viernes, 12 de febrero de 2010

La habitación cerrada, de Paul Auster


En 1986 finaliza Auster su Trilogía de Nueva York con la segunda y tercera parte –Ghosts y The Locked Room-. En esta última se desmarca un poco el género detectivesco con que venía reconstruyendo en las anteriores entregas. Es verdad que aparece un detective privado, pero tiene muy poco peso en la trama. Es en el estilo donde podemos encontrar puntos comunes que ligan La habitación cerrada con el resto de la Trilogía: un misterio que llega a obsesionar a un hombre hasta ese momento normal por diferentes casualidades. Narrado en primera persona por un escritor algo frustrado –siempre hay alguien que escribe en las novelas de Auster- que para colmo se menciona brevemente que algunas de sus obras anteriores son Ciudad de cristal y Fantasmas, recibe una misiva donde es citado con una mujer, Sophie –el nombre real de su hija, un aspecto más de lo importantes que son los nombres propios en su obra- casada con un antiguo amigo de la infancia que ha desaparecido hace tanto tiempo que se le da por muerto.

Fanshawe y el narrador eran amigos inseparables ya que se criaron juntos. Y pese a que la personalidad especial de su compañero siempre lo eclipsó, nunca tuvo celos, todo lo contrario, se llevaron bastante bien. Con el paso del tiempo se separaron y ahora acaba de enterarse de su presunta muerte. Pero en sus últimos deseos, Fanshawe le otorgó el control total sobre su obra escrita, que nunca había sido publicada. Nuestro protagonista decide publicar la obra de su amigo, convirtiéndose esta en todo un éxito de ventas y crítica. Además se enamorará perdidamente de Sophie, con la que acabará casándose. Pero sobre ellos siempre planeará la sombra de Fanshawe y la duda de su último destino, dudas que consumirán al protagonista hasta que se vea obligado a comenzar la búsqueda del amigo perdido por su propio riesgo y cuenta.

En conjunto me ha gustado más que Fantasmas, pero no creo que llegue al nivel de Ciudad de cristal, lo mejor que he leído del autor. Tiene un buen ritmo y la trama me ha parecido muy original. Se lee rápido debido a su corta extensión y se hace muy amena. Un digno colofón a una aventura literaria muy interesante, que empezó como un repaso al tan manido género negro y que ha terminado tras refrescantes horas de lectura. No puedo dejar de recomendar la Trilogía en su totalidad, sobre todo con esos preciosos volúmenes que la recogen íntegra. Toda una oportunidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario