Con la expansión de su universo a
plena potencia tanto en literatura como en cómic, Lucas decidió volver la
atención hacia la televisión en el año 2003 y a través de un acuerdo entre LucasFilm y Cartoon Network se produjo una serie de 25 episodios dividida en
tres temporadas que fue emitida en el canal para niños. Situadas
cronológicamente en los tres años que se supone transcurren entre el final de El ataque de los clones y el comienzo de
La venganza de los Sith –de hecho, en
sus capítulos finales veíamos por primera vez al general Grievous y el
secuestro de Palpatine-, esta serie sorprendió por varios motivos: las dos
primeras temporadas estaban compuestas por capítulos de apenas unos minutos de
duración, mientras que en la tercera y última se alargaron hasta los quince
minutos; por otro lado, la animación corrió a cargo de Genndy Tartakovsky, que
imprimió su particular estilo anguloso, como ya había hecho en El laboratorio de Dexter, Samurai Jack o Las supernenas. Ganadora de varios Emmy, la serie era un buen
ejemplo de acción trepidante donde se nos presentaban innumerables batallas con
los Caballeros Jedi en su máxima expresión. Como curiosidad merece la pena
destacar las participaciones más activas de personajes secundarios como Yoda o
Mace Windu y las primeras apariciones de los aprendices del conde Dooku,
Ventress y Grievous. El desarrollo de los personajes no es muy grande, pero dio
tiempo a contar una experiencia vivida por Anakin muy parecida a la que viviría
su propio hijo en El imperio contraataca
cuando finalizaba su entrenamiento en Dagobaa. También se nos mostraba el
emotivo momento en el que le “cortaban la coleta”.
Contento con la experiencia,
Lucas decidió seguir centrado en este periodo de su historia y estrenar una
nueva película en cines, esta vez producida por LucasFilm Animation.
Adoptando las influencias del manga, la primera película animada de la
franquicia se hizo con CGI y estuvo dirigida por Dave Filoni y aunque contó con
algunas de las voces originales del reparto de las películas de acción real, no
pudo contar con muchos de los profesionales habituales de la franquicia, como
John Williams, por ejemplo. La idea era que fuera el lanzamiento de una nueva
serie en este formato, pero se decidió darle más entidad al guión en sí y
estrenarla en cines, contando una historia en la que se nos presentaba al
Padawan de Anakin Skywalker, Ahsoka, en una de sus primeras misiones junto con
su maestro: rescatar al hijo de Jabba, pieza clave para limitar las alianzas de
los traficantes con los ejércitos separatistas.
La animación en tres dimensiones
la emparentaba directamente con los videojuegos y algunos detalles, como el
pelo, la ropa o las expresiones faciales, quedaban muy rígidos, debido al
propio estilo escogido, no a la calidad de la animación, que era muy buena. De
nuevo con una historia de acción trepidante de fondo, los movimientos eran
rápidos y fluidos y los Jedi quedaban retratados en pantalla como nunca.
En ese mismo año 2008 se estrenó
en Cartoon Network su continuación en
forma de serie, que duró cinco temporadas en antena, siendo emitidos 108
episodios de 22 minutos cada uno. En estos años se ha seguido apostando por las
más variadas misiones, sin dejar nunca de lado la obsesión de Lucas por su
personaje fetiche Anakin Skywalker, con una calidad media bastante alta, si
bien es cierto que entre tantos episodios unos tienen más nivel que otros. Los
puntos fuertes de la serie, aparte de su apuesta por la acción y la aventura,
es el empeño por seguir ampliando los confines de la galaxia con nuevos mundos,
razas y tecnología, en un alarde de imaginación al alcance de muy pocos.
Los principales personajes de la
nueva trilogía también han sido desarrollados con más acierto, a los que se les
han añadido algunos nuevos y son muchas las sorpresas que podemos encontrar en
su abultado metraje: el lugar de origen donde los Sith buscan sus nuevos
aprendices; el regreso de uno de los principales villanos de La amenaza fantasma; algún que otro
indiscreto secreto sobre el pasado de Kenobi; el templo donde los jóvenes
aprendices Jedi buscan los cristales con los que montarán su sable láser; un
planeta donde la Fuerza se manifiesta de forma física y donde Anakin ya da
muestras de ser el Elegido, la formación intensiva a la que se someten las
tropas Clon, etc.
Merece la pena destacar aquellos
episodios protagonizados por otros Jedi o por los propios Clones, que aportan
nuevos puntos de vista, donde los antagonistas son cazarrecompensas o piratas.
Los droides más famosos de la galaxia también tendrán tiempo suficiente para
demostrar su valía, así como la senadora Amidala.
Con la compra de Disney del personal universo de Lucas la
serie fue cancelada, pero al menos pudieron dar cierre a algunas tramas
importantes, si bien no de forma definitiva, por ejemplo sabemos por qué Ahsoka
no aparece en las películas siguientes, pero no cuál fue su destino final. La
sorpresa llegó hace unos meses con el anuncio de que en realidad no se
cancelaba, sino que se trasladaba de cadena: la muy de moda Netflix (House of Cards, Orange IsThe New Black) estrenará a principios de marzo la última y definitiva
temporada, la sexta, que constará de 13 episodios y se subtitulará The Lost Missions. Así la plataforma de VOD se hace con las cinco temporadas anteriores
y la película para su emisión.
En su conjunto, The Clone Wars Series ha sido un
entretenimiento muy digno, repleto de acción y aventura y donde destaca el
diseño y expansión de la galaxia ideada por Lucas hace décadas, con nuevos
mundos y civilizaciones, razas, armas y personajes carismáticos. Todavía es
pronto para comparar, pero Disney
tiene pensado avanzar en una dirección diferente, tanto en la ya confirmada
serie de animación como en la tan esperada de acción real. La primera de ellas,
titulada Star Wars Rebels, tendrá lugar
en el periodo de tiempo entre el final de la nueva trilogía y el inicio de Una
nueva esperanza; mientras que la segunda, pese a estar ambientada en el mismo
periodo, contará con protagonistas diferentes.
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