Cuando en marzo de 2009 se estrenó finalmente la película basada en el cómic creado por Alan Moore y Dave Gibbons publicado entre 1986 y 1987, la tan manida expresión de no dejó indiferente a nadie fue sin duda la que mejor describió el éxito del ambicioso proyecto. Después de unas expectativas muy altas y de una campaña de publicidad bestial, el resultado final no fue el esperado por los estudios, si bien es verdad que recaudó bastante dinero. Entre el público asistente a las salas la opinión tampoco fue unánime y mientras algunas la encumbraban como una buena película de acción y efectos especiales fiel al espíritu de la serie limitada original, otros la maltrataron por sus evidentes fallos tanto en su realización como en su adaptación.
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A grandes rasgos la historia de Watchmen nos sitúa en un Estados Unidos ficticio –donde por ejemplo los norteamericanos habían triunfado en Vietnam-, en el año 1985 en una escalada de tensión política entre los Estados Unidos y Rusia, que amenazan con volarse los unos a los otros con fuego nuclear. Con Nixon como presidente, la historia de los autores ingleses seguía a varios personajes pertenecientes a una segunda oleada de héroes enmascarados, ahora prohibidos por ley, donde se incluía el único superhombre de la Tierra, el Dr. Manhattan. Y digo a grandes rasgos porque si por algo se caracteriza el original literario es por sus múltiples capas de lectura y su complejidad narrativa. Mi modesta opinión de la obra, por aquí.
La película pasó por un calvario previo de abogados y derechos antes de poder iniciarse su rodaje. Es una historia larga que se remonta al año 1986 con la primera compra de derechos para poder realizar la película y que hasta poco tiempo antes del estreno fue un verdadero quebradero de cabeza para los ejecutivos de varias productoras y distribuidoras americanas. Tras muchas intentonas fallidas de guiones y diversos profesionales detrás de la adaptación, la Warner se jugó el todo por el todo en la persona de Zack Snyder. Corría el año 2006 y el director americano había conseguido un gran debut con el remake de Dawn of the Dead tan solo dos años antes –para mí su mejor película hasta la fecha-. Pero fue la adaptación del cómic de Frank Miller 300 lo que le hizo alcanzar algo más de notoriedad, con un estilo visual apabullante aunque para nada original, cuajado de cámaras lentas y grabado casi todo delante de una pantalla de croma.
En el 2007 se inició un rodaje que tenía además de a la Warner a la 20th Century Fox y a la Paramount Picture en el saco, aparte los estudios de Legendary Pictures y la propia DC Comics. Profesionales como Joe Silver, directores como Terry Gilliam, David Hayter, Darren Aronofsky (El luchador), Paul Greengrass o actores como Arnold Schwarzenegger (Terminator), Simon Pegg (Star Trek), Daniel Craig (el nuevo James Bond en Casino Royal, Resistencia, La brújula dorada, Munich), Jude Law (Repo Men), Sigourney Weaver (Avatar) o Joaquin Phoenix estuvieron en algún momento u otro ligados a la producción de la película.
Snyder utilizó las propias páginas del cómic como storyboard, contando con el beneplácito del dibujante Dave Gibbons (Los mejores del mundo) aunque nadie fue capaz de sacarle una palabra de apoyo al guionista británico Alan Moore (DC Universe, La balada de Halo Jones, Wildcats, Supreme). En la realización del guión están acreditados David Hayter y Alex Tse y no es más que una versión final de todo el trabajo realizado anteriormente, bajo la supervisión del propio Snyder, responsable último de la película, para la que contó con un amplio presupuesto de unos 120 millones de dólares –nunca tengo muy claro si la publicidad viene aquí dentro o no- y bastante libertad creativa, teniendo en cuenta que se iba a dedicar a realizar más una traslación de un medio a otro que una adaptación personal.
Snyder abre con una secuencia que ya nos anticipa el estilo de la película. Una pelea muy desigual que tiene lugar en un apartamento en un rascacielos entre dos individuos que acaba con uno de ellos lanzado al vacío. Pero es una secuencia donde se nos sitúa en un paralelismo histórico con las noticias que emite la televisión, que posee una música que irá haciendo acto de presencia y que para mi gusto no acaba de cuajar en determinados momentos y sobre todo la pericia visual de Snyder, que se recrea en sus cámaras lentas, alternadas con los movimientos rápidos de artes marciales de los contendientes y el uso del ordenador como recurso para resaltar ciertos aspectos: el realismo de la violencia usada y los elementos más icónicos de los personajes, sacado directamente del cómic, como ese smiley ensangrentado. De las dos primeras figuras que aparecen sólo se nos muestra la cara de uno de ellos, el futuro difunto: el Comediante, interpretado por Jeffrey Dean Morgan (el padre de los hermanos Winchester en Supernatural, Los perdedores, Jonah Hex). La ambientación y el diseño de producción van a ser de lo mejor de la película y es que las viñetas de Gibbons van a cobrar vida en muchos sentidos y la profundidad de la cámara va a dotar de diferentes perspectivas al trabajo del dibujante. Que por cierto, se contrató a Adam Hughes y John Cassaday para realizar los diseños de los personajes.
Tras este prólogo tiene lugar uno de las mejores secuencias de la película –junto con el trailer principal, al que acompañaba música de Smushing Pumpkins y que colgué en su momento aquí-: se trata de los créditos iniciales y que acompañados de la música de Bob Dylan nos presenta a los Minutemen, esa primera generación de héroes enmascarados que sentaron cátedra y que finalmente, al igual que sus sucesores, fueron prohibidos por el gobierno y forzados a retirarse.
A partir de entonces Snyder va a repetir el mismo esquema, a raíz de la aparición de Rorschach (Jackie Earle Haley, Shutter Island) el único justiciero enmascarado que se ha negado a retirarse y que permanece fuera de la ley. Convencido en su paranoia de que se trata de un ataque a la comunidad enmascarada, irá avisando uno a uno a sus anteriores compañeros, por lo que estos se nos irán presentando: Búho Nocturno (Patrick Wilson, El equipo A) que vive sólo y aburrido; el Dr. Manhattan (Billy Crudup, Enemigos públicos) y Espectro de Seda (Malin Akerman, el pibón de la función disputado con Carla Gugino –American Gangster-, que se ocupa del papel de su madre y predecesora en su carrera de superhéroe). El último papel importante quedaría para Matthew Goode en el rol de Ozymandias que a modo de curiosidad lleva un traje homenaje a los ridículos atuendos de las películas de Batman filmadas por Schumacher –pezones incluidos-. En el subsiguiente funeral, cada uno de los implicados recordará algún momento de su pasado con el Comediante, por lo que por medio de flashbacks conoceremos algunos hechos importantes tanto de la historia de estos superhéroes como de la del propio país.
Y hay que reconocer que Snyder se toma su tiempo. Porque entre tanto recuerdo, tanta cámara lenta y tanta poca acción como tal la película se le va a ir a una duración muy larga y los problemas de ritmo empiezan a aparecer. La versión en el cine contó con 162 minutos de metraje, pero luego se lanzó la versión del director que contenía algo más y por último una Ultimate Edition que contenía una historia en paralelo que el propio Snyder se encargó de producir en formato animado y que se trataba de la famosa historia de piratas que un chaval lee conforme va avanzando el cómic y que contó con la voz principal de Gerard Butler (Un ciudadano ejemplar, La cruda realidad).
Volviendo al tema de la película, su trama sufre un cambio tras el funeral cuando el resto de héroes comienzan a ser atacados de una u otra forma, por lo que los flashbacks se convierten de repente en recuerdos personales. Si el doctor Manhattan se teletransporta a Marte, Rorschach es finalmente capturado y enviado a prisión, por lo que ambos recuerdan su origen.
El nexo de unión entre las historias son la pareja de Búho y Seda, que inician una relación romántica y deciden hacer partícipes a sus compañeros: sacando a uno de la cárcel e intentando convencer al otro de que salve el mundo. La confrontación final tendrá lugar en el polo norte tras un ataque devastador al planeta.
En general Watchmen es una película muy vistosa, con algunas escenas que funcionan muy bien pero que arrastra algunos fallos desde mi punto de vista que la lastran durante todo el metraje y a los que el director no quiere renunciar, ya sea por permanecer fiel a su estilo o al cómic que adapta. Empezando por la voz en off de Rorschach, de la que creo que se abusa mucho al principio cuando apenas conocemos al personaje y por lo que resulta difícil empatizar con él tan pronto. Al final de la película resulta de los mejores caracterizados, pero en esta primera aparición se limita a soltar flases famosas del cómic casi porque sí, sin ninguna explicación y como es justo al principio el público no está preparado para prestarle la atención necesaria. Su investigación está bien llevada y los detalles de toda la producción son impresionantes, así como la mayoría de las caracterizaciones donde sólo me disgusta la de Ozymandias, que parece lelo.
El funeral es un buen ejemplo del abuso de Snyder de las cámaras lentas y de las dificultades que tiene para mantener un ritmo adecuado. Hace poco volvía a ver la película y me recordó a la secuencia de la caída de la furgoneta que Christopher Nolan usa en Origen, mucho mejor ejecutada. Y es que Snyder narra el funeral en cámara lenta completamente, pero en los flashbacks de los personajes también la usa, cuando claramente sobra.
El montaje a veces también sufre de la traslación viñeta-pantalla. El ejemplo de la entrevista al Dr. Manhattan en televisión narrada en paralelo con la pelea callejera en la que se meten Búho Nocturno y Espectro cuando van de civiles. En realidad se pierde la tensión de las dos con los cortes de la una a la otra y seguro que hubieran funcionado mucho mejor sin tanta interrupción.
He comentado antes lo de la música. Tyler Bates se encarga del score, que no está mal, pero si bien los créditos iniciales están muy bien en otros momentos es discutible, como la elección del Aleluyah de Leonard Cohen en el momento en que Búho y Espectro se entregan a sus pasiones. Tiene un punto gracioso, pero no me convencen estos pequeños videoclips incluidos dentro del metraje.
Finalmente está la elección del final, que modifica el del cómic. Por mi parte no le encuentro problema alguno, parece lógico. De todas formas siempre he comentado que prefiero una adaptación personal que una traslación. Y ese quizás sea el mayor error de Snyder. Porque una cosa es llenar la pantalla de guiños al lector de cómics, detalles que sólo él puede observar y otra bien diferente sacrificar el ritmo y la historia por la fidelidad al original. La primera vez que la vi fue en el cine con un colega al que siempre arrastro a ver películas de cómics –él hace lo propio conmigo para ver cine español- y salió bastante perdido, con muchas preguntas sin responder. Y es que no queda claro si no se ha leído el cómic cómo encaja esta película al aficionado neófito.
Watchmen fue un producto mastodóntico y como tal tuvo que sufrir muchas complicaciones. Demasiado bien salió al final con todo lo que arrastraba. Aún así no es una obra maestra, ni la mejor película de superhéroes de la historia, sino un buen ejemplo del cine de acción actual y de efectos especiales, con un continente brillante y llamativo, que no defrauda casi nunca pero que tampoco inventa nada nuevo; y un contenido a mucho menor nivel, donde muchas cosas ocurren porque sí y sin explicación. Quizás el mejor adjetivo que se pueda dar a la película es que, en la mayoría de su metraje, entretiene y en contadas ocasiones gusta.
En taquilla, Watchmen se hizo con algo más de 50 millones de dólares en el fin de semana de su estreno en Estados Unidos. Lo que ocurre es que después de que casi todos los aficionados al cómic fueran en masa a verla, el boca a oreja se propagó y los primeros comentarios eran de decepción, de ahí que comenzara a bajar en su recaudación. Finalmente se hizo con algo más de 100 millones. Su recaudación global pasó de los 180 millones de dólares. Y aunque cubrió los costes, le pasó un poco como a Superman Returns, que no resultó ser el bombazo que se esperaba tras un trabajo tan difícil.
Valoración personal
Para mi gusto Snyder falla en su papel de director de orquesta. La película en el sentido de contar una historia que se entienda es un caos y se pueden apreciar los mejores momentos conforme a los personajes que los interpretan. Snyder es fiel al videoclip, a sus cámaras lentas y a las peleas imposibles que se pusieron de moda a finales de los noventa con la aparición de Matrix. Esto es algo que no me molesta, aunque ahora suena a repetitivo, siempre y cuando no afecte al desarrollo de la película.
Como los mejores personajes son el Comediante y Rorschach, hasta el funeral del segundo es lo mejor de la película. Luego recupera algo cuando Rorschach es capturado y encerrado, aunque en su liberación se le vuelve a ir la mano a su director con las escenas de acción y los saltos. Todo lo que tiene lugar en Marte es confuso y el final tiene uno de los principales problemas en este tipo de historias: el villano resulta ridículo. Ozymandias es el error más evidente de casting –de Búho y Espectro ni frío ni caliente, el primero correcto con cara de adobado toda la película y la segunda tiene un físico espectacular-, no tiene ningún carisma, es pedante a más no poder y no resulta creíble con ese ridículo traje rodeado de toda esa parafernalia egipcia.
Por el contrario, los efectos cumplen y la producción resulta sobresaliente. En las versiones extendidas hay más ejemplos de esto y hay cantidad de detalles en segundo plano que recuerdan al cómic.
Otro tema interesante donde fallan los responsables es en transmitir al público el ambiente de paranoia y miedo que existe en esa sociedad americana pendiente de la guerra nuclear con los rusos, independientemente del poder del Dr. Manhattan, al que por otra parte tampoco se le quiere sin reparos. A cualquiera que siga la serie de Mad Men estará de acuerdo en que en la producción de la AMC, a base de pequeños detalles, se transmite mucho mejor ese miedo ante la guerra de Vietnam, por ejemplo.
En resumen, Watchmen es una película que merece la pena ver –al menos una vez-. No fue el éxito espectacular que se presuponía, pero tampoco es que sea horrible. No se puede evitar la sensación de fracaso por la enorme producción que tenía detrás, por no hablar de las expectativas creadas en los aficionados. Pero eso no impide que se pueda disfrutar gran parte de su metraje. No es la mejor adaptación de un cómic –probablemente ni siquiera se encuentre entre los primeros puestos- pero en muchos momentos es muy entretenida, está bien realizada y cuenta con un par de actores que cumplen muy bien con su trabajo.
El próximo proyecto de Snyder en el mundo de los superhéroes va a ser la nueva aparición de Superman. Queda por ver si con Christopher Nolan (El caballero oscuro) detrás, Snyder estará más controlado en sus manías y la película le salga más redonda, más completa.














Lo cierto es que una vez que vas al cine y esperando encontrarte un bodrio, a mi hasta me pareció una muy buena película teniendo en cuenta que me había leído el cómic y me gustó.
ResponderEliminarNo me la imagino mejor, en lo referido a entretenimiento (con las limitaciones que conlleva adaptar toda un cómic a la gran pantalla) y si podría ser mucho peor, ser más fiel habría sido algo soberanamente aburrido y (aún más) excesivamente largo, no?
Es una película que se queda en entretenida, en correcta.
ResponderEliminarSobre la fidelidad yo también prefiero una adaptación antes que una traslación fiel, creo que se gana más como película.