Historia policial ambientada en la Louisiana post Katrina donde el detective Dave Robicheaux (Tommy Lee Jones) anda tras la pista de un asesino que se ha desecho en los pantanos de varios cadáveres de jovencitas. Al mismo tiempo coincidirá con la estrella de Hollywood Elrod Sykes (Peter Sarsgaard, La huérfana, An Education) y su novia Kelly (Kelly McDonald, Boardwalk Empire) que encuentran un cadáver de un negro encadenado también en el pantano, lo que desencadenará una serie de recuerdos en el detective, que se verá obligado a trabajar en ambos casos. Con la presencia de John Goodman como un mafioso del lugar y de Mary Steenburgen como la mujer del protagonista.
El director francés compone un thriller policíaco en el que el paisaje privilegiado de Nueva Orleans juega un papel importantísimo, así como la ambientación conseguida por la música de Marco Beltrami. Destaca la interpretación de Jones, dando vida a un hombre de la ley y padre de familia que tiene que lidiar con sus demonios internos –los crímenes a los que se enfrenta, además de su ex alcoholismo- y al que la tensión a la que se ve sometido en los últimos tiempos empieza a jugarle malas pasadas en forma de alucinaciones.
Una coproducción entre Estados Unidos y Francia, bien realizada y mejor dirigida, en un estilo clásico y que mantiene la atención durante su ajustado metraje, sobre todo cuando las investigaciones de Robicheaux empiecen a traerle problemas más graves, para él y para su familia.


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