miércoles, 4 de noviembre de 2009

Una gran aventura: El último mohicano, de Michael Mann


En 1992 el director de Chicago comenzó una andadura con esta película de aventuras que lo ha llevado hoy en día a ser uno de los realizadores más respetados de la industria. Contando con el protagonismo de Daniel Day-Lewis –tras realizar una portentosa interpretación en Mi pie izquierdo- y con Madeleine Stowe como su contrapartida femenina, Mann filmó una intensa película que combinaba muy bien la aventura, el romanticismo y un realismo en las escenas de lucha que llamó la atención del gran público.

Para continuar, click.

Mann comienza su viaje con una secuencia mítica hoy en día donde tres hombres andan corriendo entre la espesura de poblados bosques. Son lo últimos descendientes de una tribu india, los mohicanos: Chingachgook, Uncas y Nathaniel, un hombre blanco adoptado por el primero de ellos y educado como mohicano bajo el nombre de Ojo de Halcón. La pieza musical que acompaña a los tres cazadores les reportó a sus compositores Trevor Jones y Randy Edelman el oscar a la Mejor Banda Sonora en la ceremonia de ese mismo año.

Mann cambia entonces de personajes y nos introduce a las hijas del Coronel Munro, que las aguarda en el fuerte Edward mientras resiste el asedio de los franceses. Protegidas por el Mayor Duncan y guiadas por un nativo, Magua –interpretado por Wes Studi, visto últimamente en Kings-, partirán para reunirse con su padre. Pero lo que no esperan es que son guiadas a una emboscada, ya que Magua es un espía al servicio de los franceses, jefe de los hurones y que hace años juró vengarse de Munro por la esclavitud a la que fue sometido. La casualidad hace que Ojo de Halcón y su familia adoptiva anden cerca en esos momentos y salven las vidas del mayor y de las dos mujeres, permitiéndoles a todos ellos llegar al fuerte de una pieza, aunque este se encuentra en medio de una feroz carnicería y las posibilidades de victoria son escasas.

Ayudado por Christopher Crowe al guión, Mann empieza a alejarse del argumento original que Fenimore Cooper ideó en su novela de mismo nombre y toma muchos elementos de una versión anterior filmada en 1936 y de la que el director guardaba un gran recuerdo. Así, algunos momentos del libro están cambiados de posición en la película y el ritmo es claramente más rápido, suprimiéndose muchos de los interminables discursos de Nathaniel. Los principales cambios vienen a partir de un hecho mucho más real de lo descrito en la novela, influenciada por un tono romántico –pero no el que usamos para contar una historia de amor y pasión entre dos personas, sino la forma de acercarse a hechos históricos a través de personajes quizás demasiado perfectos- que narra la tesitura en la que se ven los nativos recluidos en el fuerte cuando saben de las terribles noticias que traen los recién llegados: sus casas y familias de la frontera están siendo atacadas. Ante la negativa del Coronel Munro de dejarles partir como les había prometido al alistarse, muchos de ellos optarán por la deserción, ayudados por Nathaniel, que prefiere quedarse por motivos personales: lleva falda y trabaja en la enfermería. Otro acierto a favor de la versión fílmica es la historia de amor y pasión entre Nathaniel y Cora Munro, que forman un triángulo peligroso con el Mayor Duncan, que lleva muchos años pretendiendo a la hija mayor del coronel.

En la versión original esta historia de amor no existía, tan sólo algunos retazos del amor –casto y puro- entre el propio mayor y Alice Munro –interpretada por una joven Jodhi May, vista por última vez en Resistencia-. Sin duda es el Mayor el peor tratado por Mann, ya que si en el libro era algo inexperto, pero valeroso y honrado; en la película resulta algo mezquino debido a los celos que siente por el amor no correspondido y por su falta de honor a la hora de situar los intereses de Inglaterra por encima de sus aliados, aunque tenga que recurrir a la mentira y la traición para ello.

La rendición y la posterior masacre de los ingleses a manos de los indios hurones –aliados de los franceses- está filmada por Mann de forma asombrosa, con grandes planos que muestran el caos y la violencia descarnada que se produce en este tipo de escaramuzas. El director juega muy bien sus cartas y aunque parece que en un principio logran escapar en una huida en canoa, pronto los mohicanos y las hijas del coronel acabarán sitiados en una cueva a los pies de una catarata. Mann recupera una secuencia narrada en la novela en realidad mucho antes de que lleguen al fuerte por primera vez y la usa para hacer hincapié en la fidelidad de Ojo de Halcón hacia Cora, a la que implora que se mantenga con vida, ya que él puede escapar ahora y encontrarla después pase lo que pase.

El final y desenlace de la película traerá el rescate de una de las hermanas –justo la contraria de la que sale viva en el libro- y concede al Mayor un final algo más noble, ya que decide sacrificarse él mismo para salvar a Cora y a su amado. El ajuste de cuentas final entre Magua y los mohicanos se salda con la muerte del primero y de Uncas, quedando para el recuerdo esa ceremonia fúnebre en lo alto de las montañas rocosas donde su padre clama al cielo por el ser el último de su especie: el último mohicano.

Aventuras, amor, acción, una música trepidante que ha trascendido sin duda las fronteras de la películas, buenas interpretaciones y una forma de rodar realista y arriesgada que llevó a Mann a ir superándose poco a poco y llegar a filmar obras maestras posteriores como Heat o El dilema, auténticas cumbres en su filmografía. Pero su puede decir que su escalada a los olimpos empezó aquí, con esta película.


Resumen de la película con su increíble Banda Sonora de fondo



Otras películas de Michael Mann en este blog:
Enemigos públicos

No hay comentarios:

Publicar un comentario