martes, 30 de marzo de 2010

Los X-Men de Mike Carey: legado

Mike Carey es otro escritor inglés con varias novelas y guiones de cine a sus espaldas que dedica gran parte de su tiempo a guionizar cómics en el mercado norteamericano, donde comenzó a destacar en la serie Lucifer y en una etapa de Hellblazer, todas para el sello Vertigo de la editorial DC, con la que ha seguido trabajando regularmente. En Marvel también se ha encargado de algunas etapas en diferentes series, algunas de ellas enmarcadas en la línea Ultimate o en Secret Invasion. A partir del año 2006 desembarcó como guionista regular en la serie X-Men y ahí sigue hasta hoy. Apenas veinte números tras su llegada, el primer crossover en la Familia Mutante desde hacia varios años prometía una reestructuración de la franquicia y un nuevo comienzo para contar posibles historias, oportunidad que aprovechó Carey para cambiarle el título a la serie (X-Men Legacy) y contar sus propias ideas, un poco apartado del universo que quedaba a su alrededor y centradas en uno de los personajes que a lo largo de los años se ha comprobado más difícil de escribir: el profesor Charles Xavier.
 

A un clic, la continuación.


A partir del número #208 USA Carey se centra en un Xavier que se encuentra en un coma profundo tras recibir un disparo en la cabeza de uno de sus antiguos protegidos. La tónica general va a ser una idea original: al tiempo que el profesor Xavier hace un viaje personal tanto por el mundo real como por sus recuerdos, ambas realidades diferentes serán plasmadas por dos dibujantes distintos en cada número. Siendo Scot Eaton el dibujante oficial de la serie, es el encargado de narrar cómo el cuerpo de Xavier se encuentra en poder de los antiguos Acólitos de Magneto –que cuentan con la ayuda forzada de este último- y que para salvarlo tendrán que erradicar la mayoría de sus recuerdos pasados. El gran John Romita Jr. (Los Eternos) se encarga de plasmar el viaje mental inicial en el que se encuentra la fracturada psique del profesor. Por sorpresa, en el segundo número ya tenemos a un Xavier redivivo y listo para enfrentarse a los mutantes que lo tienen capturado. Billy Tan echa una mano para seguir diferenciando los recuerdos más importantes de lo que está ocurriendo en realidad. Greg Land se encarga de ayudar en el tercer episodio donde ya queda clara la intención del guionista de Liverpool: Xavier se arrepiente de los muchos errores cometidos en su vida –algunos de ellos involuntarios, pero otros muchos no- y en un intento de redención a la vez que de curación –ha perdido la inmensa mayoría de sus memorias- decide partir en una búsqueda personal que le permita conseguir algo de consuelo. Brandon Peterson y Mike Deodato Jr. sumarán sus páginas para finalizar el primer arco argumental de la serie que recuperará las antiguas manipulaciones de Siniestro y cómo estas afectaron a Xavier y a sus padres. Sebastián Show y Gambito también andarán por aquí. Otra de las características de la etapa de Carey aflora aquí: la reestructuración de hechos pasados, lo llamado retrocontinuidad. Bien usada puede dar lugar a grandes historias, pero en malas manos puede destrozar grandes sagas del pasado que no necesitaban de ningún tipo de revisión -¿Vengadores Illuminati?, ¿Los hijos de Gwen? Ejemplos de su mal uso hay a puñados-. Por cierto, las portadas de estos cinco números corresponden a David Finch, que realiza una gran imagen desplegable sumando las cinco ilustraciones individuales, que plasman a su vez las diferentes alineaciones de la Patrulla y a los villanos a los que se ha enfrentado.

La segunda saga de la serie (Pecados del padre #213-214 USA) revela las maquinaciones pasadas de Siniestro y su nuevo plan para resucitar y dominar a los mutantes. Un díptico con portadas de Alan Davis que cuenta con interiores de Eaton y Ken Lashley.

Los dos números siguientes se centran en el tan ansiado reencuentro entre Cíclope y Xavier. Con todas las explicaciones que le debe el segundo al primero y la relación de Scott con Emma, el enfrentamiento está garantizado. Eaton se encarga del primer número, pero en el segundo necesita por primera vez de un descanso y el responsable es Phil Briones, de estilo parecido a su predecesor pero para mi gusto de calidad inferior. Destacar también la aparición de Pícara que poco a poco irá ganando en protagonismo.

Carey lleva ya unos cuantos números narrando la epopeya vital del profesor. Ha cambiado ciertos hechos conocidos de su pasado, ha revelado otros que permanecían ocultos y le ha enfrentado a muchos de los errores cometidos, muchos de ellos por su propia soberbia. También ha conseguido que madure su relación con muchos de sus allegados –sus antiguos alumnos, sus enemigos, sus amores- y ha ido probando poco a poco sus nuevos poderes y capacidades –en realidad su poder mutante mental no ha cambiado, pero todo forma parte de un proceso más profundo de autodescubrimiento-. Debido a lo poderoso que siempre ha sido Charles Xavier, Lee y Kirby prácticamente acabaron de usarlo como solución final en su etapa –reseñada aquí mismo-. Es muy difícil plantear un desafío lo suficientemente importante para la Patrulla cuando su mentor es capaz de llegar siempre al final y acabar con el problema él solito. Desde entonces el profesor ha muerto montones de veces, ha desaparecido otras cuantas y ha sido hasta exiliado de la Tierra –Claremont se dio cuenta de esto muy pronto he hizo todo lo posible para quitárselo de en medio-. Es decir, es un personaje muy difícil de guionizar, como tantos otros personajes superpoderosos –Superman el primero, Thor, Estela Plateada y muchos más-. Por eso estos primeros números de Carey están bastante bien; son entretenidos y cuentan con grandes dibujantes que son usados de una forma muy acertada y que se aprovecha su trabajo para plasmar todos esos recuerdos pasados de Xavier que tanto persigue –un recurso narrativo muy interesante y muy usado y trillado hasta la fecha- pero que aquí funciona muy bien. Por eso ha llegado el momento de otra gran saga, grande por dos razones: la primera de ellas porque tendrá como coprotagonista a Lobezno, el mutante más popular de la historia y porque se tratará de un crossover con otra serie mutante: Wolverine Origins.

Una saga de seis partes que abarca los números Wolverine Origins #28-30 y X-Men Legacy #216-218, guionizados por Mike Carey y Daniel Way y dibujado a cuatro manos por Eaton y Deodato Jr. –que también se encarga de todas las portadas-. Nos trasladamos a los mismos inicios del canadiense en su primer enfrentamiento con Hulk y en su posterior reclutamiento por el profesor Xavier. Una revelación inesperada traerá nueva luz sobre esos acontecimientos y dará una vuelta de tuerca completa a la relación entre ambos amigos y todos esos recuerdos perdidos en la cabeza del mutante de las garras. En el tiempo presente, Lobezno tiene que lidiar con la aparición de su hijo Deken y el interés que en él tiene el Club Fuego Infernal. Logan recurrirá a Xavier para intentar evitarle a su sanguinario hijo toda la manipulación a la que él se vio sometido.

Lo mejor de la colección ya ha pasado, pero todavía le quedan a Carey algunos nudos que atar. Phil Briones vuelve para un número autoconclusivo centrado en la relación entre Xavier y su hermanastro, el Jeggernaut. Otra muestra más de lo que puede hacer el poder desatado de Xavier. La última saga en cinco partes de Carey centrada en el profesor se titula Salvaje y mezcla de forma curiosa varios elementos: por un lado Pícara pasa a tener un papel protagonista mientras el profesor la busca para enmendar aquello que no pudo resolver en el pasado: el tema de sus poderes incontrolados. Para ello contará con la ayuda de Gambito. Y si a eso le sumamos un crucero espacial Shiar y la presencia de Peligro –sí, la creada por Josh Whedon- el profesor Xavier tiene mucho que explicar y que solucionar. Eaton se despide con esta saga de la colección.

X-Men Legacy #225 USA es el último número de esta etapa. Dibujado por Briones, Carey lleva al profesor al lugar donde todo comenzó, la fortaleza de los Acólitos, para cerrar el círculo e intentar cambiar la perspectiva sobre todas las guerras entre mutantes que han tenido lugar. Aunque la colección ha continuado hasta hoy mismo sin cambio de título alguno, es verdad que la filosofía de la misma ya no es la misma. Los siguientes números ya están ambientados en la situación actual de la Patrulla y más integrados en el equipo, siguiendo a Pícara, Gambito y Peligro de vuelta a San Francisco.

Esta corta etapa dentro de la colección de los X-Men centrada en el profesor Xavier atrajo mi atención en un principio por la forma de contar nuevas historias pero acercándose a las más clásicas, las cuales son conocidas por los aficionados de toda la vida. La fórmula me gustó al principio y creo que mantuvo un nivel muy bueno hasta que se juntó con Lobezno, en una aventura algo alargada. Lo último tiene su interés por cómo deja a Pícara y Peligro en una nueva situación y se explican ciertas situaciones del pasado que estaban algo en suspenso. La fórmula de usar un artista invitado para ayudar en cada número al dibujante regular de la serie me pareció acertada y el hecho de que se tratara de grandes dibujantes plasmando los momentos más importantes de la historia mutante le añadía muchos enteros. Pero a partir del cruce con Lobezno se dejó de usar, algo que también ayudó a que bajara en intensidad e interés.

Aún así, en su resultado final tenemos una serie de cómics bastante entretenidos, bien dibujados –pero no espectacularmente- que no sólo ofrecen un repaso al pasado, sino que lo usan para profundizar en él y dar nueva dimensión tanto a su personaje central como a los que le rodean. Durante sus comienzos me pareció lo mejor que se publicaba de los mutantes en ese momento, pero con el paso del tiempo parece que hasta el propio guionista se ha ido aburriendo. Queda como una forma diferente de narrar a los mutantes que no ha trascendido. Un experimento curioso que, al menos en sus comienzos, estuvo bastante bien.

2 comentarios:

  1. Compañero, he estado leyendo sus reseñas de las etapas de X-men y me ha encantado su trabajo, siga fiel ha sus opiniones y regalenos mas de sus impresiones.

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  2. Muchas gracias por los ánimos.

    La verdad es que por ahora los tengo aparcados, pero en unos meses o así los retomaré.

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