben salir del paso en medio de explosiones mientras los apalizan y van soltando frases lapidarias o chascarrillos graciosos. En el fondo estamos ante una combinación explosiva, con un actor que nació para ese tipo de papel. Es como si John McClane hubiese protagonizado Arma Letal.

Por parte de Scott, la película está muy equilibrada y las escenas de acción van sucediéndose bastante bien hilvanadas. Por aquella época todavía no había desarrollado su gusto por las cámaras epilépticas, los colores amorfos y chillones ni por los montajes caóticos e incomprensibles. Se podría decir que fue realizada con el estilo propio de esas películas de acción de los años 80. Entre carrera y carrera o entre diversos tiroteos vamos conociendo un poco mejor a los personajes, cómo han llegado a una situación en su vida que deja bastante que desear y cómo, aunque no se llevan especialmente bien, van soportándose el uno al otro.

Aparte de la descarnada violencia –hay que tener cuidado a la hora de visionarla, ya que existe una versión censurada. Hay que buscar la etiqueta de versión íntegra- y de la forma de hablar –creo que batió un récord de aparición de la palabra fuck, seguramente hasta que llegó Tarantino- tiene un sentido del humor siempre presente, ya sea en las situaciones en las que se meten y cómo consiguen salir de ellas o en los ágiles diálogos.

Finalmente, esos ya mencionados diálogos con el tiempo se han convertido en piezas de culto –Si me tocas otra vez, te mato- cuando no en anécdotas desternillantes –Yo soy el gilipollas, éste sólo es tonto-. Resulta muy difícil enumerarlas todas aquí, pero es fácil encontrarlas en Internet recopiladas. Y si ya me he mojado aclamando a El último Boy Scout como la mejor película de su director en toda su carrera –desde hace unos años en franca decadencia- no voy a quedarme aquí; lo mejor de la cinta viene precedido por una frase, algo así como Te lo juro Por Dios, si salgo de este puto caos, voy a ponerme a bailar. Y eso es lo que hace Bruce Willis, bailar la conga o algo parecido ante miles de espectadores tras arrojar al malo a las aspas de un helicóptero. ¡Así bailaba Bruce Willis!

6 comentarios:

  1. tio.....mis amigos y yo desde hace mas de 15 años somos fans de esa obra de arte

    la hemos visionado juntos 30o 40 veces,y personalmente yo la habre visto mas de 100
    me se los dialogos de memoria....es la mejor pelicula de tony scott....y de bruce...sin duda...el gran damon wayans...simlemente GENIAL

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    1. Yo la veo desde los 10 años de edad, unas 5 veces por año aproximadamente, ahorita tengo 30...

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    2. Yo confieso que hace más bien poco la volví a ver. Y se disfruta cada vez más.

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  2. ¡Claro que sí! Si es que es una POM por la que no pasa el tiempo. Cada vez que veo las últimas películas de Willis me dan ganas de volver a verla y hacer las paces con el actor.

    Y gracias por el comentario.

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  3. Mejor guión de la historia. Hay k añadir k el doblaje en castellano es otra obra maestra fusionada ahí dentro. Hace muchos años k las frases de esta peli son los chascarrillos mas frecuentes de mi grupo de amigos. "Miralo, me da miedo", "Cuidado hijo", "la vida es dolor", "me gusta el hielo" etc etc Es literalmente la mina de frases. 10/10

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  4. Hay por la red un par de páginas web que se dedican a recopilar las mejores frases de la película ¡y le salen unas cuantas!

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