sábado, 25 de junio de 2011

Ultimate Thor, de Jonathan Hickman & Carlos Pacheco

A priori no tenía muchas expectativas ante este tebeo, por varias razones. En primer lugar y pese a ser uno de los guionistas de moda en Marvel, el norteamericano Jonathan Hickman no me ha cautivado en ninguna de sus propuestas. Le reconozco que aporta cierto bagaje a la hora de jugar con algunos elementos clásicos e incorporarlos a sus nuevas propuestas, pero no puedo con esa manía imperante de alargar tanto las historias, haciendo que en muchos de los números mensuales no pase absolutamente nada. No es que me parezca mal guionista, ni muchísimo menos; sino que no tengo la paciencia para seguirle mes a mes.

Por otro lado la línea Ultimate no es de mis favoritas, pese a que he leído algunas aventuras, como el Ultimate Lobezno Vs Hulk o Ultimate Avengers, precisamente el último trabajo del gaditano Carlos Pacheco antes de esta ultimatización del Dios del Trueno.

Por último, había leído algunas críticas hacia el propio trabajo de Pacheco en el tablero de dibujo. Tratándose de uno de mis artistas favoritos y reconociendo la pérdida que para su acabado se produjo cuando su entintador habitual, Jesús Merino, decidió abandonarlo por pastos más verdes en DC, no tenía muy claro si comprarme este cómic o no.

El caso es que no me arrepiento. El hecho de que se trate de una serie limitada de tan solo cuatro episodios ayuda a que tanto su guionista como su dibujante condensen lo mejor de sí mismos en pocas páginas, en una historia que va rápido al grano sin perderse en vericuetos y subtramas. Hay que reconocerle a Hickman dos cosas: la primera su propia inventiva y la manera de reciclar los viejos preceptos de Lee y Kirby: los famosos Tres Guerreros son los tres Hijos de Odín, los hermanos Thor, Loki y Balder; la inminente venida del Raknarok, la relación con los nazis y el ocultismo o el nuevo Puente del Arcoiris; y la segunda la manera de encajar la historia con lo narrado por Mark Millar en la primera serie de los Ultimates. Hickman toma a ese Thor hippie ideado por Millar, cuyo mayor atractivo residía en la ambigüedad a la hora de describirlo como hombre con delirios de grandeza o como un auténtico dios nórdico y nos cuenta su pasado y cómo llegó a aparecer en esa primera aventura fundacional del equipo.

Hickman narra tres historias a la vez situadas cada una de ellas en diferentes momentos del tiempo hasta que van confluyendo poco a poco y el lector va juntando las piezas. Una táctica efectiva y que hace que el interés no decaiga en ningún momento.

Parte de culpa de esto último la tiene Pacheco. Por fin se le ve un poco suelto al dibujante, desde hacía bastante tiempo participando en sagas con diferentes personajes pero un poco demasiado plegado a las labores del guionista de turno y sin posibilidad de soltar todo su ingenio. En estas páginas, al menos, ha podido disfrutar de la libertad necesaria para recrear todo un mundo de ficción, el de la divina Asgard, alejándola de los diseños futuristas de Jack Kirby y acercándola  a una verdadera ciudad vikinga. Así como la mayoría de personajes pasan por este filtro, destaca sin duda Odín entre todos ellos, muy alejado del gordito bonachón e irascible a partes iguales que pulula por las colecciones de la línea clásica de Marvel.

Al mismo tiempo Pacheco puede lucirse con espectaculares ilustraciones dobles a toda página que muestran cruentas luchas; así como demostrar su dominio a la hora de coreografiar movimientos en diferentes peleas y enfrentamientos. Vuelve a contar con las tintas de Dexter Vines, que parece que le va cogiendo el truquillo, aunque todavía está lejos del nivel de sus mejores obras. Edgar Delgado se encarga del color.

No les ha quedado nada mal esta obra a ambos autores, pese a mis infundadas reticencias. Se trata de un cómic muy entretenido, con los suficientes giros de guión para resultar interesante y el mejor arte en el dibujo. Tengo que reconocer que esta historia me ha parecido mucho mejor de cara a una presentación que la que fue elegida en el cine hace unos meses, en la película de Branagh

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