En 1996, el escritor norteamericano George R. R. Martin decide dejar de lado su faceta de guionista de televisión en Hollywood y volver al terreno que le había ganado fama y respeto en los años setenta: la literatura. Con varios premios en su haber, importantes en el marco de la fantasía, el terror o la ciencia-ficción; la vuelta de Martin se produjo con una ambiciosa saga medieval de fantasía heroica llamada Canción de hielo y fuego, cuyo primer volumen es este Juego de tronos. En un principio una adaptación muy libre de la Guerra de las Dos Rosas que sacudió Inglaterra en el siglo XV, pronto la aceptación del público, las buenas críticas y los premios cosechados: Premio Locus y Hugo a la Mejor Novela de Fantasía (1997) y el Ignotus a la Mejor Novela Extranjera (2003); hicieron que los planes iniciales de realizar una saga en cuatro volúmenes creciera hasta los siete, de los cuales quedan todavía tres por publicar.
En esta primera entrega se nos narra un momento concreto en el continente de Poniente, cuando el Rey Robert Baratheon recurre a su viejo amigo Eddard Stark, Guardián del Norte y Señor de Invernalia, para que se instale en el Sur en el Palacio Real y se convierta en su mano derecha. En la corte, la nueva Mano del Rey descubrirá un complot que va a enfrentar a las diferentes Casas y dinastías que pueblan los Siete Reinos y en especial a la suya propia con los Lannister, siendo la Reina perteneciente a esta Casa.
Desde que la antigua casa de los Targaryen -cuya única superviviente, la Princesa Daenerys, ha conseguido casarse con un poderoso señor en el exilio- fuera derrocada por los Baratheon y sus aliados la paz había reinado. Hasta ahora, que los tambores de guerra vuelven a sonar y las amenazas, las guerras y los asesinatos vuelven a salpicar a las diferentes Casas.
A esto hay que añadir un subargumento que tiene lugar en las tierras del Norte, donde existe un Muro custodiado por la Guardia de la Noche donde tienen cabida todos los despojos de la sociedad, sean asesinos o violadores, y aquellos que necesitan de un lugar lejos de sus familias, ya sea por el rechazo de sus semejantes o porque decidan expirar sus culpas en la Guardia. Allí va a parar Jon Snow, el hijo bastardo de Eddard Stark a buscar su futuro. Se dice que las criaturas que habitan más allá del muro son antiguas y peligrosas y la Guardia es responsable de cuidar las fronteras del reino.
Una historia compleja, llena de tramas principales y subargumentos, con multitud de personajes y que su autor va desarrollando con parsimonia y todo lujo de detalles. Destaca la veracidad y el realismo de lo narrado, el retrato psicológico de los principales personajes y unos ligeros toques de fantasía, situados aquí y allá de manera muy discreta, que aleja a esta saga de otras anteriores como El señor de los anillos y sus muchos derivados. Sin embagro la narración es bien sencilla, los continuos giros de las tramas la hacen muy adictiva e interesante y la emoción es una constante a lo largo y ancho de todas sus páginas, que son muchas. Para facilitar algo más la comprensión de todo lo narrado, Martin divide el libro en capítulos, cada uno de ellos narrado bajo el punto de vista de un personaje concreto -se utiliza la tercera persona en la narración, por lo tanto-. El autor toma a ocho personajes y los sitúa en diferentes puntos del relato para que tengamos una visión global de todo lo que sucede y va alternando sus puntos de vista según sus preferencias a la hora de mostrar tal o cual evento. Los ocho elegidos, donde los Stark son mayoría, son: Eddar Stark y su mujer Lady Catalyn; sus hijas Sansa y Arya; su hijo mediano Bran y el hijo bastardo Jon Snow; la Princesa Daenerys y el segundo hijo del señor de la Casa Lannister, Tyrion, un ser deforme desde su nacimiento que ha hecho de su intelecto su mejor arma.
Eso no quita que este primer volumen sea perfecto. Su extensión puede desalentar a más de uno, sobre todo teniendo en cuenta que es la primera parte de siete. A eso no ayuda las ganas del escritor de que todo quede claro y me da la impresión de que se lo deja al lector demasido masticado. Algunas de las sorpresas se pueden ir vislumbrando conforme se va avanzando en la lectura, pero cada poco tiempo Martin tira del recurso de cambiar de personaje y que este descubra la verdad, volviendo a mostrar al lector algo que ya sabía, esta vez confirmándolo de veras. Por supuesto, este primer volumen acaba con un gran continuará.
Y siendo puristas, algunas palabras en inglés yo las hubiese dejado como tal, sin recurrir a la traducción literaria. Jon Snow podía haberse quedado con ese nombre, no es necesario el cambio de Jon Nieve; y Winterfell en la versión española se ha traducido como Invernalia. Los direwolfs que acompañan a los hijos de la Casa Stark no se como se han traducido al español.
Esta saga va a recibir un nuevo impulso cuando en unos meses la HBO estrene la adaptación de este primer volumen en diez episodios, una tarea en verdad arriesgada y titánica, con tantos personajes y cosas que contar. Aunque si se realiza una selección acertada de los pasajes más importantes y se elimina algo de paja, el tono tranquilo y detallista con que la HBO ya ha tratado algunas de sus series -Roma, Deadwood, The Wire o la actual Bordwalk Empire son claros ejemplos de ello- puede ser el ideal para esta historia, incluso superando al original literario.



"Los direwolfs que acompañan a los hijos de la Casa Stark no se como se han traducido al español."
ResponderEliminarSe tradujeron como Lobos Huargos.
Los lobos de las películas de El señor de los anillos también se tradujeron así.
ResponderEliminarGracias por el comentario y por la aclaración.