martes, 24 de enero de 2017

El regreso del Caballero Oscuro: la última cruzada, de Frank Miller, Brian Azzarello & John Romita Jr.

Frank Miller (Batman Año Uno, Give Me Liberty, Big Guy y Rusty el Chico Robot) es uno de los autores que más influencia han tenido en Batman, si no el que más. La industria lleva desde los años ochenta volviendo una y otra vez sobre sus ideas y buena muestra de ello es que tanto en la trilogía de Christopher Nolan como en la reciente Batman Vs Superman tenemos imágenes calcadas de las páginas de cómics como El regreso del Caballero Oscuro.

DC Comics también se ha encontrado en los últimos años en una preocupante crisis creativa y lo que es incluso más importante, en una constante pérdida de cuota de mercado frente a sus principales competidores. Incapaces de revertir esa tendencia de forma natural, la editorial ha recurrido a constantes cambios bruscos en su política de publicación y al rescate de viejos conceptos que siempre han estado entre lo mejor de su producción, como puede ser Watchmen y cómo no, la personal visión de Miller sobre el Caballero Oscuro.

A diferencia de Alan Moore, que no quiere saber nada de las dos grandes, Miller no tiene ese problema, así que nadie se extrañó que volviera a la editorial en calidad de guionista y dibujante ocasional, para realizar dos proyectos de gran calado entre el fandom: una precuela y una secuela ambientada en el universo donde se desarrolla El regreso del Caballero Oscuro.

Sin embargo, el regreso de Miller, al menos en la parte artística, no ha sido todo lo que se esperaba. Las dos historias que ha contado –una de ellas todavía no ha finalizado- no han sido especialmente originales y tengo muchas dudas en torno a su participación en el proyecto, ya que en los últimos años se le ha visto muy desmejorado físicamente, probablemente debido a una enfermedad grave. Por eso se ha visto obligado a contar con Brian Azzarello (Superman Por el mañana, Hellblazer Tiempos difíciles, Cage) en los guiones, otra peso fuerte de la editorial pero al que personalmente no le cojo el punto, sobre todo cuando guioniza a Batman.

Para la realización de La última cruzada se optó por el formato one-shot y se contó con John Romita Jr. para el apartado gráfico. Centrado en Superman desde que llegara a la editorial, ha tenido algunas páginas buenas pero en general su nivel no estaba a la altura de sus mejores obras en Marvel. Al menos hasta ahora. Ya sea porque ha tenido tiempo suficiente para dedicarle al proyecto o porque su acabado se ha visto beneficiado por el entintado y el coloreado de Peter Steigerwald, con un toque gris y borroso bastante acertado con el tono crepuscular de la historia, nos encontramos ante el mejor trabajo de Romita en bastante tiempo, no ya solo en DC. Muchas viñetas por página, detalle, su habitual narrativa, acertada con lo que se quiere contar.

En cuanto a la historia, me ha dejado un regusto amargo. Hay muchos elementos que recuerdan a la obra de Miller, como las cajas de texto que revelan el pensamiento íntimo de Batman o el viejo recurso milleriano de utilizar los medios de comunicación y las pantallas de los informativos para hacer avanzar la trama, ambientada diez años antes de que Bruce Wayne abandonara su retiro al comienzo de El regreso del Caballero Oscuro. Pero son superficiales, no me resultan novedosas a estas alturas. De Miller busco una caracterización original del Hombre Murciélago y no una especie de remake de Una muerte en la familia. También cierta provocación, que apenas vislumbro en ese Joker fumando.

Aun así, hay ideas interesantes en este tebeo, sobre todo aquello relacionado con un Bruce Wayne más consciente que nunca de su propia mortalidad. El retiro está más cerca y por primera vez en muchos años el Caballero Oscuro se siente inseguro de sí mismo y temeroso de lo que pueda encontrar ahí fuera. La subtrama del Joker, prisionero en el sanatorio, también tiene un pase, aunque no resulte muy creíble y los guionistas juegan al despiste con una trama central que se aleja de lo que todo el mundo cree que se va a encontrar en estas páginas. El problema es que en el desenlace parece que se hayan quedado sin espacio; demasiado abrupto. Como si todavía quedara algo pendiente que contar entre esta nueva historia y la mítica saga de la que ha nacido.


La edición de ECC resulta correcta, aprovechando la entidad de la obra para sacarla con tapa dura. Echo de menos cualquier clase de artículo, algo que a estas alturas me parece imprescindible en cualquier tebeo editado en España. 

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