
Como podemos leer en la contraportada del libro, existen unos números primos llamados gemelos, aquellos entre los que se interpone un único número par. El joven escritor italiano -26 años, esta es su primera novela- usa esta gracia matemática para contar la historia de dos jóvenes desde que son niños y sufren sendos hechos traumáticos hasta que se conocen y, con el paso del tiempo, van convergiendo una y otra vez en sus vidas, juntándose y separándose caprichosamente.
Alice sufrió un terrible accidente cuando esquiaba que la marcó de por vida y la enemistó con su familia para siempre. Con el paso del tiempo, Alice va convirtiéndose en una chica independiente que ha ido sobrellevando durante toda su vida un grave trastorno alimenticio –podría ser anorexia, aunque nunca se menciona en la novela como tal-. En el colegio conoce a Mattia, un genio taciturno y algo ausente que perdió a su hermana pequeña hace unos años y de la que nunca más se supo. Aparte de las matemáticas, Mattia sufre una terrible atracción hacia el dolor, por lo que a veces se lo inflinge a sí mismo.
Desde el mismo momento en que se conocen, los años van pasando y asistiremos de la mano de Giordano a dos periplos diferentes por la vida de dos personas que tienen algo en común: están solas y por mucho que lo intenten, siempre seguirán así. Ya pueden graduarse en la Universidad, encontrar el trabajo de sus sueño, casarse o mudarse de país, que siempre tendrán el recuerdo del uno en el otro y los traumas del pasado persiguiéndolos.
Aunque en un principio pueda venderse esta novela como una historia de amor, el drama tiene un lugar predominante. Esto es bueno en la medida en que sorprende al lector y lo lleva por caminos que no se esperaban al comienzo del libro. Giordano demuestra poseer un ritmo adecuado, sobre todo si tenemos en cuenta los continuos saltos temporales y que durante la mayor parte de las páginas estamos asistiendo a dos vidas diferentes y separadas, a las que hay que prestar la debida atención para empatizar con los personajes. Auténtico boom en Italia, se hizo con el Premio Strega 2008 –el más prestigioso del país- y aunque la mayoría de las críticas que he leído sobre ella son de alabanza, no tengo el mismo entusiasmo al recomendar esta novela, debido al tono marcadamente triste y pesimista que se siente a veces. Aún así, la historia cautiva lo suficiente como para finalizarla –no es muy grande en extensión, no llega a las 300 páginas- aunque el final deja un poco frío, como si quedaran más cosas por contar.
El hecho de que Paolo Giordano sea Físico Teórico puede haber ayudado a la difusión de su libro, pero la verdad es que usa un estilo ameno, directo y muy correcto, usando capítulos cortos. Sobre todo abordando temas tan personales como la soledad.
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