Todavía no tengo claro si
haber aumentado el número de capítulos en esta temporada haya sido buena idea o
no. Hay más altibajos que en la serie madre y resulta más difícil conectar con
los personajes, pese a que sería lo más normal, ya que aquí se ha optado por
plasmar cómo una familia normal norteamericana se enfrenta a la pandemia
zombie.
La comparación con The Walking Dead es inevitable. Allí
había expertos en el manejo de armas, como policías y delincuentes, mientras
que aquí a veces las armas brillan por su ausencia. Mientras que Rick y los
suyos pululan por bosques y carreteras abandonadas, la familia liderada por
Madison lo hace por el mar, primero, y por el desierto después, ya que es la
Costa Oeste norteamericana donde se mueven los personajes, siempre rumbo sur,
convirtiéndose la frontera mexicana en uno de los escenarios predilectos por
los guionistas.
Hay algunos recursos heredados
de la serie madre, como la idea de separar a los protagonistas para luego ir
viendo de qué maneras pueden ir encontrándose o esa extraña manía que tienen
muchos grupos de conservar a sus muertos encerrados y aullando en un lugar
cercano. Sin embargo, también hay oportunidades de ver cosas nuevas. Como la
vida en el mar, en un barco de lujo como el Abigail;
o cómo reaccionan ante la epidemia otras culturas diferentes a la
norteamericana, en este caso la mexicana, con una relación mucho más estrecha
con la muerte. También, aunque resulte más difícil, podemos ver la evolución de
personajes que son adolescentes y que son los que más juego dan. La relación
entre Travis y su hijo es de lo mejor de esta temporada, aunque su final no ha
sido de mi gusto. Hubiera preferido seguir viendo un poco más de eso. Algunos
comportamientos y decisiones –como el momento de la borrachera y el piano-,
están cogidos por los pelos.
Va a necesitar más tiempo Fear The Walking Dead para encontrar su
propio camino. Todavía no ha aparecido un lugar físico para que los personajes
se hagan fuertes, parecía que iba a ser el hotel, pero al final no; ni un
antagonista que los aceche y del que tengan que defenderse. De igual manera,
todavía está por aparecer un protagonista carismático que eleve un poco el
nivel.
Aunque hay que reconocerle
todo esa crítica en torno a la inmigración que se puede apreciar entre
bambalinas, muy de moda recientemente con el resultado de las elecciones
norteamericanas.



No hay comentarios:
Publicar un comentario