lunes, 7 de noviembre de 2011

El baile del vampiro. Edición décimo aniversario, de Sergio Bleda


En mayo de 2008 publicó la editorial Aleta un recopilatorio con todo el material que Sergio Bleda había ido creando con el paso del tiempo centrado en el tema vampírico, desde que en 1997 publicara una serie limitada de bastante éxito en PlanetaDeAgostini, en una línea que gozó durante unos meses del privilegio de estar consagrada a autores españoles, la mayoría de ellos noveles.

Aunque la edición de Aleta reduce considerablemente el tamaño normal de un comic-book, formato original de publicación, la labor de recopilación y la edición compensa todo lo demás, quedando un tomo muy completo y atractivo, con una reproducción del blanco y negro perfecta y con varias ilustraciones y páginas a todo color. Además de una portada con fondo rojo de lo más llamativa.

Volviendo a 1997, la Línea Laberinto, que así se llamaba el sello de cómic para autores españoles de la extinta Forum, publicó la historia de Bleda en una miniserie de cuatro números, a 24 páginas cada uno en blanco y negro. Todavía tengo vagos recuerdos de la primera vez que me acerqué a dicha serie, recuerdos que por otro lado se ven corroborados cada vez que releo la edición décimo aniversario: el autor se las arregla para en cada número meter una gran cantidad de cosas, es decir, de sustancia, de emoción y de aventuras, con varios personajes principales: vampiros de diferente clase, neonazis, la policía, un hombre misterioso… La primera vez que lo leí me pareció muy entretenida, con un buen criterio a la hora de finalizar cada número con el considerable cliffhanger y con secuencias de acción muy logradas. El final me pareció algo abrupto en aquel momento: quería saber más de esos personajes.

Con el paso del tiempo me he dado cuenta que el dibujo y la historia de Bleda tiene muchos más matices de los que percibí hace ya catorce años: que la ambientación en Barcelona es exquisita si hablamos de sus calles, de la gente que vive en ella y de uno de sus monumentos más importantes. Al tiempo se aprecia un amor por el detalle a la hora de situar la historia en un contexto temporal exacto –el año 1996- gracias a la música que escuchan los personajes, que logos aparecen en sus camisetas o cómo están decoradas las habitaciones de los adolescentes de la época. Las secuencias de acción están muy bien logradas y el contraste entre blanco, negro y grises de Bleda está muy bien con un diseño de página muy logrado, variado y que aprovecha diferentes recursos narrativos.

El tomo de Aleta viene prologado por Antoni Guiral, editor de Bleda en la época en que se publicó la miniserie y que aporta su granito de arena al recopilatorio con unas palabras en un marcado estilo literario. Tras las cuatro entregas de El baile del vampiro se recopila un número especial titulado Inés 1994, que se publicó unos dos años después, también en Forum, y que cuenta el origen de una de las protagonistas, Inés, que mientras realiza el viaje desde Albacete –lugar de nacimiento del autor- a Barcelona va recordando las circunstancias que la han convertido en un vampiro. El estilo de dibujo es el mismo que en su predecesora.

Se completa el tomo con abundante material adicional: una historia de tres páginas a color realizada en 2004, guionizada por el escritor Alberto López Aroca y que viene a ser un homenaje nada encubierto a los Pitufos, en la que aparece Jakob, el protagonista masculino de El baile del vampiro.

Seguimos con el color para la reproducción de todas las portadas e ilustraciones promocionales de todo lo relacionado con el evento vampírico y algún que otro inédito.

Finaliza el tomo de una forma de lo más original: con más de diecisiete ilustraciones de otros autores españoles y con un relato corto de Alberto López Aroca, en la que trata de mezclar todos los mundos de fantasía de su amigo Sergio Bleda.

En resumen, un tomo inmejorable, la recopilación definitiva sobre El baile del vampiro y todo lo que trajo consigo, teniendo en cuenta que en su momento Bleda había trabajado en un periódico realizando tiras cómicas y alguna que otra historia erótica en La Cúpula. Fue entonces cuando se dio a conocer y cuando fue nominado a Autor Revelación en el Salón del Cómic de Barcelona. Es una historia agradable de releer, un placer perderse en el detalle del dibujo de Bleda al tiempo que se sigue una trama trepidante con abundantes giros inesperados.

El único pero: todavía sigo pensando que la cosa acabó demasiado pronto

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