martes, 22 de noviembre de 2016

Abe Sapien Vol. III: oscuro y terrible & la nueva raza del hombre, de Mignola y los hermanos Fiumara


Abe Sapien nació como personaje en el primer número de Hellboy, en 1994. Ahí Mignola ya le dotaba, en apenas una viñeta, de un misterioso origen que no se revelaría en su totalidad hasta muchos años después. Junto a otros personajes secundarios como Liz Sherman, Abe fue pululando y viviendo aventuras alrededor del personaje principal, hasta que en un momento dado Mignola vislumbró el increíble potencial que tenía la Agencia para la Investigación y la Defensa Paranormal. De esa forma, en enero de 2002 aparecía la colección protagonizada por los demás miembros de la Agencia, entre los que Abe tenía un papel destacado.

Fue en las páginas de esta serie, un spin-off que tras el paso de los años ha demostrado ser tan buena como la colección original de la que salió, donde Abe descubrió su verdadero origen primero y su relación con la plaga de ranas después. También fue allí donde, en un extenso y complejo arco argumental titulado El infierno en la Tierra, Abe sería disparado y herido de gravedad, pasando a estar recluido en cuidados intensivos en un profundo coma.

Abe también ha tenido la oportunidad, siguiendo esa apuesta por el formato en series limitadas que tanto ha explotado Mignola y Dark Horse, de protagonizar su propia colección, ligada de manera tangencial a un universo de ficción tan rico como inagotable. Primero fue con El Ahogado, una de sus primeras misiones en solitario en la Agencia, investigando un caso del que ya se había ocupado previamente Sir Edward Grey. En su segundo volumen, El diablo no bromea y otras historias, tenían cabida una serie de relatos cortos que luego han servido como introducción para nuevos e importantes personajes en el devenir de la saga actual.
 
Viñeta de Sebastián Fiumara

El tomo que nos ocupa recopila los cinco primeros números de la nueva serie regular protagonizada por Abe Sapien y se sitúan cronológicamente cuatro meses tras su accidente. En ese tiempo todo ha cambiado y no necesariamente a mejor. Su aspecto físico ha sufrido una nueva mutación, más extrema, anfibia y menos humana. Al mismo tiempo, el mundo ha sufrido una serie de catástrofes que han acabado con millones de vidas y que tiene a la Agencia al borde de la extinción. Su mejor amiga ha desaparecido, Hellboy está muerto y no son pocos los compañeros que lo miran con recelo, debido a la relación que comparte con los monstruos invasores.

Página de Sebastián

En esa tesitura, Abe decide huir de la Agencia y volver sobre sus pasos en busca de respuestas sobre su verdadera condición, topándose con una serie de supervivientes que le mostrarán de qué manera puede un ser humano cabal enfrentarse a lo que está asolando el mundo. Y no es nada bonito.

Primero con Scott Allie –el editor habitual de la colección- y luego junto a John Arcudi, Mignola va sentando las bases de un nuevo misterio en torno a la naturaleza de un Abe Sapien más humano que nunca bajo una apariencia monstruosa. Resulta sorprendente la cantidad de conceptos que Mignola fue dejando aquí y allá en diferentes sagas del pasado y que ahora parece van encajando cada vez mejor, logrando crear una atmósfera inquietante y perversa en muchos momentos, pero siempre intrigante –la plaga de ranas, la nueva raza del hombre, etc. Los hermanos Fiumara se encargan del dibujo regular de la serie. Abre fuego con la primera saga Sebastián, al que luego seguirá Max. Los argentinos tienen un dibujo detallista, ensalzados por el eterno Dave Stewart, aunque al tiempo ambos consiguen mantener su propio estilo –se puede apreciar, sobre todo, en los rostros-.
 
Página de Max Fiumara

Los guionistas les preparan una buena ensalada de acción y aventura y como viene siendo tónica habitual en los cómics recientes de Mignola, las páginas están repletas de extrañas criaturas, de diseños monstruosos y de una ambientación post apocalíptica muy lograda.

La nueva serie de Abe Sapien es una buena muestra de lo que puede dar de sí la saga que Mignola está contando en prácticamente todas sus colecciones. Y lo mejor es que todavía quedan muchos misterios por revelar –y muchos monstruos por aniquilar-. 

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