viernes, 25 de junio de 2010

Asalto a la comisaría del distrito 13, de John Carpenter


Estamos en 1976 y Carpenter se dispone a rodar su primera película “profesional”. Aunque Dark Star debe de ser considerada su ópera prima, también hay que tener en cuenta que se trataba de un proyecto final de carrera que fue lo suficientemente bueno como para conseguir financiación y llegar a estrenarse en cines.

Ahora Carpenter decide separarse del tono de comedia y ciencia-ficción que había experimentado y poner los pies en la tierra, para contar una historia de violencia y acción con toques de suspense. Considerada al poco tiempo de su estreno como película de culto, marcó el devenir de la carrera del genial director y lo lanzó a la fama, al tiempo que hacía que tanto la crítica como el público empezaran a prestar mucha atención a sus posteriores trabajos.

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Carpenter abre con una secuencia casi muda. Tiene lugar en la oscuridad, donde una serie de tipos oscuros y armados pululan por una serie de callejones. Todo es silencio, interrumpido bruscamente por una serie de hombres uniformados –policías- que desde las azoteas acribillan a balazos a lo que parecen ser miembros de una peligrosa banda de la ciudad de Los Ángeles.

Interesa mucho esta forma de empezar su historia, debido a la cruda violencia con la que nos obsequia el director apenas han avanzado unos minutos de la cinta. Esto propicia que los restantes miembros de la banda, los supervivientes, realicen un juramento con sangre de lo más siniestro y que vaticina algo trágico. La caracterización que hace Carpenter de los pandilleros es muy curiosa: nunca hablan en toda la cinta. De esa forma son mudos y despiadados, resueltos a conseguir su objetivo, sea el que sea y locos por hacer pagar la sangre con sangre. En el fondo no es más que una deshumanización de los villanos de la película, como si fueran zombies sacados directamente del éxito de Romero. Como si los poseyera algo sobrenatural.

La trama principal de la película se nos presenta a continuación. Una serie de diferentes personajes irán a coincidir en una comisaría, la del Distrito 13 que ya ha cerrado sus puertas al público. En ella tan sólo se encuentran un par de secretarias y un par de policías, los cuales deben pasar allí la noche antes del cierre definitivo. Sin embargo, quiere el destino que un autobús que transporta presos de una prisión a otra deba de realizar una parada de emergencia, viéndose obligados a pedir prestadas las celdas de la comisaría.

El desencadenante de la acción son los pandilleros en busca de venganza. Seleccionando a diferentes objetivos a través de una mira telescópica desde su coche, van avanzado por las calles. Quiere de nuevo el destino que una de sus víctimas sea una pobre niña pequeña, cuyo padre, al presenciar los hechos, enloquece de forma que logra asesinar a uno de los responsables. Terriblemente asustado, decide buscar refugio en la comisaría más cercana, aunque ésta esté casi abandonada. Pero los pandilleros ya han tenido suficiente y la parte de su juramento se ve completa cuando decidan atacar la comisaría en busca de ese hombre anónimo sin importar las consecuencias. Ethan Bishop, el policía a cargo de la situación, no sólo tendrá que hacer frente con contadas armas y municiones a un ejército despiadado y numeroso que amenaza su vida y la de sus compañeros, sino que se verá obligado a pedir la ayuda de los presos, entre los que se encuentra Napoleón Wilson, un asesino condenado a muerte, bastante cínico y peligroso, que no duda en flirtear con una de las mujeres atrapadas siempre que tiene oportunidad.

Este es el argumento principal de la película cuyo guión, montaje –bajo un seudónimo curioso: el hombre que interpretaba John Wayne en la mencionada película de Hawks- y banda sonora es también obra de Carpenter cuya idea central no tardaría en repetir en alguna otra producción posterior. Carpenter no renuncia a sus influencias y es evidente la fijación con un clásico del western como Río Bravo, donde una serie de personas normales y juntos con hombres de la ley deben de parapetarse en un sitio cerrado –una comisaría- y hacer frente a un ejército de malhechores que quieren entrar a toda costa a por su pellejo.

Con casi ningún rostro conocido en los roles principales, Carpenter vierte toda su capacidad en crear una atmósfera opresiva y desasosegante, inquietante la mayoría de las veces. Ayudado por la música electrónica para provocar la tensión en el espectador, ésta acaba con estallidos de violencia y brutalidad sin sentido, como el momento en que una inocente niña comiendo un lado es asesinada. Poco a poco los parapetados irán sucumbiendo en el interior, por muchos invasores que vayan aniquilando y la tensión y el peligro irán en aumento.

La realidad es que, para haberse realizado en apenas un mes y con un presupuesto ínfimo de tan sólo 200.000$, la película le salió muy bien a su director que pudo poner en danza todo lo aprendido de los clásicos que tanto alababa. Con el control total de la producción, el éxito o fracaso de la cinta sólo podía ser achacable a su persona. En realidad Carpenter rodó el western que siempre había querido rodar –y que en ese momento no era viable de cara a la industria- revistiéndolo de thriller moderno y donde el comportamiento de las incontables hordas de asesinos que asedian la comisaría de un distrito apartado de Los Ángeles nos traslada a un ambiente malsano y hasta sobrenatural. Por lo tanto, el terror, la ciencia-ficción o el suspense eran elementos que seguían interesando al director neoyorkino.

Carpenter ya empezó a llamar la atención y hacer dinero para los estudios. Le quedaban todavía muchas historias por contar, pero sería en la siguiente donde alcanzaría algo más que riquezas o prestigio, pese a que la mayoría de la gente desconozca este logro: inventar un género.

Como último comentario, esta es una de las películas de Carpenter que ha sido rehecha hace poco tiempo. En 2005 un director francés desconocido para mí se rodeó de algunas caras solventes –Ethan Hawke (Daybreakers), Lawrence Fishburne, Gabriel Byrne o Maria Bello- para volver a contar la historia actualizada a los nuevos tiempos, lo que viene a significar una pérdida de todo estilo propio. Como mucho y siendo generosos, se podría decir que entretiene algo, pero no aporta absolutamente nada.

TRAILER AMERICANO


TEMA PRINCIPAL DE LA BANDA SONORA (uno de los mejores temas creados por Carpenter)


Todo sobre John Carpenter, aquí.

2 comentarios:

  1. Que fea película ... la verdad que no sabía que era algo así como el invento de un nuevo género, aunque el tema del poco presupuesto me hace ser menos incisivo... a mi me pareció una peli clase B con un argumento clase D.

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  2. En realidad es eso: una película de bajo presupuesto a la que Carpenter le saca mucho partido.

    A mi me gusta bastante, se me hace muy entretenida y logra meterme en la atmósfera con facilidad.

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