jueves, 26 de noviembre de 2009

The Wire. Primera Temporada


La ciudad de Baltimore es el punto central sobre el que gravitan todas las características de esta serie. David Simon, su creador, fue periodista durante muchos años en la ciudad. Además de novelista, ha participado como productor en varias adaptaciones a la pequeña pantalla, varias de ellas para la HBO. The Wire se estrenó en esta cadena en Junio del año 2002 y constó de 60 capítulos divididos en 5 temporadas, cuya última emisión se produjo en Marzo de 2008. Toda la serie se produjo en la misma ciudad en la que se desarrollan los hechos. Cada temporada está pensada para centrarse en una realidad diferente de esta ciudad en el condado de Maryland.

Aunque ha estado presente en numerosas quinielas de los premios más prestigiosos, siempre se ha visto superada por otras. Esto no quita que esta producción, debido a las buenas críticas recibidas por los medios especializados y sobretodo a el boca a oreja de los espectadores se esté convirtiendo poco a poco en una serie de culto y de obligado visionado, tal es la calidad que atesora.

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Porque por encima de todo, aunque estemos hablando de una serie HBO, The Wire es diferente. Su apuesta por el realismo descarnado de las diferentes capas de la sociedad y de aquellos que la integran y sobre todo por el tiempo que se toman para contar las cosas, esta serie se desmarca de todos los demás dramas policiales. Aquí no hay cliffhanger’s, ni golpes de efecto innecesarios. Tan sólo una historia compleja que se maneja a distintos niveles y en las que intervienen muchos y diferentes personajes que se relacionan, hablan entre ellos, se disparan o cualquier otra cosa que se pueda imaginar. La acción es lineal, avanza un par de días, a veces se detiene y presta más atención a determinados detalles, siempre en capítulos de una hora de duración, como si de una película gigantesca de diez o doce horas se tratase. La violencia es latente y cuando aparece es descarnada.

Jimmy McNulty (Dominic West) es un policía con tendencia a la insubordinación. Cuando asiste a un juicio donde varios testigos deciden retirar su declaración en lo referente a un asesinato, comienza a mover diferentes hilos, hablar con amigos y jueces y en definitiva, saltarse la cadena de mando y tocar mucho las pelotas para llamar la atención del Departamento sobre Avon Barksdale, el cerebro detrás de toda la trama de tráfico de drogas en el oeste de la ciudad. Debido a su insistencia, McNulty consigue formar un equipo con descartes de otros departamentos, policías casi jubilados u alcohólicos bajo el mando del Teniente Daniels (Lance Reddick). Con el paso del tiempo, irán consiguiendo mejores policías y su trabajo se verá recompensado con los medios suficientes para montar una operación de seguimiento y escucha de los traficantes, única manera de poder acusarles de algo.

Pero en la realidad de esta serie no sólo aparecen policías muy humanos, con sus aciertos y errores, casi todos con problemas familiares o demasiado apegados a la bebida. Algunos son buenos policías, otros están enchufados y son un desastre. También se le da voz y protagonismo a los criminales, la mayoría de ellos negros de los barrios bajos que hacen buen dinero con la droga y defienden su territorio con uñas y dientes. Nos acercamos a sus familias, sus conciencias, sus fiestas. De este modo se crea un hábil paralelismo entre ambos bandos, aquellos que realizan la escucha y aquellos que se renuevan y reinventan para poder seguir con el negocio.

Si en esta primera temporada se han centrado en esa lucha inicial entre la policía y los vendedores de droga, no deja de lado otras tramas relacionadas. El trabajo de detective de homicidios no es fácil, ni el de la policía en un caso así, y las relaciones entre los jueces, la fiscalía, los superiores en el Departamento de Policía de Baltimore y hasta los niveles políticos como senadores tienen mucho que decir, ya que todo está conectado y las ambiciones de unos y otros afectan hasta el último escalafón.

Y si a todo esto añadimos que la serie en sí misma posee una realización envidiable y unos guiones que rozan la perfección, nos encontramos ante un maravilla en toda regla, no pensada para todos los públicos, que exige complicidad por parte del espectador y que recompensa a este con varias de las mejores secuencias que se ha visto en televisión.

Merece la pena destacar una en concreto en esta primera tanda de trece episodios. McNulty y su compañero reciben de su sargento el encargo de ir a comprobar una casa donde encontraron asesinada a una mujer hace un tiempo y de donde sólo se sacaron unas cuantas fotografías. Cuando ambos llegan a la escena del crimen, la secuencia muestra a los dos revisando la habitación, colocando las fotografías, mirando aquí y allá. Se miran el uno al otro, ponen caras, no se hablan. Sobran las palabras. Tan sólo repitan una y otra vez: Fuck. Se entienden el uno al otro. Encuentran pruebas. Reconstruyen lo que pasó allí y que nadie había visto antes. Dos buenos policías haciendo su trabajo. Una de tantas secuencias que tan sólo por ellas merece la pena acercarse a esta serie. Y hay muchas más, como una partida de ajedrez de lo más curiosa.

La conclusión de esta primera temporada es cerrada y puede disfrutarse sin necesidad de continuar con su visionado. El destino final de todos los protagonistas –buenos y malos- es tan variado que uno no sabe qué pensar. Unos consiguen prosperar gracias a sus habilidades; otros se lo han labrado a base de lealtades o chivatazos; alguien tiene que cargar con las culpas y otros deben continuar con el negocio. Los que tocan demasiado los huevos también tendrán su merecido. Esta serie es real como la vida misma.

Hay un momento en que uno de los policías comenta que si sigues a las drogas, llegarás hasta los camellos. Pero si sigues el dinero… no sabes hasta dónde podrás llegar. Igual que nosotros, que no sabemos hasta donde pueden llegar las excelencias de esta serie en su segunda temporada.

Dominic West apareció en Punisher War Zone.
Lance Reddick aparece en Fringe.
Otras series de la HBO:
True Blood;
Roma

2 comentarios:

  1. Una serie increíble. Se habrá visto superada en premios por otras series pero en calidad lo dudo.

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  2. Resulta muy difícil encontrar una serie donde no existan los capítulos de relleno. En The Wire no sobra nada, ni un minuto. Una gozada.

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