Portada de Chip Zdarsky para el tomo recopilatorio |
Peter Parker apareció por primera vez en el Amazing Fantasy #15 USA, un cómic que se publicó en el verano de 1962. Sus autores, Stan Lee y Steve Ditko, se jugaron el todo por el todo en el que iba a ser el último número de una colección ya condenada a la cancelación, creando a uno de los personajes más importantes de la ficción norteamericana actual y uno de los más populares en todo el mundo, sobre todo entre los más jóvenes.
Spiderman, el alter ego de Peter Parker, lleva vividas por lo tanto décadas de aventuras donde ha gozado de algunas de las mejores etapas de la historia del cómic de superhéroes. A lo largo de los años se han sucedido diferentes encarnaciones, rediseños, relanzamientos y remakes y en definitiva, son una ingente cantidad de cómics en los que ha aparecido.
El Spiderman de Mark Bagley en 1966 |
Toda una vida juega con buena parte de todas esas aventuras, pero lo hace de un modo tan sorprendente que es de justicia afirmar que nos encontramos ante una de las obras más importantes protagonizadas por el trepamuros de los últimos años. Se trata de una miniserie de seis entregas publicada a lo largo de 2019 con motivo de las celebraciones que en la editorial tuvieron cabida por su ochenta aniversario, realizada en su totalidad por un equipo creativo de lo más interesante: un artista joven que ha destacado tanto en sus facetas de guionista como dibujante, aunque es cierto que en Marvel se está haciendo un nombre gracias a su escritura con una serie regular puntera en la actualidad y, en el momento en el que se dedicó a Toda una vida, con una toma de contacto previa con el trepamuros también a tener en cuenta, ya que guionizó una serie paralela de título mítico como The Spectacular Spider-Man gracias a la cual ganó un Premio Eisner.
Mark Bagley es uno de esos dibujantes veteranos que no necesitan presentación, ya que a estas alturas de su carrera ha dibujado a buena parte de los personajes tanto de Marvel como de DC, si bien la mayoría de su producción ha tenido lugar en La Casa de las Ideas y sobre todo en Spiderman: no solo llegó a ser dibujante titular de Amazing durante una larga etapa en la década de los noventa, sino que junto a Brian Michael Bendis batió el viejo récord de Stan Lee y Jack Kirby de números seguidos en la misma colección, de nuevo con Spiderman, aunque esta vez en su exitosa versión Ultimate.
Bagley tiene la oportunidad de diseñar nuevos trajes para Spiderman |
De modo que al frente del proyecto teníamos una hábil mezcla de talento nuevo y antiguo, apoyado en todo momento por las tintas de John Dell y Andrew Hennessy, que se alternan los números y de Frank D’Armata en el color.
El estilo de Bagley está fuera de toda duda, pero es cierto que si bien es un seguro en el tablero de dibujo, dada su capacidad para completar un tebeo de 24 páginas cada mes, nunca ha sido considerado como uno de los grandes dibujantes de la editorial. Es por ello que pese a su dedicación nunca ha dibujado un gran evento, aunque ha colaborado con grandes guionistas en proyectos y colecciones punteras. Siempre se le ha achacado poca definición en los rostros de sus figuras o en la repetición de alguna que otra pose, pero en general es un artista del que disfruto mucho y que, cuando dibuja a Peter Parker y su entorno, siempre cumple con nota. Además es necesario volver a reseñar que el hecho de ser considerado un nombre importante en la trayectoria gráfica del personaje lo hace ideal para este proyecto, algo que está al alcance de muy pocos –por ejemplo, John Romita Jr.-.
La década de los ochenta es la del traje negro |
La novedad principal de Toda una vida es plantear qué hubiera ocurrido si Peter Parker y el resto de personajes que pueblan su universo envejecieran al mismo ritmo que sus lectores. Punto ya de por sí relevante si se conoce algo del Universo Marvel, un lugar donde los héroes no envejecen llegados a determinada edad ya que no tendría ningún sentido dejar de explotarlos de cara a la ingente cantidad de dinero que producen, sobre todo en el merchandising –y potenciado mucho más desde su exitoso paso al cine-. Se trata de un tema espinoso que ha traído cola en no pocas ocasiones y que nunca logrará poner de acuerdo a aficionados y profesionales del gremio, ya que el empeño de las editoriales por mantener a sus personajes congelados en su mejor momento ha traído en varias ocasiones consecuencias desastrosas para las propias historias que protagonizan. Y Spiderman no es una excepción.
Toda una vida se sitúa, por lo tanto, en el terreno del What if…?, un tipo de historia alternativa situada fuera de la continuidad oficial del Universo Marvel tradicional y que vivió su auge dentro de la editorial a finales de la década de los setenta, cuando una serie regular de carácter antológico exploraba los momentos más importantes de la historia de Marvel pero desarrollándolos en direcciones diferentes a las que habíamos visto –este mismo año se ha estrenado una serie de animación en Disney+ centrada en este tipo de historias alternativas, pero centrándose en lo que ya hemos visto en la gran pantalla-.
Los grandes enemigos del trepamuros también están presentes |
Tanto Marvel como DC han sacado mucho partido a este tipo de historias, si bien es cierto que la Distinguida Competencia, con su sello Elseworlds, ha llevado la voz cantante durante los últimos años apostando por obras autocontenidas, en detrimento de series regulares. Esto está empezando a cambiar con la implicación de Chip Zdarsky, que tras el buen recibimiento de Toda una vida ha comenzado a trabajar en otros proyectos fuera de la continuidad oficial, a los que seguramente seguirán muchos más en manos de otros autores.
Cada uno de los episodios de Toda una vida está ambientado en una década diferente. Zdarsky ha demostrado un extraordinario conocimiento de todo lo que le ha ocurrido a Spiderman, ya que ha tenido que seleccionar los momentos más importantes de su historia personal para fusionarlos con aquellos que destacan dentro del propio Universo Marvel, así como con los que pertenecen a la historia real de los Estados Unidos. Por citar algunos ejemplos, el desenmascaramiento de Spiderman por parte del Duende Verde tiene lugar en pleno auge de la guerra de Vietnam mientras que las Secret Wars que propiciaron la llegada del traje negro a la vida de Peter Parker coinciden con otro momento importantísimo en su vida personal.
No merece la pena ahondar mucho en este tipo de coincidencias orquestadas por Zdarsky, ya que iría en contra de la sorpresa que va a sentir el lector veterano al irlas identificando poco a poco. Baste decir que algunas llaman la atención por lo bien hiladas que están, mientras que en otras podemos notar cómo el guionista quiere llevar las tramas un paso más allá. Otro rasgo característico de la vieja colección What if…? que aquí ha sobrevivido es que solía esconder en su interior un tono mucho más oscuro y trágico del que podíamos encontrarnos en las series regulares y eso es algo a lo que Zdarsky no ha querido renunciar.
Tampoco podía faltar Miles Morales |
Toda una vida es una gran obra homenaje a la historia de Spiderman, pero sobre todo a la de Peter Parker y cuya única pega es que hay que tener cierto bagaje histórico con el personaje para disfrutarla del todo. El dibujo de Mark Bagley resulta familiar y adecuado a lo que se está contando y también sorprende el hecho de que se cuente tanto en tan solo seis episodios, algo de por sí ya bastante raro en el panorama del cómic actual norteamericano. Eso le otorga a la miniserie un ritmo frenético, con un buen montón de giros en cada número que asimilar.
Zdarsky también pone su granito de arena en la parte gráfica a la hora de ilustrar las portadas en un estilo minimalista, donde el color juega un papel fundamental, jugando con la década histórica en la que se ambienta cada episodio –también se encargó de diseñar la página de créditos-.
Lo ya comentado más arriba: una de las obras más notables de los últimos años protagonizada por el héroe más popular de Marvel Comics en donde se nota la implicación del equipo creativo, que han puesto todo su buen hacer, cariño, respeto y emoción por el personaje.
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