domingo, 10 de octubre de 2010

Los Invisibles Vol. IV: infierno en América, de Grant Morrison & Phil Jimenez


El segundo volumen de Los Invisibles –recordamos: tres volúmenes de 25 números cada uno- supuso un cierto cambio tanto en lo que se estaba contando como en la manera de hacerlo. Pese a los múltiples, variados y descabellados intentos de su guionista estrella para resucitar su obra más personal, la serie no levantaba cabeza en el mercado y sufría serias amenazas de cancelación.

Situada cronológicamente tras los acontecimientos narrados en el número anterior, ha transcurrido un año entero en la ficción. Morrison traslada la acción desde el viejo continente a los Estados Unidos y hace una apuesta por la aventura más directa. Además contará con el dibujante Phil Jimenez para los doce primeros números de esta nueva andadura, lo que contribuye a darle un toque más homogéneo a la parte pictórica que venía necesitando. Además, el dibujante de Los Ángeles es bien conocido en el mercado norteamericano, algo que sin duda beneficiaría a las ventas de la serie.


Un año después
Los Invisibles poseen un refugio en Estados Unidos para cada vez que necesitan reponer fuerzas o esconderse por un tiempo. Se trata de una hacienda muy lujosa propiedad de uno de los mayores multimillonarios americanos, Mason, que se unió a la Universidad Invisible desde que siendo niño fue abducido por alienígenas, los que le dieron a beber puro conocimiento –uno de los conceptos creados por Morrison que más me han gustado y de los que menos desarrolla-. King Mob lleva curándose y reponiéndose física y psicológicamente de la sesión de tortura a la que escapó por los pelos en el último volumen. Buena parte de culpa de su bienestar la tiene Robin, con la que ha empezado una relación. Cuando todavía no se han decidido por su siguiente paso, aparece buscando refugio Jolly Roger, una mujer que posee el mismo entrenamiento que King Mob; que lidera su propio grupo de rebeldes y que ha descubierto un laboratorio en Nuevo México donde pudo penetrar, pero del que escapó a duras penas. Ahora necesita ayuda para volver porque se trata de un lugar secreto y altamente protegido donde se encuentra la vacuna contra el sida.


Resulta muy curiosa esta nueva evolución del cómic en cuestión en este primer número del volumen segundo. Morrison abre con buenas escenas de acción, lo adorna con un poco de sexo aquí y allá, lo adereza y condimenta con sus apabullantes ideas y lo refuerza con una conspiración de fondo, muy mítica toda ella en lo relacionado con laboratorios ultra secretos del gobierno o de corporaciones con oscuros secretos en su interior: en este caso –y por ahora- la vacuna contra el sida y la idea de que fueron ellos los que lo provocaron. Jimenez realiza una gran labor de detalle y con las escenas más movidas, rompiendo la página varias veces, escapándose de las viñetas o colocando éstas en diferentes posiciones y ángulos. Se nota cierta mejoría en el conjunto y es un número con algunos conceptos nuevos pero fácilmente entendibles, algo que no ha sido muy común hasta ahora. Está entintado por John Stokes y coloreado por el de siempre, Daniel Vozzo. Las portadas, a cargo de Brian Bolland.

El grupo necesitará realizar una parada técnica antes de ayudar a Roger; encontrarse con dos miembros más de la Universidad Invisible: Austin, un indio hechicero de la zona y su amigo Emilio –que resulta ser escocés-. Con ciertas reminiscencias a la bomba atómica –no en vano se encuentran en el terreno donde se probó el invento- y con altas dosis de LSD los miembros del grupo van preparándose para la misión. Aunque antes deberán sortear los papeles que debe jugar cada uno, en el que King Mob dejará su papel de líder para pasarle el testigo a Robin. Y con eso se prepara la acción –que por cierto, King Mob recupera de nuevo la máscara con el pelo y las gafas de buzo-. La historia tomará un giro inesperado cuando penetren en el complejo y descubran que pertenece a sus enemigos y que alberga cantidad de cosas innombrables, aparte de la presencia de Mr. Quimper, al que habíamos visto poco hasta entonces. Acción a raudales cuando todo se desmadre y se convierta en una trampa mortal.


Existen algunos aspectos interesantes por resaltar: Morrison nunca ha negado la influencia que tiene con King Mob, cuya buena parte de su pasado está basado –y adaptado en la ficción, espero- en el del propio escritor. Morrison ha llegado a decir que diversas situaciones que le ocurrían a su personaje él llegaba a mimetizarlas. El inicio de una relación romántica le hizo emparejar a King Mob con Robin. Cuál ocurrió primero ya no lo tengo claro; también ha comentado por activa y por pasiva que detrás de la idea de la serie se encontraba la paranoia de que toda conspiración alguna vez soñada fuera realidad –o al menos, posible-. Aunque desde sus mismos comienzos esto ha estado muy claro en la serie, con una conspiración a escala cósmica, en estos números Morrison recurre a una más mundana y muy utilizada en literatura de best seller americana, por ejemplo: la de las grandes corporaciones que poseen cierta información y que hacen uso de ella para tener controlada a la población de muy diferentes maneras; y finalmente, otro concepto vertido por Morrison en su serie predilecta tiene que ver con la espiritualidad del hombre y su capacidad mermada para alcanzar una nueva. De ahí el continuo uso de rituales de muy diferente tipo –hasta ahora hemos tenido ejemplos de vudú o de diferentes ritos según el lugar de origen, ya sean africanos o sudamericanos o, en el caso de Infierno en América, se basa en la población indígena de Norteamérica, los indios. Resulta curioso que casi en todos ellos es necesario el consumo de drogas o sustancias de parecida índole.


En realidad todo lo comentado en este párrafo lleva desde el principio de la colección y Morrison dándole vueltas pacientemente. Tan sólo que en este volumen se empieza a entender todo un poquito mejor y eso que Morrison no renuncia a sus paranoias, sobre todo cuando se encuentran en las profundidades de la base. Es lo mismo, pero mejor contado y dibujado. 



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