Comedia de acción que sigue en la línea de los últimos fracasos norteamericanos en este tipo de género en el que últimamente hemos tenido algunos ejemplos con mayor o menor fortuna, como Noche y día, por ejemplo. Y digo fracaso hablando de la calidad de la película, porque no tengo ni idea de su recaudación en Estados Unidos y si ha sido alta es algo que no me explico, así como que Will Ferrer, su protagonista y principal ideólogo, siga trabajando en cine.
Ferrer y Mark Wahlberg (Desde mi cielo, Max Payne, El incidente) son dos policías de Nueva York bastante torpes y que se ven eclipsados por la pareja estrella de su comisaría. Cuando éstos mueren en acto de servicio, deciden dar un paso al frente y ocuparse de un importante caso, con desastrosos resultados.
Muy mal dirigida en sus pocas escenas de acción y con la mayoría de secuencias de comedia que no hacen ninguna gracia, en el fondo es una pérdida de tiempo total sin mucho sentido que cuenta con varios rostros conocidos en papeles menores, casi cameos. De esa forma Eva Mendes vuelve a hacer de la chica del protagonista como ya hiciera en Teniente corrupto o en The Spirit; Ray Stevenson (Roma, Punisher Zona de guerra, El circo de los extraños) se encarga de un pequeño papel de malo de la película; y Samuel L. Jackson (Iron Man II, Iron Man, The Spirit) y Dwayne Johnson que son los mejores policías de la ciudad y que encuentran una de las muertes más absurdas que he visto jamás, por muy comedia que se trate. Para redondear el casting, también aparece Michael Keaton.
Lo dicho, la mala pinta que tiene se ve corroborada una vez vistos los primeros minutos y no dan ganas ni de acabarla.
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