Primera entrega de una nueva saga
policial a cargo de uno de los escritores de género negro más reputados de los
últimos años. El norteamericano ha visto su carrera lanzada gracias a varias
exitosas adaptaciones de novelas suyas a la gran pantalla: Mystic River, Adiós, pequeña,
adiós o Shutter Island. Hasta
ahora solo había leído de él Cualquier otro día, una novela histórica ambientada en el Boston de principios del
Siglo XX donde, si bien no existía un caso policial al uso, estaba
protagonizada por una familia tradicional de policías, en uno de los momentos
más difíciles de la historia del cuerpo.
Lehane debutó con esta novela en
el año 1994 –Premio Shamus, uno de los más importantes en el género- y a día de
hoy son ya seis los títulos protagonizados por los detectives Kenzie y Gennaro.
En un principio lo primero que llamará la atención del lector es el estilo de
escritura de Lehane, desenfadado, directo, repleto de referencias al mundo
actual que rodea al protagonista y con un marcado tono irónico o humorístico,
ya que el autor elige el punto de vista de Patrick Kenzie, detective privado de
la ciudad de Boston que comparte oficina, en los altos de una iglesia de su
barrio, con su amiga de toda la vida, Angela Gennaro. Ambos aceptan un nuevo
caso en su especialidad: encontrar a una persona desaparecida, una mujer negra
del servicio de limpieza de un conocido político de la ciudad que ha sustraído
una serie de importantes documentos. Como suele ser habitual cuando hablamos de
detectives privados, lo que parece un trabajo sencillo acaba complicándose,
desembocando en una cruenta guerra de bandas en las calles de Boston que trae
de cabeza no solo a la policía, sino a la pareja de detectives, que ven como
sus vidas comienzan a valer menos que nada.
La novela, que tiene un ritmo
trepidante y distendido en todo momento, con secuencias de acción movidas y
enfrentamientos tanto directos como dialécticos de lo más emocionantes, va desarrollándose
poco a poco sin giros bruscos y tenemos una buena muestra del por qué Dennis
Lehane está considerado como uno de los mejores embajadores de su ciudad natal,
Boston. No solo toda la acción se desarrolla a pie de calle, sino que Lehane
salta de un ambiente a otro con total naturalidad y lo mismo nos movemos por
barrios marginales que por el centro económico de la metrópoli. En ese aspecto,
me recuerda mucho a The Wire, si
bien esta última es más cruenta y sobria en la manera en que lo muestra al
público. El peso social de la trama es importante y el racismo, el abuso sexual
o las relaciones familiares más tormentosas son parte esencial de la trama,
reflejadas con total naturalidad. Los propios protagonistas, que no son pareja,
arrastran sus propios demonios interiores: Kenzie sobrevive a la fama de un
padre bombero, considerado un héroe de la ciudad, pero un tirano maltratador en
la intimidad de su familia y Gennaro sufre los abusos físicos de su marido.
Un debut literario muy
interesante que deja con ganas de más. El personaje de Kenzie se hace muy cercano
y a su alrededor pululan una serie de secundarios que le dan un punto de lo más
original, incluido un aliado antisocial y psicópata con un amor desmedido por
las armas y la destrucción. Es realmente difícil empezar por este capítulo y
decidir no continuar con la saga.
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