miércoles, 16 de junio de 2010

El escritor, de Roman Polanski


La Random House británica necesita desesperadamente a un ghost writer, lo que viene a traducirse a nuestro idioma como un “negro”, alguien que le escribe sus memorias o los libros a un personaje importante que por supuesto coloca su nombre en portada. En este caso el encargo consiste en acabar las memorias del anterior Primer Ministro de Gran Bretaña, Adam Lang –interpretado por Pierce Brosman-. Tras la repentina muerte del anterior negro, el nuevo escritor –a cargo de Ewan McGregor (Los hombres que miraban fijamente a las cabras, Ángeles y demonios), en un papel donde nunca se dice su nombre real- deberá trasladarse al estado de Nueva York donde se encuentra Lang con su esposa Ruth -Olivia Williams (Dollhouse, An education)- y su equipo de confianza, entre las que destaca Amelia Bly, interpretada por Kim Cattrall –Samantha en Sexo en Nueva York-. El lugar de residencia de los Lang está situado en una isla casi desierta sólo accesible por ferry o avión.

Al poco de su llegada estalla un terrible escándalo político cuando el anterior Ministro de Exteriores revela que el propio Lang autorizó la captura de terroristas con pasaporte británico para ser entregados a la CIA con el objeto de ser torturados. Las averiguaciones del nuevo escritor al repasar las notas de su predecesor y al contrastarlas con las propias dan lugar a ciertas incongruencias que le llevan a pensar que algo se esconde tras la pose de Lang y que quizás haya más cosas en juego de las previstas, incluido la cada vez más sospechosa muerte del anterior negro.

Trama complicada pero contada con habilidad por un maestro en esto de dosificar la información para que el espectador se sienta en todo momento atrapado en una complicada red de engaños y traiciones. Tensión durante todo el metraje con un uso acertado de la música y unas interpretaciones todas muy correctas, dejando de lado la fabulosa realización del director, que elige un pasaje desolado para rodar la mayoría de las escenas y que añaden un punto más de desesperación a la posición del nuevo escritor –elementos también usados de forma parecida por Martin Scorsese en su última película, Shutter Island-.

En este caso Polanski reescribe el guión colaborando con el escritor original de la novela, el autor de best sellers Robert Harris y en palabras del propio novelista, mejora mucho el guión a su propia novela. El director polaco utiliza varios elementos como pilares básicos, situando la mayoría de la acción en la residencia aislada de los Lang, siempre bajo la supervisión del equipo de seguridad y bajo un ambiente desalentador, realizando un contraste interesante entre el diseño y lujo con el que se vive en el interior del edificio y el paisaje abandonado y tormentoso del exterior. Mismo recurso usa para la aparición de la partitura de Alexandre Desplat, más inquietante si cabe al ser intercalada con hábiles silencios. Y finalmente en las actuaciones tanto de sus protagonistas como de sus secundarios. McGregor, Brosman y Williams están muy bien y disfrutan de diálogos y secuencias interesantes, sus papeles bien perfilados y bien llevados por la mano maestra del director. La aparición breve de otros actores conocidos como Eli Wallach, James Belushi –algo anecdótica- o Tom Wilkinson dan credibilidad al relato y sirven como catalizadores de un nuevo punto de vista en la investigación del escritor, que pronto comenzará a ir pasando de la incredulidad a la paranoia.

Esta película ganó el Oso de Plata al Mejor Director en el último Festival de Berlín (2010). No estuvo exento de polémica, debido a que se rumoreó que podía ser un premio de consolación debido a la situación personal del director, bajo arresto domiciliario en esos días y que se vio obligado a finalizar la producción desde su propia casa comunicándose con sus colaboradores. En mi opinión, la labor de dirección de Polanski es lo más destacado: de una historia a priori no muy interesante logra sacar un relato muy contenido donde se palpa un ambiente extraño y tenso desde sus mismos comienzos. Los personajes están bien construidos y muy bien dirigidos, compartiendo los minutos necesarios en el metraje para que lleguen a ser interesantes. Se aprecian a veces algunas pinceladas de un humor negro en los diálogos y en algunas situaciones y la película cuenta con secuencias que, aún así de una gran sencillez, son muy efectivas. Recuérdese la secuencia del GPS y la posterior persecución o el erotismo manifiesto y nunca mostrado en ese trío que conforman los Lang y su asistente personal, al que pronto se le añade un cuarto miembro.

Película muy recomendable, de gran calidad técnica y muy bien filmada e interpretada. Poco más se puede pedir cuando se va a una sala de cine.

ACTUALIZACIÓN 5 DE DIECIEMBRE DE 2010: gran triunfadora en los Premios del Cine Europeo 2010 al lograr los galardones a Mejor Película, Director, Actor (su protagonista), Guión, Banda Sonora y Dirección Artística.

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