
Una forma como otra cualquiera de quitarse de en medio una serie que les estorba y con la que no han conseguido ganarse al público. Y es que aquí Joss Whedon ha estado fallón y aunque la premisa era original, no ha sabido desarrollarla de forma que se ganase el interés de los telespectadores, siendo muy aburrida en muchos de sus capítulos. Da la sensación de que sólo los incondicionales de Whedon le han otorgado un punto de confianza y ni siquiera todos, ya que ha ido perdiendo audiencia tras cada episodio.
Parecía que el giro que podía salvar las tramas de la Casa de Muñecas estaba en ese capítulo extra que apareció al finalizar la primera temporada, Epitaph One, pero en el desarrollo posterior optaron por continuar con la línea marcada con anterioridad. Decisión que ahora mismo se antoja errada por parte de los creadores.
Tan solo nos queda esperar que al menos se emitan esos capítulos restantes y que, una vez tomada la decisión de su no renovación, los responsables sepan darle un final adecuado que ofrezca conclusiones de calidad. Tiempo han tenido, porque la cancelación estaba cantada.
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