miércoles, 21 de septiembre de 2011

Homicidios, con Eduardo Noriega: flojo debut de la nueva serie de Telecinco


Intenta recuperar la cadena privada el género policiaco que tan buen resultado ha dado a la parrilla televisiva española, algo en el olvido los últimos años ante el auge de otros géneros como el histórico.

Lo más notable de la propuesta sin duda es el papel de Eduardo Noriega (Blackthorn, Transsiberian), dando vida al protagonista de la serie, el psicólogo Tomás Soller, experto en psicopatologías y atravesando el tan manido bache profesional y personal que todos estos caracteres tienen en sus series. Cuando un alumno de la Facultad donde da clase asesina a sangre fría a varios de sus compañeros, entrará en contacto con la policía, a la que ofrecerá sus servicios como consultor. Para más inri la detective encargada del caso es un antiguo amor del pasado del protagonista, interpretado por Celia Freijeiro.

No creo que haga falta mucha imaginación para comparar esta serie con El mentalista protagonizado por otro guapo del cine como Simon Baker. Por desgracia los resultados finales son bien diferentes: si en El mentalista, sin ser ninguna maravilla, al menos nos encontramos con un procedimental de manual, con Homicidios también podríamos echar mano del manual, pero el de despropósitos en las series españolas.

El nuevo policiaco nacional apuesta por lo clásico, lo ya conocido y mil veces visto: una persona inteligente apartada de su deber por una tragedia de su pasado, que se reencuentra con su trabajo y con una antigua relación al mismo tiempo; rencillas en la policía entre departamentos; la novata que acaba de llegar… Son algunos tópicos que de tan manidos sorprenda que no acaben de funcionar. Y es que en Telecinco no parecen haber aprendido la lección y caen en los mismos errores de siempre.

Si Noriega podía atraer algunas malas críticas por su limitado talento como actor, aquí va a destacar porque el resto del reparto no lo hace nada bien. Además no acabo de entender esa forma de recitar los diálogos, tan antinatural y que no acabo de ver si es un problema de sonido y realización o de simple actuación. Durante gran parte del capítulo se echa incluso de menos a Noriega, centrándose demasiado la atención en el policial, algo que no va a funcionar. O se entrega el protagonismo a uno u a otro, pero ambos van a ser imposible que lo compartan.

Por otro lado las 22:30 de la noche es tarde para empezar un capítulo que dura más de hora y media y que con el último anuncio –metido con calzador, a deshora, sin avisar y sin comunicar su duración, rompiendo uno de los pocos momentos de tensión- nos deja cerca de las 00:15 al acabar, algo que es inadmisible.

Así que más de lo mismo: un Piloto muy flojo, alargado en exceso, donde te lo explican todo -¿no podían dejar algo para capítulos sucesivos? ¿Tenemos que conocer los principales detalles de los protagonistas tan pronto y de forma tan clara?-, que se hace cansino al poco tiempo y que no augura muchos éxitos a la cadena ni a su actor. Parece que la cosa puede ir de asesino psicópata difícil de coger, en vez de casos particulares autoconclusivos, pero ya veremos cómo se desenvuelve la cosa. Eso si suscita el interés suficiente para seguirla. 

2 comentarios:

  1. He tenido la suerte de no verla. A que todas las policías están de buen ver, y lo mismo con el género masculino, pero yo no me fijo. A que sí, el gremio de policía es realmente aparente.

    Cualquier comparación con The Wire es una crueldad inhumana.

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  2. Hombre, he comentado lo de El mentalista, pero si no resiste comparaciones con otras series tipo CSI o Mentes criminales ni se me ocurre el traer a The Wire a la palestra.

    Por cierto que se trata de una de mis series favoritas.

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