domingo, 8 de noviembre de 2009

Lobezno: el viejo Logan, de Mark Millar & Steve McNiven

La última gran historia de Lobezno –hacía tiempo que no tenía una de verdad- ha tenido lugar entre los números de su colección regular de la mano de un equipo creativo itinerante ya consagrado en anteriores proyectos. Millar y McNiven se complementan a la perfección para ofrecer una historia épica, arriesgada y muy emocionante, ambientada en un hipotético futuro del Universo Marvel –y van unos cuantos-.

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Portada del Wolverine #66, primera parte de Old Man Logan, obra de Steve McNiven


De Mark Millar ya hablé brevemente cuando reseñé su obra Wanted. A modo de continuación de aquella pequeña introducción, tras abandonar el Universo Ultimate el guionista se encontró por primera vez con McNiven y juntos dieron uno de los éxitos más espectaculares a la editorial, la Civil War. Tras ello Millar volvió a reunirse con Brian Hitch tras su paso por los Ultimates y juntos permanecieron en la colección de Los 4 fantásticos durante algo más de un año, renovando algunos conceptos y dando una perspectiva de ciencia-ficción y de espectacularidad a la Primera Familia como hacía tiempo que no se veía. Al tiempo, junto con McNiven realizó esta obra con Lobezno de protagonista que ahora nos ocupa. 1985, una miniserie de 3 números también vio la luz en este periodo creativo en el que ha estado trabajando en exclusiva para Marvel. En proyectos más personales acaba de finalizar la miniserie Kick-Ass junto con John Romita Jr. Y está también más centrado en su faceta de guionista cinematográfico, con algunas producciones pendientes. Su esperada vuelta al Universo Ultimate acaba de producirse con una serie regular cuyo primer arco argumental está dibujado por Carlos Pacheco.

Hablando sobre Steve McNiven, es un dibujante canadiense que no hace mucho era un perfecto desconocido. Con algunos trabajos en la editorial CrossGen a principios de 2000, comenzó a destacar tras su fichaje por Marvel y tras unos pocos números en Ultimate Secret, junto con Warren Ellis de guionista. Su paso por Marvel Knights Four, plasmando a Los 4 fantásticos le dio el suficiente empaque para que se fijaran en él para un arco argumental en la floreciente colección de Los Nuevos Vengadores, guionizada por Bendis. Tras esos proyectos llegó el estrellato absoluto con la miniserie de la Civil War, el gran evento anual de la compañía, donde trabajó por primera vez con Millar. Tras un periodo de descanso –por su estilo extremadamente detallado McNiven es bastante lento produciendo páginas, por lo que las colecciones en las que se embarca suelen sufrir retrasos- se ocupó del primer arco argumental de Spider-Man tras la polémica saga One More Day, dibujando tres números de su colección. Actualmente, el canadiense repite equipo con el guionista escocés en un proyecto secreto al que se le está dando mucho bombo y que tiene toda la pinta de ser el gran evento del año 2010 en la compañía. Veremos en que resulta todo. También colabora habitualmente realizando espectaculares portadas e ilustraciones promocionales.

El viejo Logan
Con fecha de publicación de Agosto de 2008 aparece el primer capítulo de esta saga en el Wolverine #66. En Sacramento encontramos a un desvencijado y agotado Logan. No sólo está algo más gordo y su pelo se ha vuelto canoso, sino que tiene mujer e hijos y rige una granja. Han pasado 50 años y tenemos muy pocos datos de lo que de verdad a pasado, tan sólo que en algún momento los Héroes perdieron y los Villanos heredaron los Estados Unidos. Las sorpresas no han hecho más que empezar. Los caseros a los que Logan debe el arrendamiento de su pobre granja vienen buscando lo suyo. Son verdes, grandes, fuertes y feos, descendientes de Bruce Banner. Montados en el Fantasticar, deciden dar un ultimátum al granjero, paliza incluida: tienen un mes para conseguir el dinero o será peor. La visita de un viejo amigo, un ciego Ojo de Halcón, le dará a Logan la oportunidad de conseguir el dinero acompañándole en el spidermóvil para entregar un cargamento en la Costa Este. Logan acepta a regañadientes.

Millar va dejando caer la información con cuenta gotas y la mayoría de las veces a través de las espectaculares imágenes de McNiven. Su nivel de detalle a la hora de plasmar un mundo arrasado le dan un aire de western que pega muy bien con el tono de la historia que se está narrando. El recuerdo de Clint Eastwood en Sin perdón acude a nuestra mente a menudo. En lo referente al personaje, Logan es alguien traumatizado por hechos del pasado que no ha hecho las paces consigo mismo y que lleva sin sacar las garras más de cincuenta años, por lo que se ha convertido en una especie de pacifista que aguanta lo que le echen, ya sean humillaciones o palizas. Para salvar a su familia se embarcará en una road movie por todo el territorio americano con la firme promesa de seguir con su vida contemplativa. Sólo está ahí para ayudar a su amigo y para conducir, que para algo es ciego.

Es a través de este viaje donde las escenas espectaculares de lucha y acción se mezclan con los paisajes desolados, conforme ambos amigos van avanzando kilómetros. La llegada a San Francisco trae más problemas: son atacados por una banda de motoristas fantasma; verán el último lugar donde cayó el martillo de Thor y tendrán que ayudar a salvar la vida a la hija de Ojo de Halcón y nieta de Peter Parker. De vez en cuando ambos autores nos ofrecen alguna viñeta con un flashback sobre lo que le pudo pasar a Lobezno, pese a las continuas quejas de Ojo de Halcón por su inoperancia. Un rescate demencial hará que Logan tenga que ir tomando cartas en el asunto, aunque se niegue rotundamente a matar o ni siquiera desenfundar sus garras de adamantium.

El primer parón de la colección tendrá lugar en los meses de noviembre y diciembre, produciéndose la salida de la cuarta parte en Enero de 2009 (Wolverine #69). Si bien es cierto que pocos son los números que contengan 24 páginas, casi todos son de mayor extensión. Sigue el periplo de los dos antiguos héroes por el mediocentro del país –donde, por cierto, habitan dinosaurios libremente- y donde deberán escapar de las garras de los carnívoros topoides. Tras un alto en el camino, Logan aceptará comentarle a Clint cómo ha llegado a esta situación. Ambos autores se reservan un número con alto grado de violencia y hemoglobina, donde un Lobezno desatado se enfrenta a un ataque de supervillanos y va matando todo lo que se encuentra en su camino. La revelación final no es sólo buena, sino que es una idea con la que se ha ido jugando desde los mismos comienzos del personaje y que, por fin, un guionista se ha atrevido a llevar a cabo. Las escenas de lucha y de acción elevan un poco más el arte del canadiense.

La peor pesadilla de Lobezno, hecha realidad en Wolverine #70

Tras otro descanso de dos meses, en Mayo de 2009 se imprime el Wolverine #71, donde las tramas se van acercando a su final, al igual que el viaje de los protagonistas. Tras sobrevivir al ataque del simbionte alienígena y buscar refugio en uno de los últimos enclaves mutantes, ambos conseguirán llegar a Nueva Babilonia, capital del país gobernado por Cráneo Rojo y donde se revelará de qué trata el cargamento que han ido custodiando desde la Costa Oeste. El último número del tercer volumen de la serie regular de Lobezno donde se desarrolla esta saga es el #72, donde un Logan desesperado por obtener el dinero necesario que le permita salvar a su familia romperá su viejo pacto de no matar, aunque tenga que pasar por encima del mismísimo presidente. Destacar de nuevo la labor del dibujante y las coreografías del guionista, con una pelea épica en medio de los objetos pertenecientes a los héroes caídos, recurso ya usado muchas veces en historias similares pero siempre igual de efectista.

Cuatro meses después –ay, McNiven- se publica la octava y última parte de esta aventura en el Giant-Size Old Man Logan, en Octubre de 2009. Sobran las palabras. Basta presenciar la vuelta de Lobezno en una cacería sangrienta y unas sobradas de guionista y dibujante detrás de otras. Y es que no podía acabar de otra forma que rememorando aquella primera aparición del mutante de las garras.

Valoración personal
He disfrutado con esta saga. Pese a que McNiven cobra cada vez más importancia con sus ilustraciones –que impiden que aparezcan cuadros de pensamiento, de texto o hasta de diálogos, por no hablar de onomatopeyas o líneas cinéticas, que son inexistentes- su nivel de detalle es tal que logra que la lectura de cada capítulo no se nos quede en nada, debido a la atención que podemos ir prestando. De hecho muchas de las escenas parecen mudas y son las expresiones de los rostros lo que nos permite intuir qué está pasando. De modo que poco se le puede achacar al dibujante excepto su tardanza. Plasmar las increíbles secuencias de acción ideadas por Millar no debe de ser fácil y el dibujante cumple en este apartado. La combinación entre este tipo de secuencias y las más intimistas o contemplativas –más estáticas, con gente hablando o ambos protagonistas conduciendo- no se hace rara y es cuando Millar aprovecha para contarnos cosas con palabras y no sólo con imágenes, de modo que vamos averiguando más detalles sobre ese futuro desolador en el que nos encontramos. El dibujante hace uso en su mayoría de pocas viñetas por página, muchas de las cuales son en ese estilo llamado panorámico, como si de una película se tratara. No es raro verle romper los márgenes de la página. Completan su trabajo Dexter Vines a las tintas y Morry Hollowell en el color.

Por otro lado hay que admitir que Millar es arriesgado y hace cosas que otros guionistas no –o no les dejan- como reventar a un montón de gente, masacrar a otros pocos, planificar escenas de acción cruentas con litros de sangre o jugar con el Universo Marvel a su antojo, dando vuelta a conceptos varios. También resulta valiente a la hora de matar o no a algunos personajes.

Y por último, por momentos la serie es tremendamente emocionante. Teniendo en cuenta que Logan no saca las garras en ningún momento hasta el final, no se hace pesada y mantiene la tensión y el interés en cada página. También se hace patente que Millar es un grande a la hora de sacar ideas novedosas –de las que esta saga está llena- pero que falla a veces a la hora de desarrollarlas –seguramente debido a la corta duración, muchos conceptos se ven de pasada y nos quedamos con ganas de más y con algunas dudas. Esto puede llegar a dar la sensación de que a veces Millar abarca más de lo necesario-.

Edición de Panini
No puedo más que felicitar a la editorial por esta publicación, en grapa y variando el número de páginas según iban saliendo las noticias de salida o no de los siguientes números en USA. De modo que, pese a la cercanía con las fechas originales, en España hemos podido disfrutar de la serie sin un solo parón y de un tirón en tan sólo seis meses. La inclusión final de portadas alternativas y bocetos del dibujante redondean un trabajo bien hecho y bien planificado. Así como el cambio de cabecera, añadiendo El viejo Logan, para diferenciarla del resto de números.

Millarverso

Como curiosidad, tras su paso por Civil War y antes de comenzar nuevos proyectos, Millar avanzó que todos estarían relacionados de una u otra forma, creando así un microuniverso propio dentro de la totalidad del Universo Marvel. No me resulta muy difícil relacionar El viejo Logan con su etapa actual en Los 4 Fantásticos –la reseñaré cuando acabe su publicación en España de aquí a unos meses-: en los primeros números de la colección un grupo de superhéroes del futuro amenaza a la Primera Familia, entre cuyos integrantes hay dos personajes que tienen mucho que ver con el epílogo tan a los western con que acaba la saga de Lobezno. Lo que no tengo tan claro es dónde encajaría 1985. Y no se si Kick-Ass entraría en este grupo o no, perteneciendo a un sello independiente de la compañía, más orientado a lectores adultos. Habrá que esperar un poco a su publicación.
Imagen promocional de la serie, por Steve McNiven

Otras obras de Mark Millar en este blog:
Wanted
Marvel: 1985
Los Cuatro Fantásticos, con Bryan Hitch a los lápices.

Otros post’s sobre Lobezno:
Lobezno: Origen.
Lobezno: ¿evolución o involución? Un análisis del personaje en cinco partes.
X-Men Orígenes: Lobezno, la versión filmada del mutante.

2 comentarios:

  1. Un post cojonudo, mucho mejor que la historia en si.

    el arco me ha parecido entretenidillo, pero poco más, al menos no ha tenido ese final anticlimático que tanto suele usar Mark Millar.

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  2. No es la mejor aventura de Lobezno de su historia, pero sí es la mejor contada en años.

    Como intentaba reflejar en el post, Millar es un guionista de buenas ideas y a mí por lo menos me han gustado: que apenas saque las garras; la muerte de los Héroes y la soberanía de los villanos; la locura de Banner; los diversos supervivientes...

    Y gracias por el comentario.

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