Recopilatorio con una serie de artículos –no son relatos, sino opiniones del propio autor- realizados en diferentes momentos pero que tienen como punto central la creación literaria, ya sea de novelas o de cómics, en definitiva de diferentes historias. Chabon se basa en experiencias personales, en anécdotas familiares y echa mano de sus lecturas favoritas –ya sean de juventud o no- en un intento de penetrar en esos mapas y leyendas, en esos espacios creativos que permiten su trabajo y el de muchos de sus compañeros y amigos.
En una clara defensa de historias imaginativas que no estén sujetas por ningún tipo de canon o atadura, Chabon va saltando de género en género de forma que consigue expresar su opinión de temas más abstractos como son la influencia del relato corto; la importancia que tuvo Arthur Conan Doyle al contar las aventuras de Sherlock Holmes; los mitos de su juventud que le han formado como escritor –y junto con él, a muchos otros niños-; un alegato a favor de la literatura infantil original y centrándose en especial en la saga de La Materia Oscura –se intentó hace muy poco su traslación al cine con la adaptación de La brújula dorada, aunque acabó en un fracaso total-; un análisis de la última novela de Cormac McCarthy, La carretera, desde el punto de vista de la paradoja que se forma cuando la mayoría de gente que desprecia la literatura de ciencia-ficción alaba sin dudarlo obras como la citada y la disfrazan de fábula o cuento –ojo si no se ha leído la novela, que Chabon no hace concesiones-; M. R. James y sus historias de fantasmas son también muy del gusto del autor, empeñado en reivindicar el relato corto.
No deja de lado el autor los cómics, parte fundamental de su formación como lector y escritor y realiza una arriesgada apuesta por favorecer las historias infantiles en los cómics actuales, relegadas por las grandes editoriales al olvido, sustituidas por versiones modernas para adolescentes. Se centra en otro escrito en la ciencia-ficción en general y en el American Flagg! de Howard Chaykin en particular y por qué le resulta fundamental en el género; demuestra mucho cariño Chabon por las tiras de prensa que triunfaron hace muchos años en la prensa norteamericana y en unas pocas líneas reivindica el papel de Julius Knipl y también por supuesto de Will Eisner, no sólo por su papel capital en el noveno arte, sino por el de empresario.
Chabon no se olvida de su propia producción literaria y decide dedicar los últimos capítulos a ciertos procesos internos y externos que le marcaron en la realización de sus obras. Desde Los misterios de Pittsburgh y sus inicios como escritor, pasando por los problemas creativos que tuvo tras su primer éxito y que le obligaron a cambiar de idea, llegando a acabar Wonder Boys, libro que usa como excusa para expresar una idea inquietante que debe de cautivar a todo creador en un momento u otro de su vida, esto es cuánto poner de cada uno en lo que se está contando y cómo lo interpretan sus lectores; y llegando a analizar sus orígenes judíos, cuyas leyendas como la del Golem fueron incluidas en Kavalier & Clay y cuya cima acabó en El sindicato de policía Yiddish.
Tres partes bien diferenciadas en un libro que recopila diversas opiniones de su autor, que habla de la literatura que le apasiona, de los cómics que han marcado su vida y de su forma de enfrentarse a la página en blanco en su labor como escritor. Podrá gustar a diferentes tipos de lectores, sean aficionados o no al autor o busquen cierto ejercicio metaliterario y de opinión.
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