
Este en el tercer trabajo de esta pareja de hermanos de origen alemán, cuyo guión también es responsabilidad suya. Nos trasladan al año 2019, un futuro donde la humanidad ya no es la especie dominante del planeta, sino los vampiros, que han montado una sociedad a su alrededor, igual a la nuestra, pero reorientando los avances tecnológicos por un lado a guarecerse del sol y por otro a proporcionarles el sustento necesario para sobrevivir: sangre humana, por supuesto. Los humanos son cazados para ser llevados a campos donde son literalmente secados para así poder servir a la población de alimento. Sin embargo, la situación ha llegado a un punto límite: la población humana ha disminuido tanto que se ha situado al borde de la extinción; ya no es tan fácil encontrarlos y las reservas se van acabando a un ritmo alarmante. Aquellos vampiros que pasan un tiempo sin alimentarse de sangre humana acaban convirtiéndose en unos seres monstruosos hambrientos y peligrosísimos.

Edward (Ethan Hawke) es un hematólogo que trata de encontrar un suplemento que permita a los vampiros sobrevivir sin tener que perseguir a los humanos. Así podría ayudar a la supervivencia de ambas razas. Trabaja para una de las compañías más importantes de distribución de sangre en Londres, bajo las órdenes de Charles Bromley (Sam Neill). En un inesperado accidente de tráfico, entabla relación con una mujer humana (Audrey) que le pondrá en contacto con un humano (Willem Dafoe) que ha experimentado un drástico cambio: antes era un vampiro.
La película les ha salido entretenida, ya que plantea una situación nunca vista antes en un género tan manido como es el de las películas de vampiros: una sociedad gobernada por las criaturas de la noche, donde los seres humanos están en minoría y a punto de ser exterminados. Aunque apenas hay diferencias con el estilo de vida occidental actual y el mostrado en la película –más allá de las adaptaciones técnicas para evitar el sol, que aprovechan los hermanos para darle un toque oscuro a la mayoría de las escenas- ya que tienen los mismos problemas, en una situación al borde del colapso. Por ahí me ha gustado. Al final no pueden resistirse a algunas escenas de acción sin sentido, aunque también dan con una manera muy original de solucionar el problema. Si bien es cuando llega justo el final de la historia, que sin duda acaba demasiado abruptamente, de forma que todo el mundo se quede con un ¿y ahora qué?
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