Buena película de acción y tensión la que nos entrega la directora californiana y que se ha visto recompensada con el entusiasmo del público y con abundantes nominaciones y premios, pese a que su éxito se comentó en el circuito europeo para luego volver a Estados Unidos.
En el marco de la guerra de Irak se nos narra el día a día de una compañía formada por tres soldados que se encargan de desactivar manualmente todos los artefactos explosivos que van apareciendo. Jeremy Renner da vida a James, el nuevo sargento encargado del manejo de las bombas que llega a la compañía tras la muerte de su anterior experto, interpretado brevemente por Guy Pearce. Su carácter y su forma de lidiar con su profesión no pueden clasificarse de otra forma que de imprudente, lo que ocasionará algunos roces con sus dos subordinados, el sargento Sanborn y el especialista Eldridge, asignados para ayudarle y protegerle en todo lo posible. El ser temerario y adicto a la adrenalina no parece la mejor combinación para manejar explosivos de alto poder destructivo, pero el sargento James pronto demostrará sus grandes habilidades en el terreno.
Buenas secuencias de acción en la que los soldados americanos se encuentran casi siempre en situaciones límite y cómo estas les afectan cuando están de permiso o descansando en el cuartel. De esta forma mezcla la directora el drama más íntimo con escenas más espectaculares, quedando un resultado final muy acertado y entretenido en donde se nos muestra a un grupo de seres humanos luchando en un terreno hostil donde el peligro puede venir de cualquier parte y cómo todo esto los forma.
Podemos encontrar algunas caras conocidas en papeles secundarios, como la de Evangeline Lilly (Kate en Perdidos); David Morse o Ralph Finnes (Harry Potter).
Ha obtenido el Premio de la Crítica Norteamericana en las categorías de Mejor Película y Mejor Director. Es sin duda el sleeper de la temporada.
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