Un relato corto del famoso escritor norteamericano –de parecida extensión a Ryta Hayworth y la redención de Shawshank, aunque situado en las antípodas en lo que se refiere al género- que fue publicado por primera vez en 1980 en una antología titulada Dark Forces; republicado en 1985 en una recopilación de historias de King titulada Skeleton Crew y de nuevo lanzada a la venta, esta vez en solitario, coincidiendo con la genial adaptación que realizó Frank Darabont –aquí mis primeras impresiones de la película- en el año 2007.
De nuevo situada en Maine, en el pueblo de Bridgton, una terrible tormenta de verano se convierte en la predecesora de horribles sucesos: una serie de personas se encuentran en el supermercado local, realizando sus recados, cuando una misteriosa niebla aparece con rapidez y cubre hasta donde abarca la vista, dejando todo blanco a su alrededor y proyectando sospechosas sombras. David Drayton –narrador en primera persona de los hechos- y su hijo de cinco años Billy se ven atrapados en medio de una multitud cuyo nerviosismo va en aumento, sobre todo cuando comprendan que ahí fuera pululan una serie de criaturas extrañas que amenazan la seguridad de los que se encuentran parapetados en el supermercado.
Pero King no se contenta con narrar una historia de supervivencia donde una serie de peligros en la forma de animales informes –de diferentes tamaños y formas, con tentáculos, alas o picos y siempre hambrientos- acechan a una serie de personas humanas. Pronto, el interior del supermercado se convierte en un sitio tan lleno de peligros como las afueras nebulosas, por lo que David y sus más allegados deberán de luchar por sus vidas contra animales y hombres.
Un relato de terror muy contenido que cobró nueva fama con su lanzamiento en cine. Aunque la historia es muy sencilla, pero al tiempo muy efectiva, de nuevo Darabont adapta y mejora a su amigo y maestro, profundizando más en los personajes y cambiando pequeñas cosas aquí y allí para darle un nuevo empaque a la historia, que por otro lado es perfectamente reconocible. Muy de estilo Lovecraft, en cierto sentido contando con esos bichos asquerosos y añadiendo King sus famosas pinceladas que nos retratan la miserable condición humana en momentos de tensión insoportable. Un nuevo ejemplo de porqué prefiero el King contenido de los relatos cortos que el desatado que entrega novelas enormes cargadas de páginas.


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