jueves, 21 de octubre de 2010

Bóvedas de acero, de Isaac Asimov


El primer libro de la Saga de los Robots –hay que tener en cuenta que en realidad el volumen que inició todo el particular universo del autor era una recopilación de cuentos cortos que ayudaban a profundizar en la psicología de los robots- es esta novela donde el mundo que conocemos es bien diferente: la humanidad hace tiempo que consiguió escapar del planeta Tierra y fundar las primeras colonias espaciales en otros mundos. En el momento en el que transcurre la historia son cincuenta los Mundos Exteriores, los cuales para los habitantes de la Tierra se hacen llamar Espaciales. La superioridad tecnológica de los provenientes del espacio exterior causa recelo en los terráqueos, que se empeñan en negar la evidencia y seguir anclados a un pasado y tradiciones que más pronto que tarde les llevará a la perdición.

La humanidad se ha organizado en Ciudades que recorren miles de kilómetros y donde viven miles de millones de personas. Los recursos son escasos y por eso todo se encuentra bajo un estricto control gubernamental y las ciudades están recubiertas por inmensas cúpulas de metal, ya que la vida en el exterior, al aire libre, es impensable. El policía de Nueva York Elijah Baley se va a encontrar con un grave problema: su superior y amigo el Comisario le ha encargado la investigación de un asesinato cometido en el Enclave Espacial que los habitantes de los Mundos Exteriores poseen en los límites de la Ciudad de Nueva York. Para evitar un incidente devastador entre ambos pueblos, Baley se verá obligado a trabajar con lo que más odian los seres humanos de la Tierra: un robot. Pero no un robot cualquiera, sino uno creado a imagen y semejanza de su creador, justamente el científico asesinado, y cuya apariencia dista mucho de los anticuados prototipos terrestres, tal es su similitud con las personas humanas: R. Daneel Olivaw.

Asimov se recrea en la descripción de una sociedad futura que se mantiene en el límite de la supervivencia y que al mismo tiempo se resiste a los cambios que quieren introducir los Espaciales, acostumbrados a compartir su vida con los robots. Con un trasfondo policíaco y detectivesco, la historia va avanzando según los progresos en el caso del detective Baley. Como tal está muy bien, es entretenida, mantiene la tensión y la curiosidad y la habilidad para los diálogos de Asimov se encuentra en todas sus páginas, ya se trate de resolver un crimen o de buscar un futuro mejor para la humanidad. En realidad es una de esas novelas que se leen de un tirón.

Sin querer revelar nada especial para aquellos que nunca hayan leído nada de la Saga de la Fundación –es decir, los libros posteriores a éste- tan sólo comentar que la pareja protagonista es esencial en la literatura del autor y en especial el robot Daneel Olivaw que irá apareciendo de vez en cuando en diversos momentos importantes para el devenir futuro de la humanidad. Aquí tenemos su primera aportación.


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