sábado, 24 de octubre de 2009

Surrogates (Los sustitutos), de Jonathan Mostow


Los guionistas responsables de las últimas entregas de Terminator se vuelven a ver las caras con el director, adaptando esta vez un cómic de hace unos años y que en su momento llamó bastante la atención –y que no he leído, así que no puedo decir nada de su calidad-.

En lo referente a la versión animada, nos encontramos ante un futuro cercano donde de nuevo la tecnología ha propiciado un severo cambio en la sociedad: la posibilidad de salir al mundo real por medio de robots, manejándolos desde casa. Por un lado los crímenes han desaparecido y los accidentes no tienen ninguna consecuencia. En el otro lado, se han creado grupos de humanos que viven en guetos que reniegan del uso de estos replicantes y que abogan por la vuelta del ser humano a sus orígenes. Y por desgracia esto es todo lo que profundiza la película en las posibles implicaciones que tan descabellada idea podría traer a la humanidad. Y ese es el mayor problema de la cinta, su superficialidad. Ya no sólo por la historia, protagonizada por Bruce Willis (El último Boy Scout) dando vida a un policía que debe resolver un crimen donde la destrucción de un sustituto ha provocado la muerte del humano que lo controlaba cómodamente instalado en su hogar. Por demás circunstancias, deberá abandonar a su propio sustituto y embarcarse personalmente en la búsqueda de los culpables. Pero es que toda la investigación ocurre demasiado deprisa y apenas se explica. De repente ocurren las cosas y las pocas secuencias de acción –aunque están bien resueltas- no destacan para nada, provocando que el resultado final sea bastante decepcionante y aburrido.

Participan también Radha Mitchel (The Code), Rosamund Pike o Ving Rhames y destaca James Cromwell en un papel casi calcado a otro que hizo hace algunos veranos como creador de una diferente tecnología robótica (Yo, Robot).

Una oportunidad desaprovechada que partía de una premisa que podía haber dado muchísimo más juego y que se queda en nada. Hasta la duración es sorprendente, no llega a la hora y media, algo que no ayuda demasiado si te estás aburriendo.

2 comentarios:

  1. Una mierda como un piano. Todavía me siento estafado por esta película, corta y encima aburrida

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  2. Sí, no es que les haya salido muy bien. Y eso que ver a Bruce Willis con ese pelo no tiene precio...

    Gracias por comentar.

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