lunes, 31 de mayo de 2010

House. Sexta Temporada

Resulta sorprendente que una serie en un principio estática y que repite el mismo esquema cada capítulo desde sus comienzos y que además cuenta con un único protagonista que absorbe todo lo que ocurre a su alrededor; no sólo haya aguantado más de seis años en antena y pretenda continuar algunos más –pese al cada vez más elevado caché monetario de Hugh Laurie- sino que es capaz, cada ciertos capítulos, de renovarse de una forma sorprendente volcándose precisamente en diferenciar esos episodios del resto de dos formas muy claras: la primera es rompiendo el esquema repetitivo y apostando por una forma de narrar diferente y arriesgada; y la segunda centrándose en la personalidad de House y en la evolución de su personaje.

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En la Sexta y última temporada hasta el momento, ya desde el primer capítulo doble se apostó por una ruptura total. La Season Finale de la anterior nos trajo momentos de alta tensión que comenzó con un apasionado revolcón entre House y Cuddy –aquí tenemos un clip sacado del YouTube- y que acabó siendo todo un engaño ocurrido en la mente del doctor, cuando la sobredosis de Vicodina que llevaba en el cuerpo rozó límites peligrosos que afectaron a su propia psique. House acababa ingresando voluntariamente en un psiquiátrico y renunciando a su licencia médica.

Un doble capítulo inicial que es casi una película en sí misma, tal es la calidad que atesora, nos sitúa ante un House nuevo, que se ha sometido a desintoxicación y ha tomado de mala gana una terapia psiquiátrica –además de tener una relación pasional con Franka Potente que, en realidad, le cambia la vida-. La vuelta a su vida normal es imposible, por lo que necesitará de la ayuda de sus amigos, es decir, de Wilson. Antes de volver al hospital como médico y recuperar a su equipo –que también sufrirá grandes cambios: Cameron dejará de forma definitiva tanto a Chase como al hospital, quedando el equipo formado por el propio Chase, Taub, 13 y Foreman, sin duda el personaje menos interesante de todo el elenco- House acabará mudándose a casa de Wilson primero y luego a un nuevo apartamento para dos.

Otra novedad en esta temporada han sido los episodios temáticos dedicados por primera vez a un protagonista diferente a House: Wilson y Cuddy, con el que se forma el triángulo esencial de la serie. La relación entre los tres sufrirá algunos cambios durante todo el metraje, en especial cuando no sólo se nos revele que House y Cuddy mantuvieron un romance en la universidad, sino que esta última ha empezado una relación con Lucas, el detective privado amigo de House que aparecía en temporadas anteriores de forma esporádica –y al que poco futuro le veo, la verdad-.

La parte negativa de la serie llega cuando uno se da cuenta de que la inmensa mayoría de capítulos que siguen el método tradicional apenas se salvan por un detalle concreto o aislado que dan una pincelada más sobre la evolución del doctor House. Aún así, sigue manteniendo una calidad técnica impecable y los personajes ya son conocidos lo suficiente como para empatizar con ellos. Como viene siendo habitual, conforme se va acercando el final la cosa se acelera cosa mala y te mantiene en vilo. Los dos últimos capítulos no sólo son reveladores, sino que tras su conclusión ofrecen una nueva posibilidad a explorar para el año que viene. Las preguntas que nos han mantenido en vela siguen ahí: ¿cómo le irá la nueva aventura amorosa a Wilson? ¿Afectará a su amistad con House? ¿Habrá boda entre alguno de los protagonistas, como ya ocurrió en la temporada anterior? Y por encima de todo, aquello sobre lo que gira toda la temporada desde el minuto uno: ¿conseguirá House sobreponerse a sus demonios y evitar caer de nuevo en las drogas? Es decir, ¿se atreverán los guionistas a que su personaje estrella siga evolucionando –arriesgándose con el cambio- o por el contrario optarán por la vuelta a la esencia del mismo, a los orígenes? Razones más que suficientes para seguir con esta estupenda serie, que pronto se convertirá en uno de los hitos de la televisión moderna.

Como curiosidades, el propio Hugh Laurie ha dirigido un capítulo de la serie –y de una forma diferente y curiosa, dejándose a sí mismo encerrado en una habitación con un moribundo-, Juan José Campanella ha vuelto a ocuparse de algunos episodios y el último de toda la temporada ha sido dirigido usando una cámara de fotos, concretamente una DSLR profesional –una réflex de última generación, en realidad-.

un repaso a las Temporadas anteriores de House -y alguna cosita más-, aquí.

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