
Desde su mismo comienzo, con el rótulo de Hasbro en pantalla, el espectador debe de darse cuenta de lo que va a ver: un canto a la nostalgia más ochentera, pasado por el filtro de los efectos especiales y las películas de acción inverosímiles del Siglo XXI, infantilizadas, de encefalograma plano, aunque bastante entretenidas en su conjunto.
No estamos ante un homenaje a una línea de juguetes o a una serie de dibujos animados, sino ante la necesidad de traer de nuevo a la palestra esos personajes y darle un empujoncito a sus ventas, tal y como funcionó para la compañía con su otra franquicia, los Transformers.
Es por eso que Sommers –que se olvida del guión esta vez- entrega un producto de entretenimiento para masas con una típica historia muy simple: enfrentamiento entre dos organizaciones de alto rendimiento, la una buena y la otra mala, con el destino del mundo en la balanza. Acción en todo momento, humor facilito, pocos diálogos, de vez en cuando la introducción de algunos flash-backs para explicar la situación de varios personajes, a priori los más interesantes, como Duke, la Baronesa –interpretada por Sienna Miller (Interview)- o Snake Eyes. Sommers tampoco deja de lado algunas de sus constantes, como el prólogo ambientado en el pasado o algunos de sus actores fetiche, como Arnold Voslo y Brendan Fraser –este último es más un cameo que otra cosa-. Ni siquiera Dennis Quaid, que a estas alturas de su carrera le pega casi cualquier papel, destaca lo más mínimo. Rachel Nichols (Star Trek) da la réplica a la Baronesa en el equipo de los buenos.
Comentar que en algunos momentos los efectos especiales me han parecido que cantaban un poco; hoy en día hay mucha más capacidad para plasmar todas esas escenas de lucha y decorados de alta tecnología. Por otro lado, lo mejor es sin duda toda la larga secuencia en la ciudad de París –qué manía tienen los americanos con cargarse la ciudad de las luces-.
En definitiva, película más simple imposible, resuelta con oficio pero en la que no sobresale nada, típica del verano –esto se está convirtiendo en una excusa para entregar malas producciones, de vez en cuando en el periodo estival hay un supuesto Blockbuster que se deja ver, aunque cada año que pasa es más difícil- y que no perdurará en la memoria.
Yo de todas formas pese a estar de acuerdo con tu crítica, disfruté como un puto crio viendo a los Joes en pantalla.
ResponderEliminarTú y todos los que nos empapamos de muñequitos y de la serie de televisión cuando eramos críos. Me pasó lo mismo con la primera de Transformers -la segunda ya no coló-.
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