La publicación de Las colinas negras en 1961 supone el
álbum número veinte en la larga carrera del cowboy
solitario. Se publicó a continuación del mítico Billy el niño, en un momento en el que Goscinny ya había contagiado
a su dibujante de todo su ímpetu y entusiasmo, de modo que el personaje
aparecía en varias aventuras al mes, lo que sin duda repercutió en el
incremento de su popularidad. El ritmo de producción se mantuvo durante un
tiempo e incluso fueron tres y cuatro los álbumes que se publicaron algún año
en la década de los sesenta.
En lo que a la historia
central de este tebeo se trata, el gobierno de los Estados Unidos pretende
explorar las tierras de Wyoming, más allá de las colinas negras que actúan de
frontera natural y que dividen el territorio civilizado de Dakota de las
tierras salvajes donde habitan los indios cheyenes.
Para el ello el gobierno confía a Lucky Luke, que a estas alturas es un
personaje célebre dentro y fuera de las páginas de su tebeo, la guía y
protección de cuatro científicos que deberán juzgar la idoneidad o no de las
nuevas tierras para su colonización por parte del hombre blanco.
![]() |
| Primera página del tebeo: el Senado nortemaericano |
La historia es una sucesión de
peripecias que recuerda en muchos momentos a clásicos como La vuelta al mundo en ochenta días o los dibujos animados del
Coyote y el Correcaminos, ya que Lucky Luke y sus compañeros se ven amenazados
en todo momento por un advenedizo que ha sido contratado con la misión de hacerles
fracasar en su empeño. Brillantes soluciones como la del coche fúnebre
comparten página con delirantes situaciones, como un duelo de florete en pleno
Salvaje Oeste, en la ciudad de Omaha. Aunque lo mejor es sin duda la
caracterización de los cuatro sabios, que recuerdan por fuerza a la de los
Dalton: visten parecido y sus alturas son consecutivas, pero en este caso cada
uno es un experto en una rama de la ciencia diferente y en ningún momento de la
aventura parecen enterarse de nada de lo que ocurre a su alrededor que no esté
relacionado con el estudio del terreno, la geología, la biología o la
antropología.
En la resolución del tebeo
Goscinny plantea un giro de tuerca interesante, sobre todo si lo comparamos con
la historia real y la matanza de los nativos que tuvo lugar. El guionista opta
por un happy ending más acorde con la
trama que está contando, pero no deja de lado la crítica velada. En los inicios
también hay una serie de gags de tema político, lo que no es muy habitual en la
serie.
![]() |
| Detalle de una de las viñetas más especiales |
También es una oportunidad de
oro para apreciar el enorme arte de Morris a los lápices y al color, sobre todo
en una secuencia que tiene lugar en plena noche y donde el protagonista debe
rescatar de los indios a los incautos e inocentes científicos. Pero también en
la oportunidad que se le brinda a la hora de mostrar la civilización en sus
diferentes estadios: primero en la moderna Washington, luego en las diferentes
paradas de la expedición, en unos pocos enclaves norteamericanos y finalmente,
sin dejar de lado las ciudades sin ley de la frontera, las amplias tierras del
centro de Norteamérica. De igual manera, cuando Luke entra en acción es toda
una delicia, ya sea a galope tendido, a puñetazos o haciendo honor a su leyenda
de más rápido que su sombra –atentos
a la botella que queda en suspenso mientras el héroe dispara y desarma a su
oponente-.



Le faltan 8 páginas; de la 25 a la 32 inclusive
ResponderEliminar