jueves, 16 de febrero de 2017

Hasta el último hombre (Hacksaw Ridge), de Mel Gibson


Que en Hollywood puede ocurrir cualquier cosa está más que probado. Los altibajos son algo normal: un día estás arriba y sin apenas darte cuenta, al siguiente estás abajo. Pero pocos casos me han sorprendido tanto como la caída en desgracia de Mel Gibson, que estuvo siete años sin poder protagonizar ni una sola película. Y estamos hablando de uno de los actores más carismáticos del cine de los ochenta y noventa, que comenzó su exitosa carrera con la fundacional Mad Max: salvajes de autopista. No fue hasta 2010 que volvió a situarse delante de una cámara con la discreta Al límite y desde entonces ha protagonizado una errática carrera, con películas de acción entretenidas, donde puede dar rienda suelta a lo que mejor sabe hacer –Get The Gringo o la reciente Blood Father-; y una serie de cameos en sagas de dudosa calidad, como Machete Kills o Los mercenarios 3. Dejando de lado su colaboración con su buena amiga Jodie Foster en El castor, su mejor trabajo en años, aunque pasara demasiado desapercibida.


Así que no pudo sorprenderme más que alguien pusiera en sus manos un proyecto del tamaño de Hacksaw Ridge, un drama bélico ambientado en la II Guerra Mundial, para que lo liderara en su faceta de director, en lo que sería su quinto trabajo tras las cámaras. Y una vez vista, hay que reconocer que Gibson es un director a tener muy en cuenta, que no ha perdido su toque en estos últimos diez años y aunque tal vez el proyecto carezca de la ambición de sus anteriores trabajos, es cierto que Gibson consigue llevarlo a su terreno, ya que la religión y las convicciones familiares y personales tienen un enorme peso en la trama.


La película se divide en tres partes bien diferenciadas y Andrew Garfield (La red social) brilla en todas ellas en el mejor año de su carrera, tras rodar Silencio a las órdenes de Martin Scorsese. Una primera parte donde se nos presenta al personaje, sus circunstancias y una bonita y tierna historia de incipiente amor, donde Garfield puede hacer uso de esa química que ya ha demostrado con otras actrices como Emma Stone en The Amazing Spider-Man 1 y 2 o Keira Knightley en Nunca me abandones. En este caso, la australiana Teresa Palmer. En esta introducción hay que destacar al actor Hugo Weaving (El Atlas de las Nubes, Capitán América), dando vida al padre de familia, un veterano algo trastornado de la Gran Guerra.

Luego la película transita por terrenos conocidos, recordando a clásicos como La Chaqueta Metálica o Salvar al soldado Ryan. La necesaria instrucción militar y finalmente la parte genuinamente bélica, que tiene lugar en el risco que da nombre a la película –la traducción española del título original no merece más comentarios- situado en la isla de Okinawa y donde el soldado Doss llevó a cabo una de esas gestas heroicas que tanto gustan a los americanos y que no dejan de sorprender al resto –el guión, por supuesto, está basado en hechos reales-. Los actores Vince Vaughn (True Detective, Qué dilema) y Sam Worthington  (Avatar, Furia de titanes, Terminator Salvation) interpretan a altos mandos del ejército de los Estados Unidos desplegado en el Pacífico.


Mel Gibson ha conseguido reafirmarse una vez más como director. En un abultado metraje de casi dos horas y media no hay ni un momento de respiro y todo lo que cuenta lo hace de manera más que interesante. Además aprecio mucho que en escenas bélicas el público sea capaz de enterarse de las diferentes estrategias o de la posición de los ejércitos en el terreno. De un presupuesto de 40 millones de dólares ha sacado petróleo: la taquilla y la crítica se han portado muy bien y ha colado a Hacksaw Ridge en las quinielas de los Globos de Oro y de los Oscars. Ojalá esto le sirva para relanzar su carrera, porque creo que todavía tiene mucho que ofrecer.


2 comentarios:

  1. Impresiona descubrir que sobre la tierra hay algunos nombres buenos ante tanto depredador; esto es lo sorprendente, que impresione descubrir a uno como Desmond Doss. Ojalá el mundo recupere los principios y haya más como él, sería una esperanza.Es una gran película histórica. Enhorabuena a Gibson y su equipo.

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