jueves, 5 de agosto de 2010

Repo Men, de Miguel Sapochnik

En un futuro cercano y distópico, The Union es una poderosa corporación que facilita a sus clientes toda clase de órganos y recambios artificiales. Por sus servicios cobra un precio altísimo y por muchas facilidades que den para su pago –plazos, intereses- la mayoría acaba sin poder cumplir con sus deudas. Es aquí cuando entran los repo men, una élite a sueldo de la compañía que asaltan al deudor y literalmente le arrancan el órgano del cuerpo y lo devuelven a la compañía, sin importarles el estado en el que quede el antiguo cliente. Sus dos mejores agentes son dos amigos desde la infancia, Remy (Jude Law, Sherlock Holmes) y Jake (Forest Whitaker).

En sus comienzos es una película de acción más en un ambiente tecnológico y futurista con un planteamiento que tiene cierto interés, mezclando la sanidad de pago con los préstamos y deudas y las grandes corporaciones todopoderosas; todo fácilmente reconocible en la sociedad americana actual –si bien en la película, como suele ocurrir en estas obras, están llevados al extremo-. En cierto punto de la misma, Remy sufrirá un accidente que le obliga a aceptar un corazón de reemplazo. Al no poder hacer frente a los pagos, tendrá que huir de sus antiguos compañeros, liderados por su ex jefe (Liev Schreiber, Lobezno, Resistencia), junto con una mujer en su misma situación, interpretada por Alice Braga (A ciegas, Soy leyenda).

A partir de ese momento la película recuerda en cierto punto a Minority Report, pero mucho peor manejada la premisa que en la película de Spielberg. La pareja de fugitivos se verá cada vez más cercada, por lo que se verán obligados a tomar acciones desesperadas en un intento por escapar al sistema. Lo que le ocurre es que no acaba de ligar bien el tema de denuncia o de moraleja con las escenas de acción, que quedan bastante simples. Los efectos especiales no son nada que no hayamos visto ya y Jude Law no es el actor adecuado para dar vida a un héroe de acción, por muy solvente que sea cada vez que aparece en pantalla. Además el director tiene un gusto por recrearse en ciertas escenas y momentos en los que se ven las operaciones en vivo y en especial en una secuencia final que no va a gustar a la mayoría de gente, con un tono de lo más masoquista. Logra mantener el interés en algunos momentos, pero no deja de ser una idea muy desaprovechada y que contando con algunas caras conocidas y siendo los tres protagonistas grandes actores, no se le saque más partido a la película es una pena. Queda como un producto más de acción y ciencia-ficción anodina, en la línea de otras producciones recientes como The Surrogates.

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